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La CNMC tratará de demostrar que desgajar la CNE beneficia a las energéticas frente al consumidor
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Pulso entre Economía y Transición Ecológica

La CNMC tratará de demostrar que desgajar la CNE beneficia a las energéticas frente al consumidor

El organismo presidido por Cani Fernández quiere hacer ver que la decisión adoptada por PSOE y Sumar tendría consecuencias negativas para los consumidores y a favor de las grandes compañías reguladas

Foto: La presidenta de la CNMC, Cani Fernández. (Olmo Calvo)
La presidenta de la CNMC, Cani Fernández. (Olmo Calvo)
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Pulso por el control de las competencias regulatorias en materia energética, ahora en poder de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El anuncio de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz el pasado martes de que pretenden crear una Comisión Nacional de la Energía, hoy integrada en el superregulador, ha hecho saltar las alarmas en la institución presidida por Cani Fernández.

La CNMC está trabajando para demostrar que independizar las competencias de energía de la autoridad de competencia matriz provocaría una mayor influencia de las empresas energéticas reguladas sobre esta institución y, a la postre, ello beneficiaría sus intereses en contra de los de los consumidores, señalan fuentes conocedoras de la situación. Estas fuentes creen que un organismo donde solo participan expertos en energía sin la visión de competencia, más alejada de las empresas, como ocurre ahora en el pleno del superregulador, sería más proclive a ser influenciado o incluso cooptado por las empresas reguladas. En resumen, la actual CNMC quiere demostrar, basándose en fundamentos y datos, que el regulador unido como en la última década tiene unas ventajas económicas que no tiene por separado. O dicho de otro modo, que el nuevo organigrama propuesto provocará subidas de la factura de la luz y el gas superiores al mantenimiento del esquema actual.

Esa supuesta captura del regulador provocaría, según estiman, que las empresas logren una normativa mucho más proclive a sus intereses y en contra de los usuarios finales, que pagan en la factura de luz y gas los peajes que dictamina ahora la CNMC y determinaría la CNE anunciada por PSOE y Sumar. Fuentes de la CNMC han declinado hacer comentarios.

placeholder El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, junto con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. (Reuters)
El presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, junto con la vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo en funciones, Yolanda Díaz. (Reuters)

Esta visión choca frontalmente con la posición defendida por otros expertos y miembros del regulador, que al contrario de lo que propugnan los partidarios de tener un organismo agregado, estiman que la falta de conocimiento especializado en la sala de supervisión regulatoria encargada de energía puede devenir en malas normas que provoquen caos regulatorio y problemas de funcionamiento en un sector estratégico para la economía necesitado de inversión para los próximos años.

Además, consideran que cuando la sala de regulación no tiene fuerza, son los servicios técnicos, dependientes de la presidenta, los que acaban tomando el poder y el control. La sala de regulación, presidida por María Fernández hasta 2020, ya vivió diversos choques con el anterior presidente y los servicios técnicos por discrepancias en la regulación energética y de otros ámbitos. Las fuentes consultadas achacan estos movimientos de la CNMC contrarios a la creación de una CNE al nerviosismo generado tras su anuncio por la pérdida de poderes.

"No toda autoridad integrada lo es real o materialmente" (en ocasiones, se trata más bien de una agregación o yuxtaposición de autoridades diferenciadas); los modelos integrados con "sesgo hegemónico" de cualquiera de los ámbitos integrados propenden a desdibujar y debilitar las áreas "minorizadas" y, por ello, "no suelen dar muy buenos resultados", señalaba en redes sociales esta misma semana el exmiembro de la CNMC y experto en energía Mariano Bacigalupo. El también marido de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, hacía así una defensa de la separación de poderes, que subraya que solo tres de 27 Estados miembros han optado por tener las autoridades regulatorias integradas con Competencia.

