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El Gobierno recorta su previsión de crecimiento en 2024 al 2% y mantiene el 3% de déficit
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Mejora al 2,4% las de 2023

El Gobierno recorta su previsión de crecimiento en 2024 al 2% y mantiene el 3% de déficit

El difícil contexto económico que vive Europa está lastrando el crecimiento de España. El Gobierno asume que la recuperación del consumo de las familias será más lenta

Foto: La vicepresidenta económica, Nadia Calviño. (EFE)
La vicepresidenta económica, Nadia Calviño. (EFE)

El Gobierno ha remitido a la Comisión Europea la actualización del Plan Presupuestario para el año 2024 con la actualización de las previsiones económicas y fiscales que son preceptivas. El documento revisa al alza la previsión de crecimiento del PIB para este año como era previsible tras las dos actualizaciones al alza de la serie de PIB que realizó el INE en septiembre, pero recorta la del año 2024. La crisis económica e inflacionista que vive Europa está pasando factura ya a España, tanto por la vía de las exportaciones como del menor consumo doméstico. El resultado es esta revisión a la baja que hace el Gobierno respecto al Programa de Estabilidad que publicó en el mes de mayo.

El Ministerio de Economía prevé ahora un avance del PIB del 2,4% para 2023, tres décimas por encima de su cuadro macro anterior y del 2% para 2024, cuatro décimas peor que en su anterior previsión. La revisión al alza de 2023 no responde a una mejoría de la economía hasta final de año, sino a la actualización de las series de PIB de finales de 2022 y principios de 2023 que realizó el INE en septiembre. El instituto constató un crecimiento más intenso de la economía nacional durante esos meses, lo que provocó que las previsiones del Gobierno se quedaran desfasadas.

Foto: El ministro de la Seguridad Social, José Luis Escrivá. (EFE)

La previsión del Ejecutivo cuenta con el aval preceptivo de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), pero es más optimista que las últimas realizadas por los principales organismos nacionales e internacionales. Por ejemplo, el Banco de España prevé que el PIB crecerá un 1,8% el próximo año y el FMI bajó sus proyecciones hasta el 1,7%. A pesar de la desaceleración de la economía, España seguirá siendo uno de los países europeos que más crezca este año y el próximo. El principal motivo es su especialización en el sector servicios, que está resistiendo la crisis mucho mejor que la industria. Además, la inercia de la creación de empleo sigue alimentando el consumo de los hogares. La AIReF advierte de que el crecimiento de la demanda nacional previsto por el Gobierno "resulta optimista, dado el endurecimiento de las condiciones de financiación de la economía, la retirada de las medidas que se implementaron para mitigar el impacto de la inflación y el empeoramiento de la confianza empresarial y de los hogares".

El nuevo cuadro macro también refleja la persistencia de la inflación. Si hasta ahora el Gobierno confiaba en una rápida desaceleración de los precios, ahora asume un escenario más pesimista. El deflactor del consumo privado crecerá un 3,9% en 2024, casi el doble que su previsión anterior, que era del 2%. El Gobierno está asumiendo así que la lucha contra la inflación se prolongará al menos hasta 2025.

La creación de empleo también se desacelera en este escenario. El Gobierno calcula que el empleo crecerá un 2,2% este año, una décima más que en su previsión anterior, pero rebaja del 2,3% al 1,5% el crecimiento de 2024. La previsión del paro se mantiene en el 10,9%, lo que complica la promesa electoral del PSOE y Sumar de lograr pleno empleo este año.

La desaceleración del empleo se compensa con una importante revisión al alza de la productividad por trabajador, que crecerá un 0,5% frente al 0,1% que estimaba hasta ahora. El crecimiento de la productividad es uno de los mantras que repite el Gobierno en las últimas semanas. En concreto, asegura que el despliegue del plan de recuperación (tanto inversiones como reformas) está dando un salto de productividad a la economía española.

El déficit, al 3%

En este nuevo escenario de mayor desaceleración económica, el Ministerio de Hacienda ha mantenido sin cambios sus previsiones de déficit respecto de la senda publicada en mayo. Esto es, anticipa un saldo negativo del 3,9% del PIB para 2023 que se rebajaría en casi un punto a lo largo de 2024, hasta el 3%. De esta forma, en el primer año de regreso de las reglas fiscales tras la pandemia España conseguiría alcanzar el sacrosanto objetivo de déficit del 3%. Eso sí, si el Gobierno decide prorrogar alguna de estas medidas, tendrá que adoptar medidas correctoras ya sea de aumento de los ingresos o de recortes del gasto.

