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Yolanda Díaz lanzará su proyecto político cuando cierre la reforma laboral y el SMI
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Los planes de la vicepresidenta

Yolanda Díaz lanzará su proyecto político cuando cierre la reforma laboral y el SMI

La vicepresidenta maneja con celo los tiempos de su proyecto mientras crece la ansiedad en su entorno político tras sus apariciones estelares en Valencia y en el congreso de los comunes

Foto: Las lideresas de izquierda en el acto "otras políticas" de Valencia. (Ella decide los tiempos y la gente empieza a ponerse nerviosa. (EFE/Ana Escobar)
Las lideresas de izquierda en el acto "otras políticas" de Valencia. (Ella decide los tiempos y la gente empieza a ponerse nerviosa. (EFE/Ana Escobar)

Yolanda Díaz no tiene ninguna prisa por anunciar cómo va a ser su plataforma política y con quién cuenta para presentarse a las próximas elecciones generales. La vicepresidenta segunda está enfriando los siguientes pasos y eso ha provocado cierto nerviosismo en su entorno. Pero las prioridades para la líder emergente a la izquierda del PSOE son claras: su labor en el Ministerio de Trabajo. Este parón, tras el acto de Valencia y la participación en el congreso de los comunes, está levantando nervios entre quienes aspiran a formar parte de la primera línea del proyecto.

Díaz está centrada en los asuntos en los que quiere dejar impronta. En primer lugar, en la reforma laboral, el principal encargo que asumió cuando tomó las riendas del ministerio de mayor peso de Unidas Podemos. La negociación en la Mesa de modernización del mercado de trabajo continúa abierta y el Ministerio quiere sumar a la patronal al acuerdo, más si cabe después de que CEOE y Cepyme decidieran no formar parte del acuerdo impulsado por Escrivá para aprobar el nuevo mecanismo de equidad intergeneracional. El Ministerio de Yolanda Díaz está cediendo y los empresarios están entrando en la negociación. Por concretar, en última reunión, celebrada el pasado viernes, el Gobierno adaptó su propuesta sobre el contrato de formación y rehizo los nuevos ERTE, los llamados RED, que provocaron el rechazo inicial de CEOE. Las posturas no están tan lejos como al principio en una negociación que deberá concretarse antes de fin de año. Los fondos europeos están en juego.

Foto: El presidente Sánchez aplaude junto a la ministra Díaz. (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

Otra prioridad para Díaz, antes de pensar en su futura plataforma política, es la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Es un debate abierto ahora mismo en el Gobierno. Trabajo quiere que el alza se apruebe para que sea efectiva a partir de enero, en apenas un mes, pero el área socialista del Gobierno, con Nadia Calviño a la cabeza, está enfriando esa decisión. El vademécum es el acuerdo, sellado solo con los sindicatos el pasado mes de septiembre, donde se subió el SMI 15 euros, hasta los 965, y se contempló el compromiso de revisarlo en 2022 y 2023, pero sin fijar plazos, hasta encaminarlo a final de la legislatura al 60% del salario medio en España, como recomienda la Carta Social Europea. La vicepresidenta segunda quiere que la revisión se haga cuanto antes para que la recuperación pueda llegar a todos los hogares, especialmente a los dos vulnerables.

Una vez cerradas ambas medidas será el momento de pensar en clave política, señalan desde el entorno de Yolanda Díaz. Y eso no sucederá a corto plazo, añaden. La clave es "llegar vivos" a una convocatoria electoral que, en principio, está prevista para finales de 2023. El calendario que manejan es ese y, por tanto, no van a acelerar plazos ni a consumir etapas antes de tiempo. De momento no hay en previsiones ningún otro acto de partido con Díaz como cabeza de cartel previsto, señalan desde su equipo.

