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Rajoy, contra todos en el Congreso: tira de ironía, de su libro y enmienda la moción de censura
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Comisión de investigación por Kitchen

Rajoy, contra todos en el Congreso: tira de ironía, de su libro y enmienda la moción de censura

El expresidente, que se preparó con papeles, pide respetar la presunción de inocencia e intenta desmontar la caja B en Génova. El PP habla de una "causa general"

Foto: Rajoy, en el Congreso. (Reuters/Juan Medina)
Rajoy, en el Congreso. (Reuters/Juan Medina)

Mariano Rajoy volvió al Congreso de los Diputados para cerrar la comisión de investigación por el caso Kitchen y salió enfrentado dialécticamente con todos. Con el PSOE, Unidas Podemos y ERC, lo que se daba por descontado, y con Vox Y Ciudadanos, una 'pinza' que para el PP es "sorprendente". El expresidente del Gobierno, que se preparó a conciencia, con papeles, su comparecencia, tiró de ironía en algunas ocasiones, dijo desconocer, negó todo y se esforzó en repetir que "el PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B" y en defender la presunción de inocencia hasta que haya una sentencia firme.

Sabía Rajoy que iba a ser una encerrona. Bajo el brazo llevaba una carpeta con decenas y decenas de documentos y anotaciones. En un tono que recordaba al del debate de la moción de censura de 2018, el exjefe del Ejecutivo bajó la vista en el inicio de su intervención y leyó: "No conozco al señor Villarejo, no me consta haberlo visto, no hablé con él nunca, y no me consta haber recibido ningún mensaje suyo". Ni haberle enviado ningún SMS. Para Rajoy, es importante no creer a Villarejo ni a Bárcenas, a quien siguió sin citar, y así se lo dijo, por ejemplo, al portavoz del PSOE, Felipe Sicilia: "Le puedo hablar de lo que ha dicho el señor Villarejo del PSOE". Citó las referencias del comisario a Felipe González y al malogrado Alfredo Pérez Rubalcaba para añadir que no les daba ninguna credibilidad, a diferencia de los socialistas. "Tienen problemas serios en los tribunales (...) Como tienen derecho a mentir, dicen lo que quieren", señaló.

El término que más citó Rajoy fue 'presunción de inocencia'. "El PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B, ni por los ordenadores —dijo—. Conviene que interioricemos el derecho básico de cualquier ciudadano a la presunción de inocencia". Ahí, la tensión subió. Especialmente cuando el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, tomó la palabra. Fue uno de los momentos más tensos de la comparecencia. El dirigente independentista se levantó de su asiento para entregarle a Rajoy la sentencia del caso Gürtel. La presidenta de la comisión, la socialista Isaura Leal, le pidió que no lo hiciera. Pero no se detuvo. Rajoy se la devolvió con un "yo le voy a dar este libro". El portavoz de Bildu, Jon Iñarritu, le llegó a pedir un ejemplar para leerlo. Rajoy presume de libro, 'Política para adultos'. Lanzó que algún diputado debería seguir sus consejos.

La nueva obra del expresidente estuvo presente en el cierre de la comisión de investigación del caso Kitchen. Rajoy lo volvió a citar cuando mencionó que el expresidente valenciano Francisco Camps había sido objeto de hasta 120 portadas de periódicos, pero que al final había sido absuelto. "La presunción de inocencia se mantiene hasta que la rompa una resolución judicial firme", defendió. No dudó en citar que mantiene una "magnífica" opinión de sus exministros María Dolores de Cospedal —destacó que había sido desimputada— y Jorge Fernández Díaz, e, incluso, del exsecretario de Estado de Seguridad Francisco Martínez.

Rajoy insistió en que no sabía nada. "Cospedal no me comunicaba las reuniones con Villarejo en Génova", "nunca" supo sobre "el dispositivo de vigilancia a Bárcenas", "no" habló con su ex secretaria general de ninguna reunión de este tipo, "tampoco" ordenó nada. Lo repitió, una vez tras otra.

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy en la comisión del Congreso. (EFE)

Las chanzas, de diferente tipo, también fueron la tónica habitual en la comparecencia. Con Sofía Castañón, de Unidas Podemos, bromeó afirmando que se encontraba "bien" pero que preferiría estar "tomando café". Con Rufián hubo menos broma. Rajoy le estaba esperando y le entró al cuerpo a cuerpo. "Quien miente es usted", le respondió ante las acusaciones. "¿Usted ha sido presidente del Gobierno?", lanzó el republicano. "Esa es una pregunta muy inteligente", le contestó el compareciente. "No se ponga nervioso", le llegó a decir. "Nervioso está usted", replicó. El catalán dijo en varias ocasiones que esto no era 'El Hormiguero'. Y Rajoy quiso concluir con un "usted lo que ha hecho es insultar y agredir; le da igual el Estado de derecho y la presunción de inocencia. Hoy creo que ha hecho el ridículo".

