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Inversiones, recursos, competencias: la carpeta de la cita del deshielo Sánchez-Torra
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CITA CRUCIAL ESTE LUNES EN LA MONCLOA

Inversiones, recursos, competencias: la carpeta de la cita del deshielo Sánchez-Torra

El presidente recibe al líder del Govern para restablecer el diálogo con la Generalitat y reanimar las comisiones mixtas como primer paso. Torra quiere hablar de referéndum y presos

Foto: Felipe VI, con Pedro Sánchez, Quim Torra y Meritxell Batet, el pasado 22 de junio en la apertura de los XVIII Juegos Mediterráneos en Tarragona. (EFE)
Felipe VI, con Pedro Sánchez, Quim Torra y Meritxell Batet, el pasado 22 de junio en la apertura de los XVIII Juegos Mediterráneos en Tarragona. (EFE)

Es la hora de la política. De la "normalización". Del "deshielo". Pedro Sánchez encara este lunes, frente a frente, uno de los retos de esta mediada legislatura. De su mandato. El desbloqueo del conflicto en Cataluña. Se reúne por vez primera con Quim Torra, a las 11:30, en La Moncloa, y para el Ejecutivo socialista el solo hecho de esa entrevista ya es en sí muy significativo. Es lo importante, proclama. Porque del encuentro no se espera que emanen acuerdos concretos, soluciones inmediatas, sino más bien la apertura de un diálogo institucional resquebrajado durante dos años, como paso previo a una negociación y a la reconstrucción de los puentes de confianza.

El presidente del Gobierno quiere hablar de inversiones, de la disminución de la conflictividad ante el Tribunal Constitucional, de un posible traspaso de competencias, pero luego serán los respectivos equipos los que, en su caso, tendrán que poner hilo a la aguja. Pero esas prioridades no coinciden con las del Govern. No obstante, no habrá vetos en el temario de la entrevista en La Moncloa, y tampoco un orden del día fijado. No habrá "cortapisas", el término que la vicepresidenta, Carmen Calvo, empleó esta semana en el Congreso y que consensuó con ERC, quien demandaba esa aclaración de un diálogo "sin condiciones". Porque lo que Torra quiere plantear en el despacho con Sánchez es la culminación del derecho de autodeterminación y la liberación de los "presos políticos", además de la supresión de los vestigios del franquismo.

Sánchez "le contestará de manera clara y conocida: no hay presos políticos en España y en nuestro país no está reconocido ni existe el derecho de autodeterminación, como no lo está en ninguna democracia", recordaba este domingo Calvo en una entrevista con 'El Mundo'. El no al derecho a decidir "no es nuevo". "Lo que sí es nuevo es que la normalidad de las relaciones del Gobierno de España con todos los gobiernos autonómicos, incluido Cataluña, se tiene que producir. Lo que sí es nuevo y constructivo es que el 'president' venga a Moncloa y hable con el presidente del Gobierno de España". "Vamos a hablarle al 'president' de la altísima autonomía que tiene Cataluña, una gran región desarrollada de Europa y del mundo. Nunca Cataluña ha tenido el nivel de autonomía y de descentralización de ahora".

Foto: Felipe VI, junto al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el presidente de la Generalitat, Quim Torra. (EFE)

El presidente, por tanto, escuchará. Pero ahí se quedará la conversación sobre esa cuestión. Sánchez quiere contraatacar con una agenda "muy cargada" de temas, pensada para el conjunto de los catalanes, en palabras de la portavoz del Gobierno, Isabel Celaá. Uno de ellos es el de las inversiones en infraestructuras, puesto que Cataluña ha sido una de las CCAA menos beneficiadas, y esa falta de recursos es lo que ha cimentado el discurso victimista del independentismo.

Sánchez insistirá en que no hay "presos políticos" y en que no cabe el derecho de autodeterminación, porque no está en ninguna Constitución


El otro es el de las impugnaciones ante el Tribunal Constitucional. Como desgranaba el pasado miércoles Meritxell Batet, la ministra de Política Territorial, hay 31 conflictos pendientes de sentencia: 23 de ellos planteados por el Estado y otros ocho por la Generalitat. El Ejecutivo está estudiando esos recursos para ver cómo reencauzarlos y desistir de algunos de ellos, especialmente los que afectan a leyes sociales. "El anterior Gobierno recurría todo, por norma, a todas las autonomías, en una especie de sospecha general sobre el modelo constitucional", razonaba Calvo.

