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La propuesta de consulta de Illa trastoca la estrategia de Moncloa y tensiona al PSOE
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DEBATE TERRITORIAL

La propuesta de consulta de Illa trastoca la estrategia de Moncloa y tensiona al PSOE

El Gobierno ha perdido el manejo de los tiempos y el control del mensaje en un asunto trascendental, originando una tormenta perfecta que el PP ya se ha lanzado a aprovechar

Foto: El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PSC, Salvador Illa (i), durante un acto del partido el pasado domingo en Barcelona. (EFE/Alejandro García)
El presidente del Gobierno y secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, y el líder del PSC, Salvador Illa (i), durante un acto del partido el pasado domingo en Barcelona. (EFE/Alejandro García)
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ERC se ha apresurado a abrir la carpeta de la autodeterminación coincidiendo con los últimos pasos para la tramitación de la reforma del delito de sedición y malversación. Si la llamada desjudicialización del procés ya había generado tensiones dentro del PSOE, el movimiento de los republicanos fijando su hoja de ruta para la celebración de un referéndum ha acabado por encender todas las alarmas. La vuelta a la agenda política del escenario de la ruptura territorial también cuestiona el argumentario del Gobierno, centrado en defender que estos acuerdos contribuyen a desinflamar la situación en Cataluña, al tiempo que trastoca su estrategia de encarar el ciclo electoral despejando el referéndum del debate. Un asunto con altos costes electorales para los socialistas y que moviliza el voto fuera de Cataluña para las formaciones conservadoras.

En este contexto, el posicionamiento de Salvador Illa a favor de una consulta en Cataluña, expresado en una entrevista con El Confidencial, no ha hecho más que contribuir a aumentar el nerviosismo tanto dentro del partido como en el Gobierno. Desde barones a alcaldes socialistas de grandes ciudades, han puesto pie en pared por el temor al posible castigo en las urnas de esta propuesta. No se trata de nada nuevo, al enfocarse a una consulta sobre un hipotético acuerdo para reformar el Estatut, pero el momento no casa ni con los intereses electorales del partido, a poco más de cinco meses de las municipales y autonómicas, ni con la estrategia de la Moncloa. Esta ha perdido el manejo de los tiempos y el control del mensaje en un asunto trascendental, originando una tormenta perfecta que el PP ya se ha lanzado a aprovechar.

Foto: El líder del Partido de los Socialistas de Cataluña, Salvador Illa. (Javier Luengo)

El propio líder de los socialistas catalanes ha tenido que salir públicamente a subrayar el mensaje con el que el Gobierno viene tratando de sofocar este incendio. Esto es, que no se producirá ningún referéndum de autodeterminación. Asimismo, se ha empleado en primera persona en tratar de calmar a los barones más críticos. Para ello, se ha puesto en contacto con el presidente del Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, para trasmitirle en persona, como ya hacía en la mencionada entrevista, que "el PSC ha garantizado, garantiza y seguirá garantizando siempre el cumplimiento íntegro de la Constitución en Cataluña, ya que es nuestro marco de convivencia".

Unas horas después de fijar su posición favorable a la consulta, entrando al marco abierto por ERC, Illa también ha tenido que subir el tono para confrontar con los republicanos e intentar así disipar dudas. "Dejen de engañar a la ciudadanía de Cataluña" y "tengan la valentía de decir la verdad", dijo dirigiéndose a ERC. "Ya basta de soñar imposibles", aseguró para argumentar que se ha pasado página tanto "a una década perdida" como al procés, recalcando que "no habrá un referéndum de autodeterminación".