La CNMC cree que los reguladores de una CNE independiente serían más proclives a ser influidos o cooptados por las empresas reguladas

La pelea entre el ala de Competencia de un regulador y el de Supervisión Regulatoria ha provocado históricamente choques, también desde que el PP creó la CNMC en 2013. No en vano, la escisión de la CNMC ya se promovió con el último Gobierno de Rajoy antes de la moción de censura, pero la llegada del PSOE al poder hizo saltar por los aires este plan, que ahora retoma el propio partido socialista de la mano de Sumar.

En esta batalla, las fuentes consultadas creen que la mecha fue encendida por Sumar, que bajo una premisa buenista de luchar contra los oligopolios que recogió en su programa electoral ha servido, consideran, a los intereses de unos poderes frente a otros dentro del área económica del Ejecutivo socialista por la falta de conocimiento real del funcionamiento de los reguladores.

Economía vs. Transición Ecológica

Lo que hay de fondo, explican diversas fuentes conocedoras de la problemática, es una lucha de poder entre el Ministerio de Asuntos Económicos, departamento encargado de los nombramientos del consejo de la CNMC, y otras áreas del Gobierno. En este caso, el Ministerio para la Transición Ecológica, competente en energía.

La propuesta de crear una CNE, como había hasta 2013, anunciada por Sánchez y Díaz esta semana, ha sido vista por el sector como una derrota de Nadia Calviño ante Teresa Ribera en su pugna de influencia frente al presidente del Gobierno. Fuentes conocedoras de la casuística señalan que la vicepresidenta primera se negó a que también se crearan otros reguladores independientes de telecomunicaciones, transportes o servicio postal, todos ellos hoy bajo la batuta de la CNMC.

En contraposición, estas fuentes creen que Ribera y su entorno habrían convencido a Sánchez de que lo mejor sería sacar las competencias energéticas del órgano que supervisa Cani Fernández, considerada próxima a la vicepresidenta Calviño.

Foto: La ministra de Economía, Nadia Calviño (i), junto a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera (d). (EFE/Juan Carlos Hidalgo)

La escisión se produce en un clima de malestar dentro del regulador. Cuatro de los siete miembros del actual consejo no apoyaron la última rotación de Xabier Ormaetxea a la sala de Competencia. Este emitió un voto particular contra este movimiento, al considerar que debería haber primado la estabilidad de las salas frente a la obligación de rotar. De nuevo, este movimiento sumado a otros recientes se vio como un intento de la presidenta de la CNMC por controlar el regulador y, más específicamente, la sala de regulación, que no preside. O dicho de otro modo, que los afines a Calviño controlaran el organismo independiente en detrimento de los miembros que han ocupado en los últimos años la sala de supervisión regulatoria.

Ahora está por ver hasta qué punto o hasta cuándo se mantiene el superregulador unido. Todo pasa, en primer lugar, por que Sánchez logre la investidura, un objetivo que necesita meter en la ecuación a Puigdemont. Hay quien cree que si Nadia Calviño abandona el Gobierno y acaba siendo nombrada presidenta del BEI, será difícil que se mantenga el dique de contención por mucho tiempo para que continúen Competencia y Regulación Energética bajo el mismo mando. Consideran que tendrán más difícil convencer al Gobierno que logre la investidura de que una CNE independiente es peor para la economía y los consumidores que el statu quo actual, como pretende demostrar la actual CNMC.

La cuestión es capital y de máxima importancia para la factura de la luz y gas en esta década. Desde el inicio del próximo 2024, la CNMC o la nueva CNE deberán elaborar las circulares de retribución de las redes de electricidad y gas que se aplicarán en el próximo periodo regulatorio de seis años que arrancará en 2025 y 2026. Todo ello mientras la CNMC se encuentra a medio completar. El partido que gobierne deberá ponerse de acuerdo con la oposición y los nacionalistas para elegir cinco miembros del consejo de un total de 10 en proporción a su representación parlamentaria.

Pulso por el control de las competencias regulatorias en materia energética, ahora en poder de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El anuncio de Pedro Sánchez y Yolanda Díaz el pasado martes de que pretenden crear una Comisión Nacional de la Energía, hoy integrada en el superregulador, ha hecho saltar las alarmas en la institución presidida por Cani Fernández.

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