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Yolanda Díaz pasa página a la reforma laboral con un acuerdo exprés para subir el SMI
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DEFIENDE LA "POLÍTICA" FRENTE AL "POLITIQUEO"

Yolanda Díaz pasa página a la reforma laboral con un acuerdo exprés para subir el SMI

Con una negociación de tan solo 48 horas, la vicepresidenta segunda se afana en recuperar la iniciativa y fuerza el aplauso que la izquierda soberanista le negó a su proyecto estrella

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez (d), y el de CCOO, Unai Sordo (i). (EFE/Ministerio de Trabajo)
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz (c), junto al secretario general de UGT, Pepe Álvarez (d), y el de CCOO, Unai Sordo (i). (EFE/Ministerio de Trabajo)

Con tan solo dos reuniones y en un plazo récord de 48 horas, el Ministerio de Trabajo ha cerrado las negociaciones con los agentes sociales para la subida del salario mínimo interprofesional. Lo ha hecho con el rechazo de la patronal y optando por una cifra mayor a la media de la horquilla marcada por los expertos para situarlo en la cifra simbólica de 1.000 euros, como reclamaban CCOO y UGT. Con este acuerdo exprés cerrado en dos días, frente a las dos semanas que duraron las conversaciones para determinar la anterior subida, Yolanda Díaz deja atrás la resaca de la reforma laboral. La medida estrella de su departamento en esta legislatura que fue deslegitimada por la izquierda, con el rechazo del bloque de investidura, y que no quedó derogada gracias al voto erróneo de un diputado del PP.

El acuerdo para subir el salario mínimo a 1.000 euros, tan solo seis días después de la polémica votación, permite a Díaz recuperar la iniciativa con otra medida de fuerte contenido social y alejarse del "ruido" y el "politiqueo" que tanto ha criticado durante los últimos días. Esto es, volver a centrar su hoja de ruta con una "herramienta" que, según defendió tras firmar el acuerdo, "sirve para mejorar la vida de la gente" y combatir la desigualdad. Los sindicatos cifran en cerca de dos millones el número de trabajadores que se beneficiarán por esta subida, que además se aplicará con carácter retroactivo al 1 de enero.

Al mismo tiempo, Díaz pone el foco en la "política" frente al "politiqueo". La contraposición que utilizó en su primera entrevista televisiva, en el programa 'Salvados', cuya segunda parte se grabó poco después de la votación de la reforma laboral. Tras advertir a los socios de investidura que "con las cosas de comer no se juega", la ministra fuerza el aplauso que estos grupos le negaron a su proyecto estrella e intenta retratarlos.

"Subir el SMI sin el consenso de la patronal demuestra que el Gobierno puede y debe tomar las decisiones que beneficien a la mayoría social y trabajadora sin la necesidad de contar con el permiso de la CEOE. Cuando no se aceptan sus vetos y condiciones, la clase trabajadora gana", apuntaba el diputado de EH Bildu Oskar Matute. Los soberanistas vacos celebraban este acuerdo, pero poniéndolo frente al espejo de la reforma laboral, que tildaron de insuficiente al no poder modificarse por la amenaza de la patronal de descolgarse. En ERC, optaron por el silencio tras el acuerdo.

Foto: El presidente de la CEOE, Antonio Garamendi. (EFE/Fernando Villar)

La anterior subida del SMI, hace tan solo cinco meses, tampoco contó con el acuerdo de la CEOE. Sin embargo, la cuantía no se fijó según la propuesta con la que los sindicatos arrancaron las negociaciones. En lugar de aplicar la horquilla alta que ellos demandaban, el Gobierno optó por una posición intermedia. En esta ocasión, sí se ha seguido su criterio sin intentar ni siquiera un acercamiento con la patronal.

Las prisas con las que se ha adoptado este acuerdo se justifican desde la vicepresidencia segunda por la voluntad de aplicar la subida con carácter retroactivo. Se argumenta que no se podía demorar mucho más en el tiempo para que las empresas afectadas no tengan que revisar los salarios de febrero, además de los de enero. Asimismo, estas mismas fuentes señalan que en la anterior mesa de negociación sobre el SMI, llevada a cabo el pasado mes de septiembre, ya se había discutido respecto a la senda de subida en lo que queda de legislatura y que el único aspecto a resolver en esta ocasión era fijar la cuantía.

Foto: El presidente de ATA, Lorenzo Amor. (EFE/Rodrigo Jiménez)

La intención del Ministerio de Trabajo, antes de que se atascasen las negociaciones para la reforma laboral y obligasen a retrasar esta mesa, pasaba por no llevar una propuesta cerrada al diálogo social. Algo que ya se hizo en la primera reunión de este lunes para acelerar el proceso. La máxima pasaba por recuperar el consenso en esta materia y seguir la dinámica de acuerdos tanto con empresarios como con sindicatos. Con todo, el pasado viernes, tras la votación de la reforma laboral, ya se avanzaba un cambio de criterio para priorizar una subida exprés, independientemente de la posición de la patronal.

Díaz realizó el anuncio flanqueada por los secretarios generales de CCOO y UGT, Unai Sordo y Pepe Álvarez, quienes elogiaron a la vicepresidenta segunda y aprovecharon para lanzar un dardo a las formaciones progresistas que se opusieron a la reforma laboral. "Este es un Gobierno que cumple, y cumple en contra de lo que algunos están empeñados en decir cada día", apuntó Álvarez en la comparecencia conjunta de este miércoles.

En este ánimo por pasar página, Díaz ya compareció el pasado lunes para dar cuenta de la primera reunión y avanzar la propuesta del Ejecutivo de subir el SMI a 1.000 euros con carácter retroactivo y cerrar el acuerdo de forma inmediata. No es lo habitual que la ministra ofrezca una rueda de prensa en el arranque de una mesa de diálogo social, además de que las primeras reuniones suelen ser de carácter técnico.

Las negociaciones sobre la reforma laboral y el apoyo del Gobierno en formaciones conservadoras para sacarla adelante han dejado a Díaz debilitada políticamente. Con el SMI, pasa página y recupera oxígeno para poner en marcha su proyecto político del denominado frente amplio, cuyo 'proceso de escucha' se ha pausado en las últimas semanas. Si la reforma laboral no ha sido el proyecto con el que hacer despegar su proyecto electoral, la subida del salario mínimo acude al rescate.

Con tan solo dos reuniones y en un plazo récord de 48 horas, el Ministerio de Trabajo ha cerrado las negociaciones con los agentes sociales para la subida del salario mínimo interprofesional. Lo ha hecho con el rechazo de la patronal y optando por una cifra mayor a la media de la horquilla marcada por los expertos para situarlo en la cifra simbólica de 1.000 euros, como reclamaban CCOO y UGT. Con este acuerdo exprés cerrado en dos días, frente a las dos semanas que duraron las conversaciones para determinar la anterior subida, Yolanda Díaz deja atrás la resaca de la reforma laboral. La medida estrella de su departamento en esta legislatura que fue deslegitimada por la izquierda, con el rechazo del bloque de investidura, y que no quedó derogada gracias al voto erróneo de un diputado del PP.

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