Desde la Moncloa, ya se deslizó, antes de reactivar la mesa de diálogo con la Generalitat, que su propuesta para superar el conflicto con Cataluña pasaba por un nuevo régimen de financiación autonómica y una reforma del Estatut. La pretensión de los republicanos siempre fue someter a referéndum solo en Cataluña las conclusiones de la mesa de diálogo, hasta el punto de que si el pacto alcanza a la redacción de un nuevo Estatuto, fuentes de ERC aseguraron que se reservarían la opción de hacer campaña en contra. Se entiende que, de rechazarse esta propuesta, la negociación entraría entonces en otra fase, donde los independentistas se verían con más legitimidad para empujar su opción de votar sobre el encaje de Cataluña en España.

El líder del PSC siempre coincidió en la pretensión de hacer una consulta en caso de acuerdo entre partidos. No supone ningún cambio, pero este debate no encaja ahora con la estrategia electoral de Pedro Sánchez ni los tiempos del Gobierno. Ni mucho menos satisface al resto de federaciones del partido, por ser una trampa para la campaña.

Foto: El portavoz de ERC, Gabriel Rufián, durante una intervención en el Congreso. (EFE/Chema Moya)

Casi tres años después de que Pedro Sánchez pactase con ERC en su investidura reactivar este foro, el Gobierno había logrado que la Generalitat asumiese por escrito en la mesa de diálogo el abandono del rupturismo. Asimismo, había logrado hasta ahora que se dejase en un plano secundario la máxima a la que aspiraban los independentistas: la negociación de una salida al "conflicto político" que pasase por un referéndum. Amnistía y autodeterminación eran los dos marcos en los que la delegación catalana, encabezada por Pere Aragonès, centró la primera reunión de esta legislatura en Barcelona. En la última, la hoja de ruta se centró en la "desjudicialización" del 1-O y la "protección del catalán".

"Nerviosismo" entre los alcaldes

A cambio de avanzar en reformas legales tratando de revertir procesos judiciales que afectan a líderes independentistas desde el 1-O, el Ejecutivo logró rehuir el debate territorial. Hasta ahora, precisamente cuando se está cerrando la carpeta de la desjudicialización y los tambores de precampaña comienzan a sonar. El coste en las urnas por los pactos con los independentistas se daba por amortizado al centrarse en reformas legales, pero con la vuelta a la agenda del referéndum todo se trastoca.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (c), conversa con el presidente de Aragón, Javier Lambán (d). (EFE/Fernando Alvarado)

El desmarque dentro del PSOE no se limita a los barones. El chaparrón que cae sobre el Gobierno a cuenta de su acuerdo con ERC empieza a calar también entre los alcaldes. Y esto está provocando algunas grietas en el apoyo que el PSOE andaluz presta a Ferraz en su apuesta por retocar los delitos de malversación y sedición.

El líder de la mayor federación socialista cierra filas con Sánchez y el mensaje que sale de San Vicente es que no quieren contribuir al ruido. Pero en su dirección admiten que hay "nerviosismo" entre los alcaldes, algunos de los cuales gobiernan en grandes ciudades y suponen la punta de lanza del poder institucional del PSOE andaluz tras su salida de la Junta. "No salimos de un charco y nos metemos en otro", lamenta en privado un regidor, que expresa su deseo de que acabe esta concatenación de polémicas que alejan el foco del ámbito municipal y pueden perjudicarles en sus expectativas electorales.

ERC se ha apresurado a abrir la carpeta de la autodeterminación coincidiendo con los últimos pasos para la tramitación de la reforma del delito de sedición y malversación. Si la llamada desjudicialización del procés ya había generado tensiones dentro del PSOE, el movimiento de los republicanos fijando su hoja de ruta para la celebración de un referéndum ha acabado por encender todas las alarmas. La vuelta a la agenda política del escenario de la ruptura territorial también cuestiona el argumentario del Gobierno, centrado en defender que estos acuerdos contribuyen a desinflamar la situación en Cataluña, al tiempo que trastoca su estrategia de encarar el ciclo electoral despejando el referéndum del debate. Un asunto con altos costes electorales para los socialistas y que moviliza el voto fuera de Cataluña para las formaciones conservadoras.

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