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Las dos dudas que Grifols no consiguió despejar durante la conferencia con analistas
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Scranton y la filial china

Las dos dudas que Grifols no consiguió despejar durante la conferencia con analistas

La prueba de que las respuestas no convencieron al mercado se puede encontrar en el gráfico bursátil de la farmacéutica, cuyas acciones se desplomaron un 16% este jueves

Foto: Sede de Grifols en Barcelona. (EP/David Zorrakino)
Sede de Grifols en Barcelona. (EP/David Zorrakino)
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Los inversores aguardaban expectantes las explicaciones que Grifols ofreció este jueves a través de cuatro máximos directivos que se expusieron frente a los analistas bursátiles. Pero, después de 50 minutos de preguntas y respuestas, quedaron flotando dos cuestiones que no terminaron de dilucidarse: el papel que realmente juega Scranton dentro de la farmacéutica y el porcentaje de deuda que la compañía podrá reducir con la venta de su filial china.

Respecto al rol de la firma holandesa Scranton Enterprises BV en los negocios del gigante de hemoderivados, el consejero delegado de la compañía, Thomas Glanzmann, aseguró que "no es el family office de la familia Grifols". Como prueba, solo aportó que "está formada por 22 inversores, de los cuales solo tres son miembros de la familia Grifols y poseen menos del 20% de Scranton".

Sin embargo, ninguno de los directivos ofreció más detalles ni sobre el capital de Scranton ni sobre los intereses cruzados entre Scranton y Grifols, que han sido la base de las críticas de Gotham City a la empresa catalana. Lo único que ofreció Glanzmann fueron varias pinceladas sobre futuros cambios en esa relación, apuntando que "hay espacio para mejorar las comunicaciones y la gobernanza de la empresa". Mientras que el director financiero, Alfredo Arroyo, aseguró que la compañía estaba trabajando para "simplificar su estructura y transacciones con sus holdings", algo que consideró que "será sencillo en el futuro".

La afirmación de que Scranton no es el family office de los Grifols puede ser técnicamente cierta, porque no da a la familia los servicios de este tipo de firmas. Pero las inversiones del holding apuntan a los intereses de la familia Grifols: el CB Joventut, la empresa de cava Juvé & Camps, Aigua de Vilajuïga, la empresa de drones catalana Hemav o las inmobiliarias propietarias de los edificios de Grifols, por ejemplo.

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De modo que aún hay dudas en el mercado sobre el control que la familia catalana ejerce sobre la firma inversora con sede en Ámsterdam, persistiendo el latente conflicto de intereses. Como adelantó El Confidencial, los responsables de la compañía dijeron que proporcionarían la información solicitada por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), supervisora del mercado de valores español, "lo antes posible" y dentro del plazo de 10 días, lo que incluye los contratos de proveedores entre Grifols y las empresas de plasma de Scranton.

El segundo interrogante que quedó pululando en el ambiente tiene que ver con la venta a la empresa china Haier Group Corporation de un 20% del capital en Shanghai RAAS. Grifols cerró esta operación hace menos de dos semanas por unos 1.630 millones de euros, un montante que piensa destinar a reducir deuda. Cuando se comunicó la transacción, que está pendiente del visto bueno de los reguladores, los títulos de la compañía repuntaron más de un 8,5%.

Foto: Sede de Grifols en Madrid. (EP/Ricardo Rubio)

Durante el discurso previo a las preguntas, compartido entre Glanzmann y Arroyo, no se mencionó esta operación, manteniendo así una estrategia que se puede definir con el dicho inglés "no news, good news" (si no hay noticias, son buenas noticias). Pero varios analistas preguntaron al respecto ante el miedo de que el informe de Gotham hubiese truncado la venta, obteniendo una respuesta clara por parte del director general corporativo, Raimon Grifols: "No vemos ningún problema en cerrar esta transacción". Pero, como la propia compañía señaló, no existiría ninguna penalización si Haier decidiera romper el acuerdo, lo que mantiene vivo cierto temor a que la venta pueda acabar descarrilando.

Además, quedó sin responder qué pagos de deuda se iban a priorizar con el dinero obtenido con esta operación. El mismo Raimon Grifols tomaba la palabra ante la pregunta de otro analista que insistía en el tema, sin poder ofrecer una respuesta clara: "Hay muchas opciones que, cuando llegue el momento, las abordaremos". Eso sí, quiso matizar que "está claro que se eliminarán los dos vencimientos que ahora tenemos en camino, que son los de 2025", que ascienden a 1.900 millones, pero sin especificar si alcanzará para ir un poco más allá y desahogar su pasivo.

Desplome bursátil

La prueba de que las respuestas no convencieron al mercado se puede encontrar en el gráfico bursátil de Grifols. Antes de iniciarse la conferencia con analistas, los títulos de Grifols retrocedían un 5%, reduciendo la caída al entorno del 3% cuando empezaron a dar las explicaciones. Sin embargo, después de contestar a todas las preguntas, su cotización cerró la sesión con un retroceso del 16,17%.

De esta manera, las acciones de Grifols acumulan un retroceso del 30,5%, situándose por debajo de los 10 euros por acción, desde que el pasado martes se hiciese público el informe de Gotham. El primer día cedió un 26%, rebotando hasta un 12% en la jornada siguiente, impulsado en parte por la venta de la posición bajista que había adquirido el propio fondo. Sin embargo, ese amago de recuperación quedaba en nada con el descenso de este jueves.

Los inversores aguardaban expectantes las explicaciones que Grifols ofreció este jueves a través de cuatro máximos directivos que se expusieron frente a los analistas bursátiles. Pero, después de 50 minutos de preguntas y respuestas, quedaron flotando dos cuestiones que no terminaron de dilucidarse: el papel que realmente juega Scranton dentro de la farmacéutica y el porcentaje de deuda que la compañía podrá reducir con la venta de su filial china.

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