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España no contempla una apertura inmediata de las fronteras en Ceuta y Melilla
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Nueva relación con Marruecos

España no contempla una apertura inmediata de las fronteras en Ceuta y Melilla

Policías sobre el terreno advierten de que sería prematuro y apelan a la presión sanitaria, obras en la frontera o la Ley de Asilo. El sector empresarial presiona para recuperar la "normalidad" tras años de "asfixia económica"

Foto: Vista de la entrada al puerto de Melilla. (EFE/Manuel Rus)
Vista de la entrada al puerto de Melilla. (EFE/Manuel Rus)

La nueva fase de relaciones entre España y Marruecos, anunciada tras el aval del Gobierno de Pedro Sánchez a las tesis de Mohamed VI en el Sáhara Occidental, conllevará la reapertura de las fronteras, que llevan cerradas dos años. No obstante, fuentes policiales y gubernamentales consultadas por El Confidencial no contemplan que la ejecución de la medida sea inmediata. Las fuerzas de seguridad sobre el terreno advierten, además, de que no es posible un restablecimiento total de la normalidad en este momento, unas reticencias que chocan con las ansias del sector empresarial tras años de "asfixia económica" por el pulso fronterizo del país vecino, clave en la recuperación de las economías locales. La visita del presidente del Gobierno a las ciudades autónomas se enmarca en mitad de la incertidumbre generalizada ante el futuro más inmediato.

“No estamos preparados para abrir ya la frontera”, dice un guardia civil con 25 años de experiencia en Melilla, muchos de ellos prestando servicio en la valla fronteriza. “¿Abrir la frontera? Ni hoy ni mañana… Hay obras previstas hasta el verano”, coincide un portavoz relacionado con la seguridad en la zona. “Tardará semanas”, abundan fuentes oficiales. “No es tan sencillo como apretar un botón”, advierte otra fuente gubernamental, que recuerda que, antes de ejecutar una medida de tal magnitud, dos países soberanos tienen que llegar a un acuerdo bilateral sobre el cómo y el cuándo abrir su frontera, que, además, lo es también de la Unión Europea.

Foto: Fernando Grande-Marlaska, en el Senado. (EFE)

"La reapertura se llevará a cabo cuando las condiciones sanitarias lo puedan determinar y en un acuerdo entre ambos Estados", declaró este martes en el Senado el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. El máximo responsable de la seguridad en España evitó dar fechas concretas sobre esa vuelta a la normalidad. En su lugar, destacó que se están realizando trabajos como la instalación de "52 puestos que den mayor agilidad en el paso de las personas y 16 quioscos de registro y control biométrico".

Desde el Gobierno de Ceuta, se refieren a estas novedades como "la frontera inteligente". Consideran que va a ser una herramienta muy útil para controlar "quién entra y quién sale", porque se podrá realizar un reconocimiento facial y llevar un control del tiempo que pasan en España. Antes del cierre, se podía entrar, pero no pernoctar. Las obras afectan a todo el paso fronterizo de la ciudad, las oficinas de asilo, servicios informáticos y hasta la unidad médica.

Fuentes gubernamentales de la ciudad autónoma reconocen que la adaptación de pasos fronterizos por los que, en condiciones normales, cruzaban unas 30.000 personas al día llevará unos plazos que de momento son indeterminados. La desconfianza sobre el manejo de los tiempos para la reapertura de las fronteras se ha instalado también en Melilla. Su presidente, Eduardo de Castro, relataba en una entrevista concedida a este periódico cómo la sucesión de reuniones estériles que se anunciaron y convocaron durante años para levantar el cierre de la aduana comercial quedó en nada. Y, ahora, tendrán que volver a esperar.

Foto: Eduardo de Castro, presidente de Melilla. (Ciudad Autónoma de Melilla)

"La sensación es que estas obras de acondicionamiento terminarán para el verano”. Un guardia civil de Melilla advierte también de otros condicionantes, como el sanitario. Recuerda, además, que las medidas contra el covid o el ritmo de vacunación no han sido iguales en España que en Marruecos. Teme además una presión sanitaria de gente en busca de mejores condiciones médicas, y advierte de que ya en el pasado Melilla tenía el hospital donde se registraban más partos de España, en gran parte por la llegada de personas de la vecina Nador. “Abrir ahora mismo es muy complicado”, insiste.