Foto: El rey Felipe VI junto a Pedro Sánchez y Quim Torra, el pasado 22 de junio en la inauguración de los XVIII Juegos Mediterráneos en Tarragona. (EFE)

Traslado de los presos del 'procés'

El tercer capítulo es el del análisis de las transferencias pendientes, porque el Gobierno sí cree que se puede mejorar el autogobierno. El Ejecutivo cree que se pueden recuperar pasajes del Estatut anulados en 2010 con la sentencia del TC, por ejemplo a través de leyes orgánicas. Y ya antes de la entrevista ha procedido al traslado rápido de los presos del 'procés' a las cárceles catalanas. Esta semana, la tarea se completará con la llegada al penal de Llenoders de los 'exconsellers' Joaquim Forn, Jordi Turull y Josep Rull.

Moncloa quiere que se reúnan otra vez la Comisión Bilateral, la Mixta de Infraestructuras, la Mixta de Asuntos Económicos y la de Transferencias

No está previsto que Sánchez, según insisten a este diario fuentes de su entorno, entre al detalle con Torra en cada una de esas materias. Lo que persigue el presidente es que el jefe del Govern acepte debatir estos asuntos en los foros correspondientes. Así, La Moncloa pretende reanimar de manera inmediata mesas de trabajo abandonadas en los tiempos de Mariano Rajoy en el poder: la Comisión Bilateral Generalitat-Estado —la más política de todas, la del artículo 183 del Estatut—, la Comisión Mixta de Infraestructuras (la que prevé la disposición adicional tercera), la Comisión Mixta de Transferencias (que prescribe la disposición transitoria segunda y que a su vez recoge la disposición transitoria sexta del Estatut de 1979) y la Comisión Mixta de Asuntos Económicos y Fiscales (que establece el artículo 210).

El Govern, en un gesto también de distensión, ya designó el pasado 3 de julio a sus representantes en esas cuatro comisiones. La primera, la Bilateral Generalitat-Estado (que no se convocaba desde julio de 2011, cuando José Luis Rodríguez Zapatero estaba aún en el poder), estará presidida, en la parte catalana, por el 'conseller' de Acción Exterior, Relaciones Institucionales y Transparencia, Ernest Maragall, y también estará formada por el vicepresidente del Govern y 'conseller' de Economía, Pere Aragonès, la propia Elsa Artadi y el delegado del Govern en Madrid, Ferran Mascarell. El Ejecutivo socialista nombrará a su contraparte en esos cuatro foros en los próximos días. El Govern quiere dialogar sobre los 45 puntos que ya trasladó Carles Puigdemont a Rajoy en 2016 (el epígrafe 46 era el del referéndum), y el presidente está dispuesto. De hecho, ese compromiso ya lo tenían firmado PSOE y PSC en la 'Declaración de Barcelona' de hace justo un año.

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Además, el Gobierno quiere que la Generalitat retorne a los órganos multilaterales de diálogo, como el Consejo de Política Fiscal y Financiera —del que saldrá el nuevo modelo de financiación—, las conferencias sectoriales y la Conferencia de Presidentes. De la última cumbre de líderes autonómicos, en enero de 2017, el entonces 'president', Carles Puigdemont, se ausentó. La siguiente, dijo Batet, se prevé para antes de que acabe 2018.

Foto: Esteladas en la puerta del Palacio de la Generalitat en Barcelona. (Reuters) Opinión

Ambigüedad calculada

Sánchez no conseguirá de Torra, probablemente, una renuncia pública de la vía unilateral, porque es consciente de los difíciles equilibrios necesarios en el campo soberanista, y de su propia división interna, razón por la que a veces el Govern tira de gesticulación. La 'consellera' de Presidencia, Elsa Artadi, que ha estado preparando con Batet la reunión de este 9 de julio, jugaba calculadamente con la ambigüedad este domingo en una entrevista en el diario 'Ara'. No descartaba desobedecer al Estado, pero eso no está entre los objetivos primeros de la Generalitat.

El Gobierno defiende que la vía judicial no puede "absorber" la política. Para el Govern, el recurso "no ayuda", pero sigue dispuesto a hallar "acuerdos"

"No tiene sentido ir desobedeciendo con microcosas que no tengan un impacto definitivo y que puedan llevar a un 155. No hemos descartado nunca —pero sin acabar de concretar qué haremos, porque ya no estamos con las hojas de ruta— que en algún momento pueda volver a haber una desobediencia. Creo que, en un futuro muy próximo, no se dará, pero pienso que como estrategia del movimiento no la podemos abandonar", decía Artadi.

