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Díaz idea un programa de "reconstrucción" para relegar a Podemos y sustituir al PSOE
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HOJA DE RUTA PARA UN NUEVO PROYECTO

Díaz idea un programa de "reconstrucción" para relegar a Podemos y sustituir al PSOE

El objetivo pasa por dar la batalla para diseñar un nuevo modelo de país. El proceso de elaboración programática se extenderá a lo largo de 2022 y priorizará las propuestas de colectivos y sectores profesionales frente a los partidos

Foto: La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (3d). (EFE/Mariscal)
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz (3d). (EFE/Mariscal)
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La hoja de ruta de la plataforma que busca poner en marcha Yolanda Díaz está trazada. Calendario, metodología y objetivos. La principal reflexión de la que parte tiene que ver con levantar un "nuevo proyecto de país". Un proyecto incompatible con la etiqueta de izquierda, "una esquinita" que rehúye porque "es algo muy pequeño y marginal", y que intenta erigirse en la casa común desde la que "imaginar y reconstruir un nuevo país", avanzan desde su equipo. La prueba de fuego que medirá su éxito o fracaso será el proceso de elaboración programática. Este se ha ideado como una gran conversación, tanto sectorial como territorial.

En una primera fase, que arrancará después de las navidades, se recogerán las aportaciones de colectivos y profesionales de diferente índole. El protagonismo no será de los partidos, sino de los sectores de la sociedad que llevan tiempo planteando propuestas desde sus ámbitos correspondientes. También de figuras destacadas, desde la ciencia o el deporte hasta la sanidad o el medio ambiente. Ni siquiera Díaz pretende tener un papel protagonista, más allá de participar en las reuniones y dedicarse a escuchar. "Hay más energía social dentro que fuera", analizan estas mismas fuentes en relación con las organizaciones políticas. Energías externas que entienden no solo con una capacidad movilizadora, sino propositiva, por lo que se priorizarán estas sinergias.

Foto: Nadia Calviño junto a Yolanda Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Con todo, los partidos sí estarían presentes en la siguiente fase —o más bien "apelados a sumarse"—, cuando se inicie el trabajo de concretar y traducir en un programa político todas las aportaciones. Se calcula que no antes del verano, para poder abarcar todos los territorios y todos los sectores. Este trabajo será paralelo al institucional, por lo que no ven margen para acortar más los tiempos. Máxime, si entre medias se cuelan procesos electorales como las andaluzas, que obligarían a establecer un paréntesis. Desde Unidas Podemos, ya han comenzado las presiones para acelerar los tiempos y evitar perder peso en todo este proceso.

El objetivo pasa por dar la batalla para diseñar un nuevo modelo de país. De ahí que se conciba a 10 años vista, de cara a poder desplegarlo en todos los terrenos en los que defienden que debe transformarse el país. Si bien se reconoce la ambición, también se justifica la necesidad de intentarlo. Primero, porque entienden que el PSOE no tiene un proyecto de país para la transformación y modernización, como sí pudo haberlo tenido en otras épocas pasadas, tras la Transición. Segundo, y derivado de este supuesto vacío, para aprovechar la ventana de oportunidad que abre el actual contexto keynesiano por la crisis del coronavirus, de paréntesis de la ortodoxia económica en la UE, para apostar por un profundo cambio de modelo social.

Foto: Las lideresas de izquierda en el acto "otras políticas" de Valencia. (Ella decide los tiempos y la gente empieza a ponerse nerviosa. (EFE/Ana Escobar)

Las formaciones a la izquierda del PSOE se han centrado más en resistir o, incluso, en intentar sustituirse entre sí, como el primer Podemos con el PSOE, que en desplegar proyectos de país como los que sí ofrecen las formaciones a la derecha del tablero político. Hacerlo, o al menos pretenderlo, supone un salto cualitativo en el proyecto de Yolanda Díaz, del que está por ver su recorrido. A las dificultades propias hay que sumar el recelo de sus actuales compañeros de viaje, principalmente Podemos, y la reacción del PSOE para no perder terreno electoral. De hecho, el fuego amigo ya ha comenzado a producirse, aunque todavía a baja intensidad.