Melilla cuenta con cuatro puestos fronterizos. El principal es el de Beni Enzar. Está también el paso de Farhana, habilitado para vehículos y personas, pero no para pasaportes. Además, existen otros dos controles, el del Barrio Chino y el de Mariguari, este último para los niños que van al colegio. La última vez que se prorrogó el cierre de las fronteras por el covid fue a finales de febrero y se alargó hasta el 31 de marzo, la semana que viene. Sin embargo, todas las fuentes consultadas coinciden en que habrá que esperar algo más de unos días.

Foto: El ex presidente del Gobierno, José María Aznar (EFE)

Otro de los factores a tener en cuenta es la Ley de Asilo, y en concreto la reciente doctrina del Tribunal Supremo, según la cual todo el que pida esta medida de protección tiene derecho a la libre circulación por toda España y no se pueden limitar sus desplazamientos a Ceuta o Melilla una vez que su solicitud se admita a trámite. Esto abre la puerta a que todos tengan acceso a la Península, aunque luego no se admita su petición de asilo. “Solo los miles de trabajadores transfronterizos que pueden entrar desde Nador [a Melilla] o Castillejos [a Ceuta] con pasaporte ya pueden pedir asilo”, explica un veterano agente, que dice que cada expediente puede tardar meses en tramitarse.

El verano es la fecha en que también está previsto que culmine la sustitución del vallado de separación en Melilla. El Ministerio del Interior sostiene que cuando Sánchez llegó a la Moncloa, las vallas llevaban sin tocarse desde 2006. Muchos de sus elementos disuasorios habían quedado obsoletos o el tiempo había demostrado que eran demasiado lesivos. Tanto en Ceuta (ocho kilómetros) como en Melilla (12 kilómetros) se hicieron cambios, como retirar las concertinas, y se reforzaron con otras herramientas las partes más vulnerables. Hace al menos dos semanas quedaban todavía cuatro kilómetros en la valla de Melilla para terminar los trabajos.

Fuentes gubernamentales admiten que estos condicionantes son relevantes, pero no determinantes, y que las fronteras han estado abiertas en el pasado con muchas de esas circunstancias sobre la mesa. En cualquier caso, reiteran que la reapertura no será inmediata y cuando se haga, será progresiva, probablemente empezando solo por los transfonterizos. Pedro Sánchez visita ambas ciudades autónomas este miércoles y comparecerá ante los medios en dos ocasiones. Ninguna de ellas coincide con la edición del telediario de las tres de la tarde. Las expectativas de que haga un gran anuncio se evaporan.

La "asfixia" económica de Ceuta y Melilla

Aunque con escepticismo, la noticia del acuerdo con Rabat se recibió con especial optimismo en los ejecutivos de Ceuta y Melilla. El primero, comandado por Juan Jesús Vivas, del Partido Popular, vislumbró la apertura de una "nueva etapa" con consecuencias "positivas" para sus intereses comerciales y económicos; y el segundo, dirigido por Eduardo de Castro, acogió con ilusión el deshielo de las relaciones diplomáticas, con especial atención al punto de vista económico. La cuantificación de las pérdidas en una y otra ciudad autónoma por el cierre de las fronteras es volátil, pero millonaria.

El presidente de la Confederación de Empresarios de Melilla (CEM), Enrique Alcoba, ofrece unos datos que ponen de relieve el tremendo impacto que este factor ha supuesto para la ciudad: “El 70% de la mercancía iba destinado a Marruecos y el 30% para el consumo interior. En la actualidad, más de 100 naves destinadas al comercio al por mayor están cerradas y hay empresas de este ámbito que se han trasladado a Málaga o Almería para poder seguir operando”. Porque una de las cosas más surrealistas de este conflicto es que no podía exportarse ningún producto a través de las ciudades autónomas, pero sin embargo no se ponían impedimentos a los barcos que partían de la Península con destino a los puertos de Tánger o Nador.

