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La hostilidad entre Cs y Vox aumenta con más exigencias y nuevos ataques personales
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NEGOCIACIONES EN MADRID Y MURCIA, ESTANCADAS

La hostilidad entre Cs y Vox aumenta con más exigencias y nuevos ataques personales

El partido de Abascal dice ahora que solo desbloqueará Madrid si hay un encuentro entre líderes nacionales. Además, la formación insiste en nuevos ataques hacia Albert Rivera

Foto: El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)
El líder de Ciudadanos, Albert Rivera. (EFE)

Lejos de acercar posturas, Ciudadanos y Vox continúan con su particular camino hacia la incompatibilidad. Los votos del partido de Santiago Abascal son igual de necesarios tanto en Madrid como en Murcia para sacar adelante los acuerdos de gobierno que populares y naranjas tienen firmados. Sin su apoyo no salen, y el primer ejemplo se escenificó el pasado jueves en la Región. La investidura de Fernando López Miras no salió adelante porque los de Vox votaron en contra. Ahora, en Madrid, la formación de ultraderecha lo fía todo a una reunión entre líderes: insisten en que si Pablo Casado y Albert Rivera no se ven con Abascal, no habrá desbloqueo. Hasta ahora, Vox no había planteado nada en esa línea e insistía en un documento programático conjunto.

Abascal quema su último cartucho en busca de visibilidad

A los enfrentamientos entre las posiciones frente a la negociación, se unen los distintos ataques personales hacia el líder naranja. La semana pasada, la cuenta oficial del partido de Abascal lanzaba en Twitter un durísimo mensaje en el que acusaba a Rivera de ser un "sinvergüenza", "acojonado" y "lameculos". Rechazaron pedir disculpas y se limitaron a ironizar con que había sido el responsable de sus redes durante el verano. Sin embargo, en la tarde de este lunes, su máxima dirigente en la comunidad madrileña, Rocío Monasterio, se volvió a referir a la vida personal del líder naranja para atacarle en una entrevista en la Cadena SER.

La hostilidad entre ambas formaciones no deja de aumentar entre ataques y nuevas exigencias políticas. La petición de un encuentro entre líderes no gustó en las filas naranjas. Después de que la portavoz nacional, Inés Arrimadas, inclinara la balanza hacia una negativa sin aclarar exactamente los planes de Rivera, el partido confirmaba en la tarde de este lunes que no se producirá ese encuentro. Ciudadanos considera que las conversaciones deben llevarse a cabo en un marco estrictamente territorial, donde hay designados equipos negociadores. Apuntan además que en el caso de Vox, no habrá más que conversaciones para intentar que los diputados tanto de Murcia como de Madrid "rectifiquen" el sentido de su voto y permitan poner en marcha ejecutivos de PP y Ciudadanos.

Foto: l líder de Ciudadanos, Albert Rivera, preside la reunión del Comité Permanente del partido celebrada este lunes. (EFE)

En lo único que está dispuesto a ceder el partido de Rivera es en que se celebren más reuniones entre los tres partidos. Aunque la formación naranja restó importancia al encuentro de cinco horas del pasado jueves con miembros de PP, su partido y Vox sentados a la misma mesa, la realidad es que hace semanas el partido no estaba dispuesto a que esas reuniones se celebraran. "No habrá mesas de negociación a tres", aseguraba el secretario general naranja, José Manuel Villegas, tras la ejecutiva en la que se aprobó una hoja de ruta sobre pactos. Daban prioridad a llegar a acuerdos con el PP sin descartar el entendimiento en algún punto con el PSOE y, sobre todo, descartaban sentarse con Vox.

