Siete horas con Villarejo: "Margarita Robles me encargó el informe contra Garzón"
El comisario de la Policía Nacional José Manuel Villarejo es uno de los personajes más controvertidos del momento. Estas son sus polémicas declaraciones al programa 'Salvados' de La Sexta
El comisario de la Policía Nacional ahora jubilado José Manuel Villarejo es uno de los personajes más singulares del momento. Su nombre aparece vinculado a casos como el del conflicto judicial que mantienen la doctora Elisa Pinto con el empresario Javier López Madrid, la operación Emperador, el ático de Ignacio González, el pequeño Nicolás, el informe Véritas elaborado contra el juez Baltasar Garzón, la lucha contra ETA y el terrorismo internacional, las cloacas del Estado, las escuchas al ministro Jorge Fernández Díaz y la polémicamente denominada operación Cataluña. Está y ha estado, por lo tanto, detrás de los asuntos más polémicos de los últimos años, aunque siempre escondido, actuando desde lo que algunos denominan las "cloacas del Estado", un término que sin embargo él rechaza de modo tajante.
Hoy por la noche en el programa 'Salvados', de La Sexta, dirigido por Jordi Évole, Villarejo se explaya tras años de silencio. Se trata de la primera aparición televisiva del comisario desde que salió en el espacio 'Buenas Noches' de TVE que en 1981 presentaba Carmen Maura. En aquella ocasión, concedió una entrevista como portavoz del Sindicato Profesional de la Policía, la organización que aglutina a los mandos del cuerpo, en un programa distendido, de espectáculos y actualidad. Ahora, su aparición tiene lugar en un contexto muy diferente. Acaba de ser identificado por la doctora Pinto como el hombre que la apuñaló el 10 de abril de 2014 en la puerta del colegio de su hijo.
Esta acusación, de hecho, ha sido la que ha provocado que Villarejo se levante de la silla y mueva pieza. Se produce en medio de la 'guerra' que mantiene con el director del Centro Nacional de Inteligencia (CNI), Félix Sanz Roldán. Considera que el episodio de la doctora no pinta bien para él, que se siente acorralado por el responsable de los servicios de inteligencia y que de aquí en adelante está dispuesto a aparecer cuantas veces sea necesario en los medios de comunicación en caso de que siga sufriendo lo que él considera una auténtica campaña de acoso. De hecho, el lunes ya tiene cerradas dos entrevistas radiofónicas.
En la entrevista con Évole, de la que el programa sólo emitirá 70 minutos de las siete horas y media que grabó, defiende que él ya ha acreditado que no fue quien apuñaló a la dermatóloga porque él no estaba ese día en aquel momento en la zona, ya que se encontraba con dos periodistas en otro lugar. Este extremo, sin embargo, no ha sido confirmado por uno de los dos periodistas, Eduardo Inda, quien ha dicho que él estaba en una tienda comprando una camisa.
Villarejo incluso asegura que fue la propia dermatóloga quien se autolesionó para generar una escándalo contra López Madrid. Sin embargo, por el momento pesa más en el terreno judicial el testimonio de la doctora Pinto, que identificó al comisario como autor del ataque en una rueda de reconocimiento celebrada el pasado 6 de junio por orden del Juzgado 39 de Madrid, diligencia que provocó la imputación de Villarejo en esta causa.
La entrevista con Évole, que tuvo lugar en un estudio situado en la confluencia de las madrileñas calles de Arturo Soria y Alcalá, fue grabada la semana pasada a lo largo de un día entero. El programa recreó una sala de interrogatorio y el conductor de La Sexta se sentó frente a Villarejo en ese ambiente entre las 11 y las 15 horas por la mañana y entre las 16 y las 19.30 horas por la tarde. Además del presentador, una quincena de personas de su equipo acudieron a la grabación, que también incluyó escenas de Villarejo paseando de noche por la Gran Vía madrileña.
El comisario aparece en todo momento con gorra y gafas de sol en un intento por mantener ocultos los pocos rasgos de su cara que aún no han aparecido en las fotografías publicadas por El País, que ha sido el medio que ha sacado su imagen en más ocasiones y que desveló, entre otras informaciones, el patrimonio con que contaba el policía, conformado por una docena de empresas. Según Villarejo, en ningún momento ha recibido dinero de estas mercantiles, que es lo que prohíbe la ley. Asegura que solo se ha dedicado a gestionarlas, extremo que –afirma– sí acepta la normativa. Además, añade que esas sociedades le permitieron a las Fuerzas de Seguridad realizar operaciones de infiltración en los círculos de ETA en Uruguay, operaciones en las que -según dice- él mismo participó como agente encubierto.
El autor de las noticias sobre su patrimonio, Javier Ayuso, quien antes ocupó el cargo de director de comunicación de la Casa del Rey, también es entrevistado por Évole en esas cuñas habituales que intercala el presentador mostrando su iPad. En este formato, aparecen además el periodista Álvaro de Cózar, autor de una serie de podcast sobre el comisario, y el exjuez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón.
