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La deuda pública crece en 70.000 millones al año, más del doble que antes de la pandemia
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Supera los 1,5 billones

La deuda pública crece en 70.000 millones al año, más del doble que antes de la pandemia

Las necesidades de financiación de las administraciones se estabilizan en niveles elevados que exigirían un crecimiento del PIB del 5% para reducir la ratio de endeudamiento

Foto: Sede del Banco de España en Madrid. (EFE)
Sede del Banco de España en Madrid. (EFE)
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El crecimiento de la deuda pública se ha estabilizado en 70.000 millones de euros anuales. Durante los peores momentos de la pandemia, cuando el Estado tenía que sostener el empleo de los trabajadores en ERTE, el crecimiento de la deuda llegó a superar los 130.000 millones de euros. Con el final de la emergencia sanitaria, la escalada de la deuda se moderó, pero, lejos de volver a los niveles previos a la pandemia, está creciendo a un ritmo todavía muy intenso.

En los tres años previos a la pandemia, la deuda pública aumentó a un ritmo de 30.000 millones al año. Ahora está creciendo más del doble tras incrementarse en 70.000 millones de euros desde el verano de 2022 al de 2023. El ritmo de acumulación de deuda pública se ha estabilizado en niveles muy elevados, lo que supone una amenaza para la estabilidad financiera del país. Y lo ha hecho coincidiendo con años de un gran crecimiento económico y de llegada de los fondos europeos.

Los gastos extraordinarios de la pandemia ya han desaparecido, desde las compras de material sanitario, las vacunas o las contrataciones de nuevo personal hasta los ERTE. Sin embargo, el crecimiento de la deuda sigue siendo muy acusado. Una parte es consecuencia de las medidas contra la inflación habilitadas por el Gobierno en los últimos años, pero esta misma inflación también ha disparado la recaudación, compensando este mayor gasto.

Foto: Pablo Hernandez de Cos, gobernador del Banco de España. (EFE/Jalal Morchidi)

Según los últimos datos del Banco de España relativos al mes de agosto, el pasivo total de las administraciones públicas alcanzó los 1,56 billones de euros, una cifra que se sitúa cerca del 111% del PIB. Desde el final de la pandemia, la evolución de la deuda pública no ha generado preocupación entre los inversores, por dos motivos. El primero, que la moderación del déficit público ayudaba a frenar el crecimiento del pasivo. El segundo, que el crecimiento del PIB y la inflación permitían reducir la ratio de endeudamiento.

En el peor momento del covid-19, la deuda pública llegó a escalar hasta el 125% del PIB y desde entonces se ha reducido en 14 puntos. Sin embargo, la deuda total no ha dejado de subir y desde ese momento se ha incrementado en otros 170.000 millones de euros. Esto es, toda la reducción de la ratio de endeudamiento se debe a la inflación y al crecimiento económico.

¿Qué ocurrirá ahora que el crecimiento y la inflación se están frenando? Un ritmo de 70.000 millones de deuda anual es insostenible para la economía española. Durante el año 2024, la inflación todavía será muy elevada y permitirá que el PIB se expanda un 5,4%, según las últimas previsiones del Fondo Monetario Internacional. Pero en 2025 tanto la actividad como la inflación estarán normalizadas y el crecimiento del PIB bajará hasta el 4,2%. Si se traslada a datos absolutos, supone un crecimiento del PIB de 63.000 millones en 2025 y de 55.000 en los siguientes dos ejercicios.

Foto: Imagen de la fábrica de Ford en Almussafes. (EFE)

Con esas cifras, un crecimiento de la deuda de 70.000 millones de euros implica que la ratio de endeudamiento apenas se reducirá en 2024 y que volvería a crecer intensamente a partir de 2025. Esto significa que la deuda vuelve a importar después de unos años en los que se reducía gracias a la inercia económica.

En 2024 el sector público conseguirá un importante ahorro gracias al final de las medidas que puso en marcha el Gobierno para combatir la inflación. Estas medidas también incluyen la reversión de las bajadas de impuestos que actualmente están frenando la recaudación. Supondrán un alivio para el crecimiento de la deuda pública. Pero también hay otros factores que empujan en la dirección opuesta: por ejemplo, en 2024 habrá que financiar una revalorización de las pensiones superior al 4%. La subida de los tipos de interés también provocará que las refinanciaciones de la deuda sea más cara, en especial de los bonos que se emitieron con un plazo inferior a 10 años. En 2014, el Tesoro llegó a colocar un bono a 10 años con un tipo de interés del 1%; si se tuviese que refinanciar hoy, tendría que pagar cuatro veces más en intereses.

El ritmo actual de crecimiento de la deuda implicaría un aumento continuado de la deuda a partir del año 2025. Este escenario no es sostenible, lo que obligará al Estado a preocuparse por el déficit público. Será necesario que el futuro Gobierno empiece a preocuparse por la sostenibilidad de la deuda y trace una estrategia para conseguirlo.

El crecimiento de la deuda pública se ha estabilizado en 70.000 millones de euros anuales. Durante los peores momentos de la pandemia, cuando el Estado tenía que sostener el empleo de los trabajadores en ERTE, el crecimiento de la deuda llegó a superar los 130.000 millones de euros. Con el final de la emergencia sanitaria, la escalada de la deuda se moderó, pero, lejos de volver a los niveles previos a la pandemia, está creciendo a un ritmo todavía muy intenso.

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