Rajoy y Vox, tensión por momentos

La tensión con Vox también fue evidente, aunque la conversación fue distinta que con el resto de formaciones. Tanto en la forma como en el fondo. La diputada Macarena Olona dejó claro al inicio de la conversación, como en sesiones precedentes, que su partido está en contra de la conocida como comisión Kitchen por desarrollarse de forma paralela a una causa judicial, hasta el punto de calificarla como un “circo político”.

A los pocos minutos, sin embargo, cambió su semblante y su tono afable porque el expresidente no se centraba en el objeto de sus preguntas. Rajoy combinó su presunto desconocimiento sobre algunos temas con una maestría total para escabullirse y no contestar a otras de las cuestiones. Olona, de hecho, pidió a la presidenta de la comisión que, en el ejercicio de su cargo, interviniera en estos supuestos.

Foto: El expresidente del Gobierno Mariano Rajoy, acompañado por el la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso. (EFE/David Fernández) Opinión

Pero el momento más comprometido fue cuando la diputada de Vox deslizó una estrategia del PSOE para atribuir cualquier responsabilidad política sobre la trama en el Ministerio del Interior a María Dolores de Cospedal y no a Soraya Sáenz de Santamaría, pese a que el CNI estaba a su cargo. Rajoy intentó eludir este extremo haciendo otra pregunta y señalando directamente a los socialistas, pero Olona esta vez no pidió el amparo de la presidenta. “Si quisiera preguntar al PSOE, ya lo habría hecho”, zanjó muy seria.

El ambiente se relajó levemente cuando el expresidente del Gobierno atendió la cuestión con una respuesta más que evidente, en la línea de toda su intervención. “No tengo ni la más remota idea de por qué toma una decisión u otra”, declaró. La portavoz adjunta de Vox se dio por fin por satisfecha, aunque insistió en las supuestas conexiones de Rajoy con Villarejo y sus acusaciones. Y el termómetro volvió a subir. “Me preocuparía que no me crea entre lo que dice el señor Villarejo y el señor Rajoy”, dijo el exlíder popular.

Ciudadanos apretó

Ciudadanos tampoco fue especialmente benévolo y la respuesta de Rajoy estuvo a la altura. Edmundo Bal apeló al pasado como opositor del expresidente para criticar su rechazo a las comisiones de investigación, amparadas por la Constitución. “Debería saberlo”, reprochó el portavoz de la formación naranja.

Pero ni por esas. A Rajoy no le importó que la Carta Magna recoja esta figura para mostrarse manifiestamente en su contra. Todo lo contrario. El antiguo líder del PP se reafirmó en sus convicciones y pidió incluso una reforma para eliminar este precepto y las acusaciones populares. “No existe en otros países”, declaró.

El PP habla de "causa general contra el PP"

El PP, por su parte, no quiso formular a Rajoy ninguna pregunta "porque no hemos creído en esta comisión de investigación". Su portavoz, Cuca Gamarra, habló de "una causa general" contra el partido "a la que se han sumado sorprendentemente otros partidos de la oposición". Leyó un documento para recordar casos que afectaron al PSOE (GAL, fondos reservados, Roldán y los ERE de Andalucía), a Podemos (financiación ilegal) o a ERC (condena por sedición). Y pidió a sus rivales que "dejen de hablar genéricamente del PP" porque hay "cientos de miles de afiliados a quienes injurian y calumnian".

Mariano Rajoy volvió al Congreso de los Diputados para cerrar la comisión de investigación por el caso Kitchen y salió enfrentado dialécticamente con todos. Con el PSOE, Unidas Podemos y ERC, lo que se daba por descontado, y con Vox Y Ciudadanos, una 'pinza' que para el PP es "sorprendente". El expresidente del Gobierno, que se preparó a conciencia, con papeles, su comparecencia, tiró de ironía en algunas ocasiones, dijo desconocer, negó todo y se esforzó en repetir que "el PP no ha sido condenado por la existencia de una caja B" y en defender la presunción de inocencia hasta que haya una sentencia firme.

Mariano Rajoy Partido Popular (PP) Luis Bárcenas
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