Sánchez enfila el año electoral con lluvia de millones para fidelizar a nichos de voto clave

Pedro Sánchez ha cerrado el año activando el modo campaña electoral, en la que de forma conjunta se meterán de lleno la Moncloa y Ferraz a partir del próximo mes de enero. El presidente del Gobierno ha comenzado así a enfilar el ciclo electoral de 2023 a lomos de un elevado gasto social con el tercer paquete anticrisis, poniendo el foco en los brotes verdes de la economía y marcando distancias con el independentismo. Esto es, tratando de mitigar el coste en las urnas de los acuerdos y alianzas con ERC, una vez culminado el capítulo de la "desjudicialización" del procés.

La prórroga del escudo social aprobada en el último Consejo de Ministros del año con la extensión de las medidas contra la inflación, la inclusión de algunas nuevas, como la supresión o rebaja del IVA en alimentos para reducir el precio de la cesta de la compra, y la ampliación de otras con un cariz más electoralista, como el cheque de 200 euros para situar en 4,2 millones el número de hogares beneficiados, movilizará un total de 10.000 millones de euros. La mayoría de medidas incluidas en el decreto se prorrogarán hasta mediados del próximo año. Entonces, la intención es volver a revisar el decreto con el fin de reeditar este gasto social, adaptándolo a la coyuntura, ya en plena precampaña de las generales.

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Si desde la Moncloa ya relegaban en los últimos días la celebración de una mesa de diálogo, pese al compromiso con la Generalitat de reunirla en estas fechas, Sánchez utilizaba la rueda de prensa de este martes para dejar claro que el Gobierno busca cambiar el paso con el independentismo. Con un tono de confrontación y plantándose ante las nuevas reivindicaciones de los republicanos, el jefe del Ejecutivo cargaba contra un "proyecto que va contra los tiempos" y respondía al president de la Generalitat, Pere Aragonès, que no habrá ninguna consulta independentista bajo su mandato. "Podrán reclamar lo que quieran, pero no se va a realizar", replicaba tajante a Aragonès, quien este mismo lunes fijaba para 2023 las bases de una consulta independentista.

El presidente del Gobierno denigró al independentismo como un proyecto que camina con coordenadas caducadas y fuera del marco europeo. Un proyecto que va contra los tiempos y la esencia de la UE, dijo, pues la tendencia "no es a compartimentar la soberanía, sino a compartirla, que es lo que estamos haciendo en Europa". Asimismo, dio por enterrado el procés y justificó sus acuerdos con los republicanos con un argumentario poco habitual: "Todo lo que hago es para no volver a repetir la desgracia de 2017, que causó sufrimiento, dolor y una enorme vergüenza a nivel internacional", aseguró en referencia al 1-O. Mientras el referéndum vuelve a incorporarse a las prioridades de la Generalitat, para el Gobierno es una línea roja.

Si el contexto preelectoral empuja a evitar cualquier interferencia de la agenda catalana en la campaña, la celebración de la mesa de diálogo no está ni parece que vaya a estar en la agenda del Gobierno. Al menos, según indican fuentes de la Moncloa, antes de los meses de "marzo o abril", pero sin precisar tampoco que pueda celebrarse en estas fechas. De hecho, el PSOE suele despejar este foro de su agenda en contexto preelectoral, como ocurrió con las elecciones en Castilla y León, primero, y las andaluzas, después. Y es que al coste electoral fuera de Cataluña de las alianzas con formaciones como ERC, sobre todo en las regiones del interior, se suman los efectos de la división interna o las voces críticas dentro del propio partido sobre los acuerdos fruto de esta relación.

El objetivo ahora del Ejecutivo pasa por priorizar las cuestiones económicas, auparse en los brotes verdes, y dar por amortizado el procés, convirtiendo la apuesta por la "convivencia" en un activo electoral. De ahí que el jefe del Ejecutivo, en su tradicional comparecencia antes de final de año para hacer balance, haya puesto en valor medidas como la "solución ibérica", que ha cifrado en un ahorro medio de 150 euros en las facturas de los hogares; la reforma laboral, haciendo hincapié en la evolución del empleo, y, en términos generales, la lucha contra la inflación al situar a España en una tasa del 6,8% frente a la media europea del 11,1%. Todo ello para concluir asegurando que la economía española crecerá más de un 5% en 2023, “por encima de la media de los socios europeos”.

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Entre las principales medidas del nuevo paquete anticrisis que entrará en vigor el 1 de enero destacan las relacionas con la bajada del precio de la cesta de la compra. Con una inflación de los alimentos disparada —por encima del 15%—, se pretende mitigar este aumento con la supresión del IVA en los alimentos básicos con tipo superreducido (pan, harinas panificables, leche, queso, huevos, frutas, verduras, hortalizas, legumbres, patatas y cereales) y la rebaja del 10 al 5% del aceite y la pasta.

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Otra de las medidas destacadas es que el tope del 2% a la subida del precio de los alquileres que se revisen anualmente en función del IPC y el incremento del 15% para las pensiones no contributivas, que perciben cerca de 400.000 personas, se mantendrá al igual que otras ayudas directas a empresas con dificultades. Como novedad, se añade la extensión durante seis meses, en las mismas condiciones, de los contratos que vayan a expirar antes del 30 de junio. Una medida que supone la congelación de precios durante medio año en la renovación del contrato de alquiler.

La gratuidad de los abonos para trenes de cercanías y media distancia también se prorrogará, junto a la rebaja del 30% del transporte público urbano e interurbano, en los territorios donde el Gobierno autonómico y municipal lo complementen hasta el 50%. Lo que sí elimina el decreto aprobado este martes en el Consejo de Ministros es el descuento universal a los carburantes para limitarlo al sector del transporte, la agricultura y la pesca. La supresión de la ayuda de 20 céntimos por litro de gasolina con carácter general se compensa con nuevas acciones orientadas a reducir el precio de la cesta de la compra.