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Sánchez enfría el conflicto catalán pero choca con Torra por la autodeterminación
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una cita que concluyó "mejor de lo esperado"

Sánchez enfría el conflicto catalán pero choca con Torra por la autodeterminación

El presidente logra ganar tiempo tras su primera reunión con el jefe del Govern y además encuentra su complicidad para sacar adelante la recuperación de derechos y libertades en el Parlamento

Foto: Pedro Sánchez y Quim Torra, durante un paseo por los jardines de La Moncloa tras su reunión, este 9 de julio. (EFE | POOL)
Pedro Sánchez y Quim Torra, durante un paseo por los jardines de La Moncloa tras su reunión, este 9 de julio. (EFE | POOL)

La bomba no se ha desactivado aún. Pedro Sánchez sabía que no sería posible, ni tampoco lo buscaba. Siete años de choque continuo entre la Generalitat y Madrid, de espiral ascendente de tensión, no podría morir en el acto, con una sola reunión en La Moncloa. Pero el Gobierno sí considera que, tras el primer encuentro del presidente con Quim Torra, en un ambiente distendido y "constructivo", "eficaz" y "lleno de cortesía y cordialidad", ha avanzado muchos pasos. Por lo pronto, el jefe del Ejecutivo logra enfriar el conflicto, sin añadir más temperatura. Gana tiempo. Lanza la pelota hacia delante. Consigue un aliado parlamentario para su agenda de recuperación de derechos y libertades "recortados" por el PP. Y choca, como estaba cantado, con el derecho de autodeterminación, del que la Generalitat no se apea, pero con el que tampoco amenaza. No renuncia a la senda de la unilateralidad, pero desde luego sí la aparca. Ninguno destierra sus principios, pero nadie los pone por delante como condición para dialogar.

El Ejecutivo se sentía este lunes algo más liberado. Moderadamente satisfecho. Aliviado tras protagonizar una operación política de alto riesgo. La cita con Torra, de dos horas y media —paseo por los jardines de La Moncloa incluido—, se había resuelto "mejor de lo esperado", según indicaban fuentes gubernamentales. Tanto si se miraba "al peso", por su duración, superior a la que mantuvo con el lendakari, Iñigo Urkullu, hace 15 días, como por el clima, de "corrección, cortesía y trabajo". En el equipo del presidente incidían en que la cita había sido un buen precedente, que anticipaba un margen de entendimiento y colaboración en otros temas, que serviría a la postre para confirmar ese "deshielo" tan perseguido con Cataluña.

Lógicamente, cada una de las partes ponía el énfasis en aquello que más le interesaba destacar. También porque cada uno de los protagonistas —Torra, desde la sede de la Delegación de la Generalitat en Madrid, en el centro cultural Blanquerna, y Carmen Calvo, la vicepresidenta, desde el palacio gubernamental— se dirigía a sus respectivas parroquias. El 'president' recalcaba que las cuestiones "centrales" de la interlocución entre los dos gobiernos son la culminación del ejercicio del derecho de autodeterminación y los "presos políticos". Para el Gobierno socialista, ambas materias no ocuparon ni de lejos el grueso de la charla, que discurrió "fundamentalmente" por otros derroteros "más constructivos".

El Ejecutivo socialista se centra en los acuerdos, en la reactivación de la comisión bilateral Generalitat-Estado, con la que se puede "avanzar" mucho


El Ejecutivo de Sánchez, pues, quiere centrarse en los acuerdos. En las cimas de pequeña altura conquistadas. Por eso ponía en valor que los dos mandatarios hubieran acordado reanimar la comisión bilateral Generalitat-Estado, inactiva desde julio de 2011 —antes de que Mariano Rajoy llegara al poder—, y poner en marcha los otros tres foros de diálogo que recoge el Estatut: la comisión mixta de Transferencias, la mixta de Infraestructuras y la mixta de Asuntos Económicos y Fiscales.

Foto: Imagen: E. Villarino.

