Grifols agranda su sangría en bolsa con su equipo directivo en modo bloqueo

Grifols vivió este miércoles otra jornada aciaga en bolsa. Cierto que fue una sesión bajista, con el Ibex cayendo un 1,26%. Pero Grifols se dejó un 4% en la bolsa española, con nuevo ataque de los bajistas. El fondo Millennium International Management ha tomado un 0,5% en corto días después de que Capital Group prestase justo un 0,5% de las acciones de la multinacional de hemoderivados. Mientras la acción se desplomaba, la dirección de la compañía fue incapaz de enviar mensajes reconfortantes al mercado.

Desde el ataque de Gotham City Research a principios de la semana pasada, Grifols se ha encontrado cuestionada, tanto por sus prácticas contables como por las relaciones de la sociedad holandesa vinculada a los Grifols.

Hasta tres miembros de la familia son accionistas de Scranton Enterprises BV. Grifols ha aparcado deuda en Scranton, se apunta una parte de su ebitda, un 8,7% de la compañía se encuentra en manos del holding en los Países Bajos y muchos de los créditos a Scranton están garantizados con acciones de la multinacional. Por ahora, Grifols no ha tomado medidas para cambiar esta situación y los títulos han seguido cayendo.

En el Nasdaq, los ADR de las acciones B de Grifols todavía se hundieron más que en España. En total, un 9%. La firma de análisis Oddo BHF rebajó el precio objetivo de nueve euros por acción, el peor de todos los analistas que siguen la compañía.

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Pero Grifols aún cerró por debajo, en 8,6 euros. La percepción del mercado está cambiando y la dudas sobre qué parte del endeudamiento de Scranton debería ser considerada en realidad pasivo de Grifols están pesando sobre una compañía ya muy apalancada: 9.540 millones de deuda financiera neta.

La compañía se apoya por ahora en dos puntos fuertes para intentar dar un vuelco a la situación. Por un lado, que Haier mantiene su apuesta por comprarle el 20% de la china Shanghai RAAS y utilizar esos 1.400 millones para reducir el endeudamiento. Por otro, avanzar los resultados de 2023, que fuentes financieras conocedoras de la compañía auguran que serán excepcionalmente buenos. Ambas jugadas estaban pensadas para frenar a los bajistas. Pero su efecto se está haciendo esperar.

Caída del 40%

Desde el ataque de Gotham, el pasado martes 9 de enero, Grifols se ha dejado el 40% de su capitalización bursátil. Por el camino, se han fulminado casi 3.500 millones de euros de valor. El principal problema es la falta de reacción de la empresa.

Desde el ataque de Gotham, la compañía se ha dejado 3.500 millones en capitalización

La compañía ha de informar a la CNMV de las relaciones entre Scranton y Grifols, donde hay muchos conflictos de intereses entre la familia, la empresa y el bufete asociado a las adquisiciones con las que ha crecido la empresa: Osborne Clarke. Todavía no lo ha hecho, porque contaba con 10 días hábiles que se están haciendo muy largos para la dirección y los accionistas.

Control o no control

La principal defensa de Grifols es que la familia no controla Scranton, sino que solo tres miembros son socios y que tienen el 20% entre los tres. Por tanto, el principal argumento en este momento sobre la mesa es que los Grifols, que controlan Grifols a través de Scranton, entre otras instrumentales, no controlan en realidad la propia Scranton, algo de lo que el mercado parece desconfiar, sobre todo dada la composición de la cartera inversora del holding holandés.

Ante la SEC, han declarado que los Grifols y Scranton controlan el 36% de Grifols, pero que ningún miembro de la familia controla Scranton. Esta versión, en esencia, es la que cuestiona Gotham City Research, que sugiere que Scranton y Grifols son esencialmente lo mismo, al estar ambos en manos de la familia. Y ahí radica la clave del problema.