El consejo de Grifols se compromete a aclarar a la CNMV la relación con Scranton Enterprises

El consejo de administración de Grifols se reunió ayer de urgencia para afrontar la crisis provocada por el ataque de Gotham City Research, el inversor bajista que el martes por la mañana sacó un informe asegurando que el valor de Grifols era cero y provocó una caída del 43% de la acción en la apertura de mercado de ese día.

El consejo, según fuentes conocedoras de las deliberaciones, se dividió entre los representantes de la familia y los consejeros independientes, partidarios estos últimos de añadir cambios más profundos para profesionalizar más la gestión y enviar una señal de confianza al mercado, más allá de los debates sobre normativa contable. Tras el tira y afloja, el principal órgano de decisión de la compañía de hemoderivados acordó entregar información adicional a la CNMV para clarificar su relación y vínculos con Scranton Enterprises BV, una sociedad holandesa en el epicentro de las acusaciones de manipulación contable de Gotham y bajo el escrutinio ahora del propio regulador. El consejo también analizó posibles riesgos derivados del ataque y se decantó por abrir acciones legales contra Gotham City Research por los daños provocados.

La división que se vivió ayer viene de atrás y no se debe exclusivamente a la crisis con Gotham. De hecho, es bastante habitual en el consejo. Los independientes están liderados por Carina Szpilka, un sector respaldado en lo jurídico por la secretaria, Núria Marín. Por el contrario, la familia se encuentra encabezada por los dos consejeros delegados Víctor Grifols Deu y Raimon Grifols, con el apoyo y asesoramiento legal del abogado Tomàs Dagà. Los bloques siempre quedan muy definidos y eso deja el papel de árbitro al presidente, Thomas Glanzmann.

El principal problema que se trató radica en el rol que juega en el negocio diario de la compañía la sociedad Scranton Enterprises BV, estrechamente vinculada a la familia Grifols. La mayoría de sociedades ligadas a grandes empresarios juegan roles más rutinarios, como por ejemplo cobrar alquileres de sedes e inmuebles que utiliza la empresa principal. Son rentistas pasivos. Pero Scranton ha ido mucho más lejos, está implicada en el corazón del negocio de Grifols, y eso supone un habitual conflicto de intereses y una notable falta de transparencia que ha facilitado este ataque sin precedentes contra una empresa del Ibex 35.

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Marcos Lamelas. Barcelona

A pesar de las diversas posiciones, el debate fue más tranquilo que en otros momentos de la historia reciente de la compañía de hemoderivados. Cuando los Grifols despidieron a Steve Mayer en febrero del pasado año, por ejemplo, el tono fue mucho más bronco, según explica uno de los asistentes. En la reunión de ayer, se impuso la idea de permanecer unidos ante un ataque exterior. Se cerraron filas, según explican fuentes conocedoras de la reunión, y se apoyó la estrategia de Glanzmann de dar las máximas explicaciones, pero sobre todo en clave de mercado bursátil.

Tranquilizar al mercado

Por tanto, se impuso la necesidad de tranquilizar al mercado, que ya ha recibido dos mensajes positivos: la cotización se ha recuperado un 12% en el día de ayer y, además, Gotham ha reducido a casi nada su posición bajista en el accionariado, que ha quedado casi cerrada. Pero es pronto para bajar la guardia. Aunque parece que lo peor ya haya pasado, en casos anteriores Gotham se ha reservado algún tipo de información para seguir atacando a empresas que se había marcado como objetivo y, a pesar del repunte de ayer, la cotización sigue un 17% por debajo de lo que estaba antes de la crisis.

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Grifols se ha esforzado en rebatirlo de manera detallada con sus otras informaciones relevantes a la CNMV. Ha justificado que las participadas de Scranton Biotest y Haemas consolidasen a la vez en el holding holandés y en el balance de Grifols por existir una opción de recompra de la multinacional sobre ambas empresas. Algo que puede estar al límite de la normativa contable, pero no es ilegal, por poner solo un ejemplo.

También ha habido algún reconocimiento, como que Grifols prestó a Scranton 95 millones de dólares para la compra de estas sociedades. Según la compañía, porque “la entidad financiera creyó necesario involucrar a Grifols en la operación”.

El problema de la deuda

El problema de fondo es la elevada deuda de Grifols, ya identificada como un problema desde que empezaron a subir los tipos y dispararse los costes financieros de la entidad. En el fondo, Gotham City cuestiona la capacidad de Grifols de repagar los 9.540 millones de deuda neta que acumulaba al cierre del tercer trimestre de 2023. Pero si se recupera la cotización, dicho riesgo se rebajaría de manera importante. La compañía lleva casi un año intentando rebajar su pasivo, pero lo está haciendo a un ritmo más lento de lo previsto.

También se ha puesto sobre la mesa si Grifols tiene derecho a desintegrar una parte básica de su negocio, aunque no especialmente rentable, como la recogida de plasma, la materia prima de su actividad industrial, y dejar la caja que genera esta actividad en manos de la familia y no de la compañía en sí. Serán algunas de las cuestiones que la dirección de la empresa tendrá que justificar hoy en la conferencia de analistas.