El comisario García Castaño: "Villarejo es un monstruo que han creado los políticos"
El exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO) es una de las piezas clave del primer juicio del caso Tándem
El exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, declaró este jueves en el primer juicio del caso Tándem. La Fiscalía pide 87 años de cárcel para él y centra su escrito en que facilitó información reservada a José Manuel Villarejo, una acusación ante la que García Castaño quiso remarcar el papel que jugaba el comisario en la policía: "Desde el año 94, toda la corporación de determinada escala sabía perfectamente cuál era su trabajo: era un policía en activo y se le permitía utilizar una estructura empresarial en beneficio de la Policía y del CNI". Según aseguró, "Villarejo es un monstruo que han creado los políticos".
Una y otra vez, la Fiscalía trató de reconducir el interrogatorio para poner el foco en cómo Villarejo hacía negocios más allá de su labor policial, pero García Castaño también justificó esta cara B del comisario: "Hacen negocios, claro" "Es que es el fundamento. Cuando el enemigo te observa... Una empresa en Marruecos, por ejemplo. Tú tienes que hacer negocios con esa empresa. De lo que sea esa empresa. De venta de ajos, que existe. Es que si no te descuben y se dan cuenta de que es un tocomocho".
García argumentó así que estos negocios paralelos eran necesarios y que Villarejo no era el único policía que los tenía: "Yo he tenido cuatro Villarejos en mi unidad". La presidenta del tribunal, Ángela Murillo, interrumpió entonces el interrogatorio para que profundizara en esta afirmación, insistiendo entonces el exjefe de la UCAO en la misma idea: "Cuatro policías que estaban en activo en la Policía y tenían sus empresas y tenían sus negocios". "Eran su tapadera y su cobertura".
Apoyándose en este razonamiento, García Castaño se escudó en que la información facilitada a Villarejo siempre era para investigaciones policiales: "Todas las veces que el señor Villarejo me ha pedido datos, lo tiene grabado. Todas las veces. Esa costumbre mala que tiene este señor. Yo le he dado muchas veces al señor Villarejo los datos para operaciones policiales". "Yo le pedía una explicación: ¿esto de qué va?" "Si tenía alguna duda, consultaba con el director adjunto operativo, el señor Eugenio Pino".
Según afirmó, en distintas ocasiones se negó a facilitar información a Villarejo después de que el propio Pino le dijera que no había ninguna investigación al respecto. "Mi trabajo era cazar filtradores. Y cuando alguien me pide información, yo no se la doy así sin más". No puso en duda, sin embargo, que Villarejo pudiera acceder a los datos de otra forma, mencionando para ello el exinspector Constancio Riaño, también acusado, como uno de los agentes que le dio más problemas en su unidad.
No conforme con sus argumentos, la Fiscalía le recordó entonces audios y anotaciones que apuntan a que también él entregó información reservada sobre los encargos que se enjuician ahora en la Audiencia Nacional, así como los ingresos en sus cuentas que apuntan a un enriquecimiento al margen de la Policía: "En un periodo amplio, de aproximadamente once años, había ingresos en efectivo por valor de 500.000 euros". Respecto al acceso a la información reservada, negó una vez más haberle entregado datos sin justificar. Y en cuanto a los ingresos, apuntó a sus cobros de los fondos reservados del Ministerio de Interior y de "asuntos de inteligencia" bajo secreto.
"Por ejemplo, yo cuando iba a Francia y tenía que ir a pagar a una autoridad francesa porque colaboraba con nosotros, le llevaba el dinero en efectivo. Y yo podía utilizar ese dinero para comprar, para comer, para comprarme un traje... Lo que quisiera. Porque se me pagaba de esa forma. Me estaba jugando la vida", argumentó. "Tendrán que compensarme de alguna forma, y ese dinero me lo daban a mí. Pero es que me han estado dando fondos desde el golpe de Estado del 23 de febrero". Llegados a ese punto, la magistrada Murillo paró los pies a la Fiscalía y a García Castaño: "Ya ha explicado el tema ese". Pese a ello, las referencias a operaciones secretas no cesaron.
"Lo que usted está diciendo es que el dinero de los fondos que le llega lo ingresa en efectivo en su cuenta particular", incidió el fiscal Miguel Serrano. "¡Claro! Tengo que pagar todo lo que he gastado". Ante una nueva interrupción de Murillo, Serrano tuvo entonces que explicar su insistencia: "Si está diciendo esto, está atribuyéndose una desviación de fondos públicos. Quiero que lo pueda explicar. ¿Esos ingresos responden a un retorno de gastos?". Pero Murillo respondió por el acusado: "Ha dicho que sí".