Antes de agosto

La más importante es la primera de ellas, la política, la que presidirán la ministra Meritxell Batet y el 'conseller' Ernest Maragall, y que celebrará su primera reunión "en los próximos días", antes de las vacaciones de agosto, según indicaban de forma orientativa en el Gobierno. Las otras tres se retomarán más adelante. "Queremos hablar de política social, de empleo, de dependencia, del impulso del corredor mediterráneo...", citaba Calvo durante su comparecencia, deslizando que Sánchez, sobre todo, pretende imponer el marco de las cuestiones concretas que interesan a todos los catalanes.

Torra reivindica el referéndum y no descarta la vía unilateral, pero Calvo recalca que sobre el derecho de autodeterminación "hay muy poco que hablar"

Además, el Ejecutivo levantará los vetos interpuestos ante el Tribunal Constitucional contra leyes aprobadas por el Parlament de contenido social, y que tienen que ver con pobreza energética, universalización de la sanidad pública o cambio climático, materias que sintonizan con el giro político que dice simbolizar Sánchez.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el 'president' de la Generalitat, Quim Torra, se saludan antes de la reunión. (EFE)

El derecho de autodeterminación sigue siendo el escollo que traba las relaciones entre Cataluña y Madrid. Y no ha desaparecido. Torra advirtió de que no renuncia a ninguna de las fórmulas para conquistar la independencia —tampoco la vía unilateral— y que el problema político es algo "que tiene que votarse". Es decir, que antes o después habrá urnas. Pero él mismo indicaba ser consciente de que no habría ningún cambio. Que Sánchez, en suma, no cedería, ni abriría ninguna puerta a un referéndum. Lo había reiterado Calvo minutos antes desde La Moncloa: sobre una consulta separatista "hay muy poco que hablar", porque no cabe en la Constitución ni cabrá. Frente a las críticas de PP y Ciudadanos, que atacan a Sánchez por sus "cesiones" a los secesionistas, la número dos volvió a invocar la defensa de la Carta Magna y de su artículo 2 y del Estatut. Y como "los hechos valen más" que cualquier palabra, recordó la impugnación inmediata ante el TC por la moción soberanista del jueves pasado.

Sánchez y Torra encauzan relaciones pese a desacuerdo sobre la autodeterminación

Misma respuesta para con los dirigentes independentistas encarcelados: La Moncloa no interferirá en las decisiones judiciales. En ambas cuestiones, autodeterminación y presos, "no hay ningún margen más que el respeto mutuo al poder judicial y a la posición conocida del Gobierno, que no cambia por el hecho de que tengamos reuniones", en palabras de la vicepresidenta. La número dos insistía en que el Ejecutivo tiene la "obligación" de defender el orden constitucional, y eso no va a cambiar, aunque también es su cometido buscar una salida "política" a una crisis "política". Fomentar la distensión y lanzar la señal de que hay lugares de encuentro. "A otro Gobierno [el de Rajoy] ya le hicieron dos referendos [en 2014 y 2017], y nosotros en un mes hemos recibido a Torra y hemos hablado dos horas y media. Ese es el sitio", presumió.

Torra dice a Sánchez que no renuncia a la autodeterminación y exige votar

"En los espacios que no son de todo o nada", de blanco o negro, hay "muchísimo" margen para "explorar, avanzar, negociar y llegar a acuerdos", indicaba Batet ya por la noche, en la SER, en 'Hora 25'. Ese es el espacio en que el Gobierno quiere trabajar. Torra no incidió tanto en ello, porque considera que son "incumplimientos" del Estado que han de cubrirse, punto. Es decir, que se puede hablar de los 45 puntos que en abril de 2016 presentó Carles Puigdemont a Mariano Rajoy —el 46 era el referéndum—, pero para él lo mollar sigue siendo el derecho a decidir, el camino hacia la independencia. No obstante, el 'president' agradecía a Sánchez que hubieran podido hablar "de todo".