Villarejo admite en la entrevista que formó parte del equipo inicial que elaboró el informe Véritas contra este último magistrado, pero asegura que se apartó en cuanto vio que todo eran falsedades. Argumenta que así lo dice el propio Garzón y revela que fue Margarita Robles –nombrada portavoz del PSOE en el Congreso de los Diputados el pasado martes– quien le ordenó hacer ese informe para destruir al magistrado. En su breve intervención en el programa, Garzón confirma esa versión de Villarejo y asegura que él mismo pidió explicaciones a Robles por el informe Véritas, pero que ésta nunca se las dio.
Durante el encuentro con Évole, el funcionario retirado insiste en que todas las polémicas en las que se ha visto implicado han sido creadas por el director del CNI, que -según afirma- está obsesionado con él desde hace años. En concreto, añade, desde que el organismo decidió oponerse a que la Policía Nacional llevara a cabo labores de inteligencia. Sostiene que está sufriendo una campaña de desprestigio tanto él como la propia Policía, debido a que el CNI quiere limitar la participación de ambos en determinadas investigaciones. Una y otra vez repite que Sanz Roldán, a quien llama "el generalísimo", está detrás de esta campaña y de operaciones como Emperador, que llevó a cabo la Audiencia Nacional contra la mafia china encabezada por Gao Ping y que involucró a una decena de policías nacionales, todos ellos exonerados posteriormente por la justicia.
También indica que el que fuera jefe de Asuntos Internos de la Policía y principal investigador del caso Nicolás, Marcelino Martín Blas, fue utilizado por el CNI para investigar todo aquello que interesaba al organismo dirigido por Sanz Roldán. Señala que Martín Blas –cuyas indagaciones en el marco de la causa que dirige el Juzgado número 2 de Madrid lograron imputar a Villarejo en el caso Nicolás– ha actuado en todo momento respaldado por Cosidó.
El comisario también admite durante su conversación con Évole que estuvo tratando de encontrar aquellas pruebas que el extesorero del PP Luis Bárcenas afirmó tener sobre una presunta financiación ilegal del partido. Estas fueron encontradas y puestas a disposición de la justicia, recuerda Villarejo, quien también niega la existencia de la denominada operación Cataluña, que algunos medios vinculan con las investigaciones ordenadas por el exministro del Interior Fernández Díaz sobre partidos independentistas reveladas por las grabaciones realizadas en el despacho del propio exresponsable de la seguridad del Estado.
Villarejo también confiesa que participó en las indagaciones que derivaron en el caso Pujol pero rechaza que aquello pueda considerarse una operación de las "cloacas del Estado", dado que todas las diligencias fueron comunicadas a la Audiencia Nacional, donde se instruye el procedimiento aún vivo contra el clan. Además, explica que el borrador de la UDEF que acusaba a los Pujol no era más que un documento de trabajo interno de la Policía que los sindicatos filtraron a los medios para impedir que la investigación cayera en saco roto. Fernández Díaz, según afirma Villarejo, se enteró de la existencia de esa investigación sobre los Pujol y trató de contactar con el expresidente de la Generalitat para negociar y ofrecerle el archivo de la causa a cambio de que dejara de apoyar la deriva soberanista de los dirigentes catalanes. La Policía -continúa- sabía que el ministro estaba negociando ese apaño, con el que no estaba de acuerdo, y decidió sacar a la luz el borrador para que Fernández Díaz no tuviera opción de negociar.
Évole le pregunta además por el informe que hizo Villarejo en el que el comisario resalta el trasvase de dinero que se produce entre una cuenta de Andbank y la cuenta Soleado, a lo que el comisario le responde que tiene información que confirma que esos fondos traspasados podían pertenecer a "altas instituciones del Estado". No tiene malas palabras, sin embargo, contra la corona. Durante la entrevista, el policía defiende que la monarquía es un pilar de la democracia y que el rey emérito Juan Carlos I, con sus claroscuros, ha sido responsable de que actualmente tengamos el país que tenemos.
La entrevista de Évole a Villarejo, grabada durante todo un día e interrumpida únicamente para que presentador y policía se tomaran unos sandwiches, y para que el periodista se echara un rato, se desarrolló en todo momento en un tono cordial aunque tenso y concluyó con un "muchas gracias por la entrevista, señor Villarejo" por parte del director del programa y con un "gracias a ti porque me has ahorrado 50 euros de psiquiatra", como respuesta del policía jubilado.
El comisario de la Policía Nacional ahora jubilado José Manuel Villarejo es uno de los personajes más singulares del momento. Su nombre aparece vinculado a casos como el del conflicto judicial que mantienen la doctora Elisa Pinto con el empresario Javier López Madrid, la operación Emperador, el ático de Ignacio González, el pequeño Nicolás, el informe Véritas elaborado contra el juez Baltasar Garzón, la lucha contra ETA y el terrorismo internacional, las cloacas del Estado, las escuchas al ministro Jorge Fernández Díaz y la polémicamente denominada operación Cataluña. Está y ha estado, por lo tanto, detrás de los asuntos más polémicos de los últimos años, aunque siempre escondido, actuando desde lo que algunos denominan las "cloacas del Estado", un término que sin embargo él rechaza de modo tajante.