Vox llevará a Moreno al límite de la repetición electoral en Andalucía

Santiago Abascal conocía el riesgo de enviar a una primer espada a batirse con el PP en una plaza territorial. La tentación de proponer a Macarena Olona como candidata a la Junta de Andalucía fue objeto de debate en el seno de la dirección de Vox desde que comenzaron a sonar los primeros tambores de adelanto electoral, aunque a juzgar por los sondeos la popularidad de la alicantina no parece haber insuflado una energía extra a la marca. Pero sea cual sea el resultado el domingo, la formación se cobrará su apuesta con intereses. El partido se mantiene firme en su asedio a los populares e insiste en que aunque Moreno necesite un solo voto para revalidar su mandato, el precio será elevado: entrar en el Gobierno de la Junta.

En el partido liderado por Abascal sostienen que no relajarán un ápice sus condiciones pese a la resistencia del PP de mirar a su derecha. En una entrevista con El Confidencial a finales de mayo, Juanma Moreno jugó por primera vez con la idea de promover una repetición electoral para disuadir a Vox —y a la izquierda— de un bloqueo a su investidura. Pero, al menos en las filas de los verdes, la amenaza no ha surtido efecto. Vox se mantiene firme en su tira y afloja y promete llevar a Moreno al límite de su propia amenaza si no reserva un asiento a Olona en el nuevo Ejecutivo. "Las urnas no nos asustan", aseguran.

A juicio de Vox, la única forma que tienen Alberto Núñez Feijóo y Juanma Moreno de librarse de Vox pasa por conseguir una "improbable" mayoría absoluta o lograr un remoto acuerdo con el PSOE, al que Juan Espadas ya ha dado portazo. "Si somos decisivos, gobernaremos", insisten. Es el mensaje que tanto Santiago Abascal como Macarena Olona han remachado en la recta final de la campaña. "El que quiera que regalemos los votos, que vote al PP. El que quiera que sus convicciones sean defendidas y estén en la acción de gobierno, puede confiar en nosotros", advirtió el presidente de la formación.

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Vox no rebajará sus demandas a pesar de que los últimos sondeos apuntan a una caída en las expectativas que había suscitado un activo político como Macarena Olona. Cuando en las filas populares ya se apuntaba a un posible pinchazo de la dirigente, el partido verde se mofaba del análisis de sus rivales. Incluso algún dirigente de la cúpula agitaba hace unas semanas la idea de que el domingo podía producirse un triple empate electoral. El propio Abascal aseguró en una entrevista para esRadio que la salud de los suyos era tal, que sus 'trackings' electorales apuntaban a un resultado cercano a los 26 escaños, más del doble de los diputados que actualmente ostentan en el Parlamento andaluz.

El partido basaba en parte ese optimismo en los resultados que obtuvieron la última vez que se abrieron las urnas en España. En las elecciones generales de noviembre de 2019, el PP sacó poco más de 7.000 votos a Vox en Andalucía, y casi 870.000 andaluces apostaron por la papeleta que encabezaba Santiago Abascal, unos votos que le otorgaron 12 de los 52 escaños que actualmente tiene el partido en el Congreso de los Diputados. No obstante, los sondeos apuntan a un frenazo de los verdes. La última entrega de IMOP-Insights para El Confidencial les otorgaba una horquilla de entre 14 y 16 escaños, lejos incluso de la veintena que se había pronosticado cuando se confirmó la candidatura de Olona. Un resultado que demostraría que el liderazgo de la alicantina no resta, pero tampoco suma a la marca.

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En Vox se sacuden los pronósticos de los sondeos e insisten en que "la mejor encuesta es la de la calle", en referencia al ambiente de "ilusión" por la marca que atisban desde todas las vertientes ideológicas. No trasladan en qué cifra sitúan sus cálculos en la recta final de la campaña, pero sí se muestran confiados en que el domingo se produzca un "vuelco" respecto a las previsiones demoscópicas que, aseguran, siempre infravaloran su fortaleza. "Andalucía es una tierra de sorpresas", apuntan. Eso sí, sea cual sea el número final de escaños, advierten de que si el PP se mantiene en el rechazo a una coalición con Vox y activa el cronómetro para una repetición electoral, no serán ellos quienes lo paren.

Feijóo busca la abstención del PSOE

Feijóo y Moreno no se han movido de su estrategia de no mirar a su derecha en toda la campaña. Siempre que han sido preguntados por un posible acuerdo de coalición con Vox, los dos líderes han urgido una política de Estado a los partidos situados a su izquierda. Tal y como adelantó El Confidencial, el PP está dispuesto a facilitar ejecutivos del PSOE en otros territorios si se abre a impulsar en Andalucía un acuerdo para que gobierne la lista más votada. Si Moreno no gana con "mayoría absolutísima", dijo el propio Feijóo esta semana, "entiendo que el PSOE nos dará la solución. Si al PSOE le molesta tanto Vox, que lo acredite".

El candidato del PSOE a la Junta, Juan Espadas, no tardó en tapiar todo resquicio a la esperanza sobre una posible abstención de los socialistas, incidiendo en el "teatrillo" del PP por reclamar ahora lo que no permitió en 2018, cuando Susana Díaz ganó las elecciones, pero Juanma Moreno ocupó la Junta tras un pacto con Ciudadanos y Vox. "El PP tiene un gazpacho con Vox impresionante y se lo tendrá que tomar él", se desmarcó también la candidata de Por Andalucía, Inma Nieto.

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En cualquier caso, si las urnas confirman el buen pulso que pronostican las encuestas para Juanma Moreno —coquetea con los 50 escaños de Javier Arenas—, el PP defenderá a ultranza un Gobierno en solitario. Solo una caída estrepitosa de sus expectativas le haría valorar otro escenario y, en todo caso, no explorará una coalición con Vox siempre que el PP sume más por sí mismo que toda la izquierda. "Si la victoria de Juanma es homologable a la de Ayuso, Vox no se puede oponer. La falta de coherencia pasa factura en política", opina una fuente del PP andaluz.

Por el momento, la fuerte presión que ejerce Vox sobre el PP no ha hecho mella en Génova, donde creen que ese órdago podría incluso beneficiarles este domingo en su lucha contra la abstención. A dos días de que se abran las urnas, en las filas populares entienden que la principal amenaza para Juanma Moreno es que un exceso de confianza en la victoria haga que su electorado se quede en casa, por no hablar de las altas temperaturas, otro factor que incentiva la desmovilización. Es el mensaje con más énfasis de Feijóo en los últimos días de una campaña decisiva: "Todos aquellos que quieran que Juanma Moreno gobierne en solitario y sin intermediarios, que salgan a votar a Juanma Moreno. No se puede tener miedo a las urnas".