El carácter transversal del proyecto de Díaz, como expresaba este jueves en una entrevista en Radio Cable con el periodista Fernando Berlín, ha sorprendido en el entorno de la izquierda tradicional, de la que proviene la vicepresidenta segunda. Y no para bien. "Yo no quiero estar a la izquierda del Partido Socialista​, le regalo al PSOE esa esquinita. Eso es algo muy pequeño y muy marginal. Yo creo que las políticas que despliego son transversales. Las instituciones, la sanidad pública, no son ni de derechas ni de izquierdas, son de la ciudadanía española", concluía en la mencionada entrevista.

Foto:  La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz. (EFE/Mariscal) Opinión
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Fuentes cercanas a la vicepresidenta insisten en que esta es su seña de identidad "antes incluso de que impulsase AGE". Se refieren a la plataforma Alternativa Galega de Esquerdas, que Díaz colideró con el histórico nacionalista Xosé Manuel Beiras y con la que dio el salto al Parlamento autonómico en la IX Legislatura gallega (2012-2016). La antesala que propició las condiciones necesarias para el surgimiento de las plataformas municipalistas llamadas Mareas. Un proyecto heterogéneo, que rompió esquemas al acabar con la división de la izquierda respecto al planteamiento de la cuestión nacional y que irrumpió como un tsunami en 2012, con el viento a favor del 15-M. No en vano, el modelo de la 'mistura' de AGE es uno de los espejos en que se mira ahora Díaz.

Las apelaciones al "ni de izquierdas ni de derechas" han recibido críticas tanto desde sectores socialistas como del espacio a su izquierda. Una reacción que los responsables de discurso enmarcan en la "burbuja" de las redes sociales. Si bien se trata de la primera vez que Díaz intenta zafarse en público de la etiqueta de izquierda, donde la arrincona el PSOE, confrontando directamente con sus socios de gobierno.

Foto: Las lideresas de izquierda en el acto de Valencia. (EFE/Ana Escobar)

Reflexiones que en privado viene repitiendo desde que se celebró el 40º Congreso Federal del PSOE. Más concretamente, desde que al día siguiente del cónclave el presidente del Gobierno y líder de los socialistas, Pedro Sánchez, situase en el rincón izquierdo a su vicepresidenta segunda. Durante las últimas semanas, se ha intensificado este marco, coincidiendo con el trasvase de votantes del PSOE a Díaz que refleja el CIS, por lo que se dio el paso de responder públicamente a los socialistas. Estos últimos también han reprochado el uso que estaría haciendo Díaz de su ministerio para lanzar su candidatura.

No se busca a los convencidos, sino a los que puedan empatizar o quieran aportar al margen de las siglas, ensanchando así la plataforma e integrando desde la diferencia. El camino pasa por dejar en un segundo plano las posiciones ideológicas para centrarse en la "resolución de los problemas". La argumentación de Díaz este jueves tiene mucho de reacción ante el ánimo de arrinconarla en la izquierda del tablero político, en el "espacio a la izquierda del PSOE", pero también visibiliza que ha madurado la idea de dar la batalla por crear un nuevo imaginario de país. Una mala noticia para los intereses de Podemos, ya que de esta batalla se infiere una superación de las fórmulas utilizadas hasta ahora.

La hoja de ruta de la plataforma que busca poner en marcha Yolanda Díaz está trazada. Calendario, metodología y objetivos. La principal reflexión de la que parte tiene que ver con levantar un "nuevo proyecto de país". Un proyecto incompatible con la etiqueta de izquierda, "una esquinita" que rehúye porque "es algo muy pequeño y marginal", y que intenta erigirse en la casa común desde la que "imaginar y reconstruir un nuevo país", avanzan desde su equipo. La prueba de fuego que medirá su éxito o fracaso será el proceso de elaboración programática. Este se ha ideado como una gran conversación, tanto sectorial como territorial.

Yolanda Díaz
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