Por primera vez ese encuentro se producía en Murcia hace unos días. Ciudadanos insistió en que no se trataba de una "negociación" sino de "una conversación" en la que explicaron a los dirigentes de Vox el acuerdo alcanzado con los populares para poder contar con su apoyo. El partido de ultraderecha, por su parte, lo vio de forma distinta. Su principal negociador, Luis Gestoso, aseguró que en aquellas cinco horas abordaron medidas programáticas. Más allá de la terminología, el partido de Rivera atravesó una línea que, en principio, se antojaba roja. Y no pondrá problemas en repetir.

placeholder El presidente de Vox, Santiago Abascal, en el centro durante su comparecencia del lunes. (EFE)
El presidente de Vox, Santiago Abascal, en el centro durante su comparecencia del lunes. (EFE)

Ciudadanos entiende que si la reunión de equipos en Murcia (o una similar en Madrid) debe producirse "para volver a explicar el contenido de los acuerdos", lo harán. Lo reconoció Arrimadas este lunes y lo ratificó Rivera al declinar el encuentro con Abascal: si sus diputados se plantean "rectificar" el sentido de su voto, "que lo trasladen a los equipos autonómicos", repetían fuentes del núcleo del dirigente naranja. Dicho de otra manera: no valoran una cita entre líderes nacionales y entienden que deben ser los comités territoriales los que establezcan cualquier tipo de contacto.

Fuentes del comité ejecutivo recuerdan que ni en Andalucía, ni en Castilla y León, ni en ningún otro caso han negociado aspectos autonómicos o municipales los presidentes de los partidos y aseguran que ahora no será diferente. Consideran que la petición de Abascal responde a un "afán de protagonismo" como el resto de movimientos del partido y que los cambios de exigencias son "chocantes": de una reunión a tres pasaron a exigir documentos conjuntos y ahora lo apuestan todo a que se vean Rivera, Casado y Abascal.

No habrá firma a tres

En lo que el partido naranja se mantiene firme es en que no habrá documentos programáticos o acuerdos con las tres firmas. "No vamos a cambiar de criterio", aseguró Arrimadas, recordando que los encuentros que se produzcan entre las tres formaciones serán solo en base al acuerdo previo cerrado entre naranjas y populares. Aseguran que bajo ningún concepto habrá rúbrica compartida y que no cambiarán los contenidos de los acuerdos alcanzados.

Sin embargo, como publicó este diario, el pacto firmado en Madrid incluye algunas exigencias de Vox que hace días trasladó a los medios en una redacción más relajada. Algunos ejemplos son combatir "el turismo sanitario" para tratar de que los países de origen de visitantes o inmigrantes ilegales asuman la factura de los recursos que utilicen, o el llamado 'pin parental' (un sistema por el que los centros educativos deben pedir autorización a las familias para que sus hijos reciban charlas o talleres "con carga ideológica" contraria a sus convicciones). Un término que, aunque no está incluido como tal en el pacto, el PP se compromete a estudiar.

Foto: El presidente de Vox Santiago Abascal. (EFE)

Más allá de las firmas conjuntas, Ciudadanos se enfrentará a un problema constante en todos aquellos pactos en los que de alguna manera esté Vox. La existencia de dos acuerdos paralelos —el que rige los gobiernos configurados por populares y naranjas, y el firmado entre PP y Vox para garantizarse sus votos— puede poner en un brete constante al partido de Rivera. Sobre todo, si en algún momento incurren en incoherencias claras. Por ejemplo, la formación naranja ha incluido en todos ellos una aseveración en defensa de los derechos del colectivo LGTBI, mientras que el partido de Abascal es partidario de recortar cualquier avance e incluso revisar la ley aprobada en la comunidad.

Lejos de acercar posturas, Ciudadanos y Vox continúan con su particular camino hacia la incompatibilidad. Los votos del partido de Santiago Abascal son igual de necesarios tanto en Madrid como en Murcia para sacar adelante los acuerdos de gobierno que populares y naranjas tienen firmados. Sin su apoyo no salen, y el primer ejemplo se escenificó el pasado jueves en la Región. La investidura de Fernando López Miras no salió adelante porque los de Vox votaron en contra. Ahora, en Madrid, la formación de ultraderecha lo fía todo a una reunión entre líderes: insisten en que si Pablo Casado y Albert Rivera no se ven con Abascal, no habrá desbloqueo. Hasta ahora, Vox no había planteado nada en esa línea e insistía en un documento programático conjunto.

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