Foto: Acto de Catalunya en Comú con Yolanda Díaz sentada entre las invitadas. (EFE/Toni Albir)

Esta hoja de ruta a medio y largo plazo trazada por Yolanda Díaz ha desatado cierta ansiedad en dirigentes y cuadros de su entorno que esperaban un paso al frente cercano o inminente por parte de Díaz para también despejar ellos su futuro. Es el caso, por ejemplo, de Ada Colau. La alcaldesa de Barcelona ha mostrado interés por dar el salto a la política nacional y a aspirar a formar parte de una candidatura al Congreso de los Diputados, siempre según fuentes de su entorno. El pasado fin de semana, en el congreso de su partido, llegó a decir a Díaz: "Si das el paso para liderar el proyecto de país, los comunes estarán contigo".

Pero Yolanda Díaz marcó su terreno, y sus tiempos, con una frase que aún resuena entre los comunes y entre todo el universo de Unidas Podemos: "Si decides libremente y voluntariamente asumir el reto de volver a encabezar la candidatura a alcaldesa de Barcelona, vas a contar con todo mi apoyo". Colau, vino a decir Díaz, de momento debe despejar si quiere volver a ser candidata en las municipales de mayo de 2023 y después ya veremos. O antes, porque una opción que se maneja en el Gobierno y en el PSOE es la de repetir el formato de elecciones de 2019. Es decir, adelantar las generales un mes antes de las municipales y autonómicas, a abril, para que Sánchez tome la iniciativa en territorios como Madrid, con la fortaleza de Isabel Díaz Ayuso, o Galicia, con Alberto Núñez Feijóo. De momento todo son escenarios posibles.

Foto: Colau, en la inauguración de la Asamblea de los comunes. (EFE/Toni Albir)

El sentir mayoritario entre los comunes es que Colau vuelva a intentar ser alcaldesa de Barcelona por tercera legislatura consecutiva, convirtiendo su proyecto en el emblema de los llamados "ayuntamientos del cambio", apuntan fuentes de los comunes. "Barcelona no se puede dar por perdida y menos porque Ada quiera irse al Congreso", apunta una fuente cercana a la alcaldesa. Si eso ocurre, que Colau sea candidata en unas generales, empiezan a circular nombres para su sucesión como los de Joan Subirats, Janet Sanz y Jordi Marti.

La misma sensación que en los comunes existen en otras confluencias de Unidas Podemos, como Izquierda Unida, con Alberto Garzón a la cabeza, que se ha pegado a Yolanda Díaz y que ha descartado dejar el Gobierno para ser el candidato en las elecciones de Andalucía, un movimiento que se manejó durante la etapa de Pablo Iglesias en la Vicepresidencia segunda. Lo mismo ocurre con Manuela Carmena, que se ha ofrecido a Díaz y que ahora se encuentra de gira para promocionar su libro. La exalcaldesa de Madrid ha bendecido una plataforma alejada de las siglas y el aparato de los partidos, pero no ha recibido respuesta por parte de la gallega.

En Más Madrid y en Compromis también hay movimientos soterrados. Mónica García y Oltra también se han pegado a Díaz y eso ha provocado que algunas placas tectónicas de sus respectivos partidos choquen. Quieren vencer algunas reticencias internas, que las hay, a que sus formaciones queden desdibujadas en esa futura plataforma sin siglas.

En Podemos, por su parte, Ione Belarra e Irene Montero también entienden que Díaz maneje los tiempos y lo van a respetar. Tampoco se están dejando ver en la primera línea de los dos actos celebrados con el objetivo de que su presencia no genere rechazos (hay quien señala en este sentido a Errejón y la profunda animadversión que aún existe con él; si Podemos se moja con Díaz será más complicado que el errejonismo forme parte del proyecto). Y algo similar ocurre con Teresa Rodríguez, que se ha ofrecido como posible aliada de Díaz en un futuro.

Yolanda Díaz no tiene ninguna prisa por anunciar cómo va a ser su plataforma política y con quién cuenta para presentarse a las próximas elecciones generales. La vicepresidenta segunda está enfriando los siguientes pasos y eso ha provocado cierto nerviosismo en su entorno. Pero las prioridades para la líder emergente a la izquierda del PSOE son claras: su labor en el Ministerio de Trabajo. Este parón, tras el acto de Valencia y la participación en el congreso de los comunes, está levantando nervios entre quienes aspiran a formar parte de la primera línea del proyecto.

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