Díaz pausa la creación de su proyecto tras la reforma laboral y se centra en el SMI

El largo parto de la reforma laboral, desde el acuerdo con los agentes sociales y las intensas negociaciones parlamentarias durante más de un mes hasta su convalidación en el Congreso, ha obligado a Yolanda Díaz a pausar el lanzamiento de su proyecto político. El inicio del denominado "proceso de escucha" con la sociedad civil estaba previsto para principios del mes de enero y sigue sin fecha una vez aprobado el proyecto estrella de la vicepresidenta segunda. De momento continuará en pausa. La próxima semana acudirá a respaldar al candidato de Unidas Podemos a las elecciones de Castilla y León, Pablo Fernández. Será su única incursión en campaña, poniendo de relieve que no se trata del frente amplio que aspira aglutinar. El próximo viernes viajará a Valencia, donde al día siguiente acudirá a la entrega de los Premios Goya.

La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo se centrará a partir de este lunes en las negociaciones con los agentes sociales para intentar consensuar la subida del salario mínimo interprofesional. Unas negociaciones que se intentarán acortar al mínimo posible. Según su equipo, un máximo de dos semanas, pues la intención es que la subida se aplique con carácter retroactivo a 1 de enero. El grueso de los aspectos a discutir ya quedaron establecidos en la anterior negociación sobre el SMI. Ahora se trata solo de fijar una cantidad dentro de la senda establecida. A partir de ahí se discutirá sobre cómo y cuándo poner en marcha la construcción del "proyecto de país" que busca liderar la gallega.

No hay nada todavía decidido, explican fuentes del entorno de Díaz, aunque no descartan que se aplace unos meses más. "Es posible que comience antes de verano", avanzan estas mismas fuentes. El plan fijado está pendiente de revisar y volver a discutir. Desde Unidas Podemos, en cambio, se presiona por acelerar cuanto antes el proceso para definir el papel de los partidos y avanzar la candidatura ante la eventualidad de un hipotético adelanto electoral decidido por Moncloa.

Opinión

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La "prioridad" de Díaz, en cualquier caso, estará centrada en su agenda institucional y del ministerio, según señalan desde su equipo. Entre las normas que comenzará a preparar figura la de "democratización de las empresas", para incorporar a los trabajadores a los procesos de toma de decisiones, la ley de conciliación de la vida familiar y profesional, el desarrollo del 'Estatuto del Trabajo del Siglo XXI' o avanzar en las mesas con expertos sobre la vinculación entre salud mental y precariedad o la de algoritmos en las relaciones laborales.

La reforma laboral no solo ha supuesto un retraso en el lanzamiento del proyecto de Díaz, sino que ha acercado la sombra del desgaste en el momento más inoportuno. La forma mediante la que se aprobó, por la mínima y gracias al error de un diputado del PP, lo cual para algunos supone realmente haber perdido la votación, se suma al muro levantado desde la izquierda soberanista.

Reajuste de calendario, no de metodología

El rechazo de ERC, EH Bildu y BNG deslegitima desde la izquierda el proyecto de Díaz. También ha supuesto un duro enfrentamiento público con cruce de reproches, hasta el punto de que el líder de los republicanos llegó a decir desde la tribuna del Congreso que la ley estrella de la ministra de Trabajo era "la misma reforma laboral que hubiera negociado Albert Rivera siendo vicepresidente". Posiciones que se han criticado de electoralistas al priorizar el "partidismo" sobre los contenidos del proyecto. Las encuestas del CIS dan cuenta de la ascendencia de Díaz sobre los votantes de estas formaciones.

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El calendario para el lanzamiento del proyecto político de Díaz está por reajustar, pero lo esencial de su hoja de ruta se mantiene en lo referente a metodología y objetivos. En una primera fase se pretenden recoger las aportaciones de colectivos y profesionales de diferente índole, donde el protagonismo no será de los partidos, sino de los sectores de la sociedad que llevan tiempo planteando propuestas desde sus ámbitos correspondientes. El objetivo pasa por dar la batalla para diseñar un nuevo modelo de país. De ahí que se conciba a 10 años vista, de cara a poder desplegarlo en todos los terrenos en los que defienden que debe transformarse España.

Tras ello se iniciaría el trabajo de concretar y traducir en un programa político todas las aportaciones. Momento en el que ya se apelaría directamente a los partidos comenzando a dibujar el frente amplio al que aspira. El camino pasa por dejar en un segundo plano las posiciones ideológicas para centrarse en la "resolución de los problemas". La argumentación de Díaz este jueves tiene mucho de reacción ante el ánimo de arrinconarla en la izquierda del tablero político, en el "espacio a la izquierda del PSOE", pero también visibiliza que ha madurado la idea de dar la batalla por crear un nuevo imaginario de país.