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La España plurinacional

Sí dijo no ver en el presidente "una propuesta o alternativa" para Cataluña más allá de una visión de España como "nación de naciones", como un Estado plurinacional. La definición en absoluto es nueva, porque ya la aprobó el 39º Congreso del PSOE de hace un año, aunque poco a poco esa bandera se fue arriando. Sánchez no se detuvo tampoco durante su charla en la reforma constitucional. En el Gobierno defienden que esa no es una cuestión que haya de ser discutida entre dos ejecutivos. La Carta Magna "no se va a cambiar por Torra", y en todo caso, apuntan, es una materia que han de debatir los partidos en el Congreso. Primero, en la comisión territorial abierta en la Cámara, y después, en la subcomisión constitucional.

Calvo subraya que para la "reconstrucción de políticas" claves para el Gobierno "seguramente" será posible encontrarse con los partidos catalanes

En La Moncloa preferían no contestar a la comparecencia del 'president'. "Cada parte tiene palabras para los suyos, cada uno hace su discurso político", argumentaban, dando a entender que también Torra tiene sus presiones en el mundo independentista, y es inevitable para él la sobreactuación, una cierta gesticulación. Pero por ahora no se ha traspasado ni un centímetro, como decía hace unos días la propia Calvo, la frontera de la legalidad.

Sánchez traslada a Torra que sobre autodeterminación hay muy poco que hablar

Del encuentro de este lunes sale el compromiso de otra segunda reunión entre ambos —pero ya en la capital catalana, y hacia el otoño—, o el acuerdo para preparar de manera conjunta los actos conmemorativos del primer aniversario de los atentados yihadistas del 17 de agosto en Barcelona y Cambrils. El Ejecutivo también se lleva un principio de alianza con los partidos soberanistas para impulsar leyes de recuperación de derechos "recortados y limitados por el paso de la derecha en el Gobierno de España". Los dos presidentes acordaron la aproximación "en todas aquellas medidas que permitan la reconstrucción de políticas que para la agenda de este Gobierno son muy importantes", y en las que necesitará, siguió la vicepresidenta, "encuentros parlamentarios con los partidos políticos catalanes".

Sánchez se compromete a levantar los vetos en el TC a leyes catalanas

En efecto, los 17 diputados de ERC y PDeCAT, junto con los 71 que suman Unidos Podemos y Compromís, son clave para Sánchez, para sacar adelante sus reformas. Con ellos cerró, tras una intensa y difícil negociación, la renovación temporal de RTVE. Y con ellos quiere trabajar en un "campo" importante, el del rescate de derechos y libertades, y cuyo ejemplo palmario es la derogación de "los aspectos más lesivos de la 'ley mordaza". Otro es el impulso de políticas sociales como la dependencia, en el que hay que hacer "un esfuerzo de coordinación de competencias" entre el Gobierno y las comundidades. "En ese plano", señaló Calvo, "nos podremos seguramente encontrar con ellos".

Foto: El presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, durante su comparecencia ante los medios de comunicación en la librería Blanquerna. (EFE) Opinión
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La importancia de los gestos

El Gobierno, en definitiva, es optimista. No echa "las campanas al vuelo" —"no somos ilusos", reconocía Batet—, pero sí considera que ha habido avances. Sánchez, por lo pronto, consigue bajar de grados el suflé soberanista, destensar las relaciones con la Generalitat y afrontar con más seguridad las próximas semanas y meses. Era clave, en ese sentido, que ese objetivo no descarrilara a la primera de cambio. También Torra logra ganar tiempo, al abrirse la puerta de acuerdos con el Estado en materias concretas y aparcar la vía unilateral, decisión que de inmediato soliviantó a sus socios necesarios de la CUP. "Es una oportunidad más para el diálogo, que hasta ahora era imposible", se vislumbra "un hilo de esperanza" de cara a próximos encuentros con Sánchez, insistía Torra. "Si partimos del reconocimiento de que hay un problema político, hay que hacer esfuerzos para encontrar soluciones políticas". Él mismo habló de "cambio de etapa".