La cita se produce apenas 72 horas después de que el Gobierno anunciara la impugnación ante el TC de la moción aprobada el jueves en el Parlament, que refrendaba un texto del 9 de noviembre de 2015 que insistía en la construcción de la república catalana y que ya fue declarado inconstitucional. "Lo impugnamos para defender la Constitución y el Estatuto de Cataluña —explicaba Calvo—. ¿Eso quita para que el lunes podamos hablar de manera franca y constructiva sobre Cataluña? No. El plano jurídico no absorbe al plano político, que el anterior Gobierno tenía desaparecido. Nosotros impugnamos una moción, pero estamos en la misma posición de hablar y de construir con Cataluña".

placeholder La 'consellera' de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, el pasado 3 de julio. (EFE)
La 'consellera' de Presidencia y portavoz del Govern, Elsa Artadi, el pasado 3 de julio. (EFE)

El Ejecutivo recalca, pues, que la vía judicial y la política son independientes. La primera no anula la segunda. De hecho, el pasado viernes, cuando Celaá anunció el recurso ante el TC, no se recreó en él, y enfatizó más la vertiente del diálogo y la exigencia al Govern de "reciprocidad" y "lealtad". Torra encajó mal el golpe, pero no canceló la cita. La impugnación, argumentaba Artadi en 'Ara', es "incomprensible", porque "alcanzar de manera democrática la independencia es un objetivo legítimo" y porque Sánchez sigue la estela "marcada por el PP de judicializar la política en Cataluña". El recurso "no condiciona" la entrevista en La Moncloa, "pero es evidente que tampoco ayuda". "Pese a todo, nosotros vamos dispuestos a encontrar acuerdos".

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"Primer paso del primer paso"

Este domingo, fuentes próximas al presidente remarcaban que la "grandeza" de la reunión del lunes es "el propio encuentro en sí mismo", máxime cuando un 'president' no visitaba La Moncloa formalmente desde abril de 2016, con Rajoy y Puigdemont de protagonistas. "No hay normalidad sin verse la cara, sin estrecharse las manos. Se hablará sin cortapisas, pero sabiendo que el Gobierno, como decía la vicepresidenta en su entrevista, defiende que con la Constitución no hay más margen que su cumplimiento", señalaban fuentes gubernamentales, intentando rebajar expectativas.

El equipo de Sánchez incide en que lo importante es el encuentro en sí mismo, y coincide con Artadi en que la clave es que haya más reuniones en el futuro

Las conclusiones no se verán tras la entrevista en La Moncloa. "Hablarán, se tantearán y verán qué se puede empezar a construir, que ya es mucho, porque hasta ahora se había hecho lo contrario. Lo más importante es que haya más reuniones, que se rompa esta vez la capa de hielo, que se descongele una situación imposible", razonaban en las horas previas al despacho fuentes cercanas a Sánchez.

En este caso, el criterio es compartido con la Generalitat. Artadi sostuvo que la clave es "retomar el diálogo entre los dos gobiernos y trasladarlo a una segunda y tercera reunión", porque "un problema de ocho años [desde la sentencia del Estatut] no se soluciona en dos horas". "Que haya un marco en el que se pueda hablar de todo de manera bilateral". Torra quiere que la segunda cita se celebre en el Palau de la Generalitat en septiembre. La Moncloa aún no ha contestado, pero si la entrevista de este lunes discurre por los cauces de la distensión, no tendría por qué ser rara ni excepcional esa visita de Sánchez a Barcelona, indicaban fuentes gubernamentales.

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En definitiva, se trata del "primer paso del primer paso", tras el cual, si sale bien, vendrán otros: el fortalecimiento del diálogo, la restauración de la confianza y la negociación. Siempre bajo el principio que el Ejecutivo socialista exige: la "reciprocidad", la "lealtad", que la parte catalana responda. Porque si hay violación de la legalidad, el presidente responderá con todo el peso de la Carta Magna. Y si ha de llegar un nuevo 155, llegará, aunque como Calvo recordaba esta semana, no ha habido por ahora ningún incumplimiento por parte de Torra. El Gobierno da por hecho que el 'president' no cruzará la línea roja.

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La distensión y el reencauzamiento del conflicto con Cataluña serán fundamentales para Sánchez. También para estabilizar sus alianzas parlamentarias. Y para ese objetivo del deshielo, recuerdan en La Moncloa, también será de ayuda la interlocución con el lendakari, Iñigo Urkullu, con quien la relación está engrasada y cuya mediación ya fue clave en el pasado, especialmente en los días previos a la aplicación del 155 de la Constitución.

Es la hora de la política. De la "normalización". Del "deshielo". Pedro Sánchez encara este lunes, frente a frente, uno de los retos de esta mediada legislatura. De su mandato. El desbloqueo del conflicto en Cataluña. Se reúne por vez primera con Quim Torra, a las 11:30, en La Moncloa, y para el Ejecutivo socialista el solo hecho de esa entrevista ya es en sí muy significativo. Es lo importante, proclama. Porque del encuentro no se espera que emanen acuerdos concretos, soluciones inmediatas, sino más bien la apertura de un diálogo institucional resquebrajado durante dos años, como paso previo a una negociación y a la reconstrucción de los puentes de confianza.

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