La tensión iba en aumento y Serrano no cedía: "Estas cuentas, como usted bien dice, tienen una cierta pauta, es decir, hay unas ciertas cantidades mensuales (...). Claro, los fondos reservados no tienen esa pauta, son en función de operaciones...". Pero García Castaño echó por tierra esta idea y señaló a Miguel Ángel Bayo, el policía que gestionó los fondos durante el mandato de Jorge Fernández Díaz en Interior: "Él me pagaba a mí y me dijo que me iba a pagar 5.000 euros mensuales".
A partir de ahí, el exjefe de la UCAO sacó la artillería: "Eso por una parte. Luego el dinero de los gastos operativos de mi unidad y el dinero de los gastos que se me daban para operaciones especiales como la operación Cataluña, por ejemplo". Su abogado interrumpió la declaración para no "violentar ley de secretos oficiales" y, aunque Murillo se mostró reticente en un primer momento, ordenó un receso. A la vuelta, el propio García Castaño anunció su decisión: "Me ha dicho que no puedo hablar de fondos reservados porque me puedo meter en un lío, pero si su ilustrísima pide mi despensa...".Tras la negativa de Murillo, hasta ahí llegaron sus supuestas operaciones secretas.
Las operaciones de Villarejo
Pero el abogado de Villarejo no dudó en retomar este punto durante su interrogatorio. Nada más arrancar, quiso reconocer reconocer "su importante servicio al Estado" y le preguntó si fue "la persona gracias a la cual" se descubrió el domicilio en el que se escondían los terroristas del 11-M: "Sí, fui yo. Yo y mis compañeros". También recoció ser el contacto de "los servicios de inteligencia más importantes del mundo" y, "como anécdota", quiso remarcar que ha sido condecorado tres veces por el KGB.
Ttras esas buenas palabras iniciales, García Castaño aseguró no haber tenido una relación demasiado buena con Villarejo desde que le conoció en 1994. "Cuando el señor Garzón volvió de la política a la Audiencia Nacional, ahí hubo una serie de enfrentamientos y le encargaron que hiciera el famoso informe Véritas, en el que el señor Villarejo hizo un informe diciendo que yo, el señor Garzón... Barbaridades". Según dijo, aquel informe hizo que se llevaran "fatal" al principio, aunque luego mejoraron.
"Villarejo primero se fue a donde el señor Garzón a decirle quién le había mandado hacer eso y a pedirle discupas. A partir de eso, se le asignó a la Comisaría General de Policía Judicial y ya empezó a hacer trabajos, digamos, más abiertos policialmente. Eso aparte de los que tenía encargados por la parte política". Tampoco tuvo problema en mecionar algunas de las operaciones protagonizadas por Villarejo: "Cuando se instalaron los etarras en Uruguay, él montó allí una estructura hotelera de distribución de bebidas y eso, y él era el que distribuía las bebidas a los etarras". "Trabajó con los servicios militares muchos años y después con el Centro Nacional de Inteligencia".
Entre las operaciones en las que ambos participaron, habló también de la apetura de "un canal con la inteligencia de Arabia Saudí". "El señor Villarejo era amigo de uno de los familiares de un príncipe que estaba casado con una hija de Abdul Rahman, hermano del actual rey Salmán". Ambos coincidieron en Líbano, Siria, México, Cuba, Venezuela o Colombia y, a preguntas del abogado, reconoció que Villarejo había participado en distintas operaciones de Siria o Irak: "No puedo dar información porque está considerada secreta pero se consiguió acceder a toda la documentación clandestina que tenía Sadam Husein. Intervino a través de un colaborador que tenía".
Su mensaje de fondo fue en todo momento el mismo: "A Villarejo se le podría haber detenido en 2016, en 2015, en 2014, en 2013... Porque hacía lo mismo". "Estaba haciendo sus negocios con las empresas. Estaba todo claro". ¿Quiénes lo sabían? No quiso dar nombres, pero sí cargos: "Ministros y secretarios de Estado desde 1994".
El exjefe de la Unidad Central de Apoyo Operativo (UCAO), Enrique García Castaño, declaró este jueves en el primer juicio del caso Tándem. La Fiscalía pide 87 años de cárcel para él y centra su escrito en que facilitó información reservada a José Manuel Villarejo, una acusación ante la que García Castaño quiso remarcar el papel que jugaba el comisario en la policía: "Desde el año 94, toda la corporación de determinada escala sabía perfectamente cuál era su trabajo: era un policía en activo y se le permitía utilizar una estructura empresarial en beneficio de la Policía y del CNI". Según aseguró, "Villarejo es un monstruo que han creado los políticos".
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