El Ejecutivo no lanza "las campanas al vuelo", pero sí se dice más optimista. Y para Torra se abre un "hilo de esperanza", hay un "cambio de etapa"

El presidente cruza los dedos. Por el momentro, triunfa su marco de diálogo y agradece, vía Calvo, el talante "constructivo" del líder independentista. La coreografía de gestos acompañó, como resaltaban este lunes en su equipo. La buena sintonía se percibía desde la escalinata que da acceso a la sede gubernamental, con el saludo entre ambos, hasta el intercambio de obsequios: un libro sobre el Vall d'Aran y otra monografía con mapas de Cataluña desde la Edad Media, más una botella de licor de ratafía —el regalo del 'president'—, y una obra sobre la historia del Palacio de la Moncloa —el presente del dirigente socialista—. Siguió luego una conversación "sincera" de dos horas y concluyó con un paseo por los jardines y la visita a la fuente por la que Torra sentía curiosidad, aquella en la que se citaban secretamente el poeta Antonio Machado y Guiomar.

Sonrisas y cordialidad en el primer encuentro entre Sánchez y Torra

Todo ayudaba, indican fuentes próximas al jefe del Ejecutivo, a crear un clima idóneo de distensión. De "normalización" de relaciones con Cataluña, la expresión que ya es santo y seña del joven Gobierno socialista.

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La Generalitat mantiene su rechazo al Rey

Otro de los puntos de disenso entre Pedro Sánchez y Quim Torra, en su reunión de este lunes, fue la figura del Rey. Todo venía a cuenta de la preparación de los actos por el aniversario de los atentados de Barcelona y Cambrils del 17-A. Se organizarán "de común acuerdo" entre los dos gobiernos. Al 'president' le parece "muy bien" que acuda Sánchez a los homenajes, pero la Generalitat rechaza que vaya el jefe del Estado. 

"No vamos a invitar al Rey de España a ningún acto", proclamó Torra. Recordó que el veto que anunció a Felipe VI en la apertura de los Juegos del Mediterráneo en Tarragona, a últimos de junio, se mantiene, e incidió en que el discurso del monarca el 3 de octubre de 2017, cuando cargó muy durante contra el referéndum ilegal del 1-O, "hirió profundamente" a una parte de la sociedad catalana. 

El Gobierno de Sánchez sacó la cara por Felipe VI. "El Rey es el jefe del Estado y como ya en algún momento hube de destacar -dijo Carmen Calvo-, está en los actos donde su agenda le lleva. A Cataluña o a otro territorio, con absoluta normalidad. Esto no es objeto de debate para el Gobierno de España". Por la noche, ahondó en esa línea de firmeza la ministra Meritxell Batet en la SER: el Rey estará "donde considere", porque es dueño de su agenda. Añadió que cuando se pide respeto para las instituciones catalanas, y ella lo hace, también cree que hay que asegurar ese mismo "respeto" para el resto de instituciones, entre ellas la Corona. 

La bomba no se ha desactivado aún. Pedro Sánchez sabía que no sería posible, ni tampoco lo buscaba. Siete años de choque continuo entre la Generalitat y Madrid, de espiral ascendente de tensión, no podría morir en el acto, con una sola reunión en La Moncloa. Pero el Gobierno sí considera que, tras el primer encuentro del presidente con Quim Torra, en un ambiente distendido y "constructivo", "eficaz" y "lleno de cortesía y cordialidad", ha avanzado muchos pasos. Por lo pronto, el jefe del Ejecutivo logra enfriar el conflicto, sin añadir más temperatura. Gana tiempo. Lanza la pelota hacia delante. Consigue un aliado parlamentario para su agenda de recuperación de derechos y libertades "recortados" por el PP. Y choca, como estaba cantado, con el derecho de autodeterminación, del que la Generalitat no se apea, pero con el que tampoco amenaza. No renuncia a la senda de la unilateralidad, pero desde luego sí la aparca. Ninguno destierra sus principios, pero nadie los pone por delante como condición para dialogar.

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