Foto: Manifestación en Madrid coincidiendo con el 46 aniversario de los Acuerdos Tripartitos (1975), mediante los cuales el Sáhara dejó de ser provincia española. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Alcoba no tiene ninguna duda de que cada paso dado por Rabat tenía una motivación política y un fin más espurio:Asfixiar económicamente a Ceuta y Melilla. Los 65 locales que han tenido que bajar la persiana en el centro histórico de esta última también atestiguan un proceder que, como recuerda el presidente de la CEM, arrancó con el cierre unilateral de la aduana comercial en 2018. "En este periodo, unas 200 empresas dedicadas al comercio han echado el cierre", asegura Joaquín Mollinero, secretario general de la Cámara de Comercio de Ceuta, una cifra "exagerada" para una sola ciudad.

Pero no es la única consecuencia económica que se ha dejado sentir en Ceuta por el pulso con Marruecos. Desde la Consejería de Economía, cifran hasta en un 40% las pérdidas en recaudación, que se miden con el impuesto sobre la producción, servicios e importanción (IPSI) en las ciudades autónomas, un tributo similar al IVA en el resto de España. "La reducción del flujo comercial ha afectado directamente al consumo", aseguran, y agregan que el margen de gasto de los ceutíes no se ha recuperado en ningún caso a niveles de los años previos al cierre de fronteras.

La otra arista económica tiene que ver con el turismo. Según datos de la Consejería de Turismo de Ceuta, la pérdida del nicho de mercado marroquí supone un detrimento para las arcas públicas territoriales de unos 19.000 millones de euros anuales. Explican que, antes del cierre, el número de turistas que visitaban la ciudad autónoma se ubicaba en una media de 5.000 o 6.000 visitantes mensuales, de los cuales aproximadamente el 50% procedía de Marruecos. El cierre de fronteras confirmó su dependencia de Marruecos. El turismo exterior pasó a ser "prácticamente nulo" en la ciudad autónoma, y de los "2.500 o 3.000" visitantes internacionales se pasó a "20 o 30" desde que se ejecutó la clausura fronteriza.

Foto: El candidato a presidir el PP, Alberto Núñez Feijóo (i), y la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso (d). (EFE/Juanjo Martín)

El bloqueo del flujo de personas entre Marruecos y Melilla también ha supuesto un grave perjuicio para los trabajadores transfronterizos, un colectivo que ha quedado “desamparado” y al que “se le ha dado una patada en el culo”, comenta Abderraman El Fahsi, secretario general de UGT-FICA en esta ciudad autónoma. La Oficina Sindical de los Trabajadores Transfronterizos los cifró hace un año y medio en 8.600, pero El Fahsi precisa que en la actualidad superan ligeramente los 160. Se trata de empleados que desde hace dos años viven una compleja situación administrativa: “Son personas que trabajan en España, pero duermen en Marruecos”. Lo que ocurre es que el cierre de la frontera dejó atrapados a algunos en suelo español, al tiempo que eliminaba una de las condiciones necesarias para trabajar legalmente: pernoctar en su país.

Enrique Alcoba, que recuerda que hay “más de 800 empresas españolas asentadas en Marruecos”, explica que están “esperanzados” ante los rumores que apuntan a una reapertura de la frontera, pero también se muestra cauto cuando afirma que “no conocemos la letra pequeña” del acuerdo firmado con el Gobierno de Rabat. Espera que se haya asegurado una “reciprocidad” que evite que los dirigentes marroquíes continúen como en lo últimos años y expresa un deseo lleno de hartazgo: “Lo que queremos es que nos dejen tranquilos”.

La nueva fase de relaciones entre España y Marruecos, anunciada tras el aval del Gobierno de Pedro Sánchez a las tesis de Mohamed VI en el Sáhara Occidental, conllevará la reapertura de las fronteras, que llevan cerradas dos años. No obstante, fuentes policiales y gubernamentales consultadas por El Confidencial no contemplan que la ejecución de la medida sea inmediata. Las fuerzas de seguridad sobre el terreno advierten, además, de que no es posible un restablecimiento total de la normalidad en este momento, unas reticencias que chocan con las ansias del sector empresarial tras años de "asfixia económica" por el pulso fronterizo del país vecino, clave en la recuperación de las economías locales. La visita del presidente del Gobierno a las ciudades autónomas se enmarca en mitad de la incertidumbre generalizada ante el futuro más inmediato.

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