Foto: Monedas de euro con la bandera española de fondo. (iStock)

El Gobierno ha elaborado estos cálculos sobre la base de políticas constantes por encontrarse en funciones. Esto significa que no contabiliza dentro del déficit del año 2024 la posible prórroga de las medidas de lucha contra la inflación como son la bajada del IVA a los alimentos de primera necesidad, de la electricidad y de la producción eléctrica. El Ministerio de Hacienda justifica la posible retirada de estas ayudas fiscales extraordinarias dado el "contexto de mayor estabilidad de precios" en la energía. De esta forma, el Gobierno considera que España realizará un "esfuerzo fiscal de en torno a un punto" del PIB "gracias, en buena medida, al levantamiento de las medidas energéticas". Considera así que el final de las bonificaciones del IVA suponen el esfuerzo estructural que reclamaba la Comisión Europea ante el regreso de las reglas fiscales.

Hacienda calcula que el final de las ayudas fiscales discrecionales tendrá un impacto de 6.500 millones de euros. Esta cifra es clave para que España cumpla con el mandato de la Comisión Europea, que reclama a España que el crecimiento del gasto primario neto no supere el 2,6%. Estos 6.500 millones compensan en 0,9 puntos el crecimiento del gasto, hasta llevarlo al 2,5%. Esto significa que, si el Gobierno no elimina ayudas fiscales por valor de 6.500 millones de euros, el gasto primario neto crecería un 3,4% y excedería claramente la recomendación de Bruselas. En definitiva, la eliminación de las ayudas fiscales no solo se considera un escenario sin medidas, sino que es imprescindible para cumplir con las exigencias de esfuerzo fiscal.

El Gobierno asegura a Bruselas que recortará el déficit estructural en ocho décimas del PIB, pasando del 4,2% previsto para este año hasta el 3,4%. Eso significa que prácticamente la totalidad de la reducción del déficit prometida para 2024 será estructural. Y todo ello en un escenario de políticas fiscales constantes. Unas piezas que son difíciles de encajar. El Gobierno está justificando ante Bruselas que las medidas estructurales que pide la Comisión para volver a la senda de estabilidad presupuestaria se cumplen con el final de las ayudas fiscales temporales al IVA. Ayudas que, precisamente, por su carácter de temporales no se pueden considerar estructurales.

La recuperación del consumo

España seguirá creciendo más que Europa, como se ha señalado. Sin embargo, el escenario es algo más sombrío que hace unos meses. El Ministerio de Economía asume que la demanda nacional tendrá un desempeño peor del que esperaba hasta ahora. En concreto, en 2024 aportará 2,2 puntos al crecimiento frente a los 2,9 puntos que calculó en primavera. Las causas detrás de este comportamiento más prudente de los agentes económicos están en la persistencia de la inflación, la subida de los tipos de interés y la incertidumbre que rodea al escenario geopolítico tan delicado. En cualquier caso, la demanda interna sostendrá el crecimiento del PIB por encima de los niveles del resto de Europa, donde la demanda interna está languideciendo.

Foto: Imagen de un billete de 20 euros. (iStock)

Economía asume que el consumo de los hogares evolucionará peor de lo esperado dado el incremento de la tasa de ahorro que están realizando las familias. Así, en su nuevo cuadro macro recorta el consumo privado del 2,1% al 1,5% en 2023 y del 3% al 2,5% en 2024. Esta moderación del consumo de las familias explica casi la totalidad del recorte en la previsión de crecimiento para el próximo año. El Gobierno también baja su previsión de crecimiento del consumo público, que avanzará un 0,2% frente al 0,9% que calculaba hasta ahora.

La inversión también tendrá un desempeño algo peor al estimado inicialmente también por el temor de hogares y empresas a la desaceleración económica. Economía prevé que la formación bruta de capital fijo aumente un 4% frente al 5% que esperaba hasta ahora. Este dato también es importante porque la mayor parte de la capacidad inversora del país procede de los fondos del plan de recuperación que no están funcionando como se esperaba.

La demanda externa también lastrará el crecimiento de España, aunque el pobre desempeño de las importaciones ayudará a compensar el parón de las exportaciones. Es importante señalar que la desaceleración del sector exterior está influida por el turismo, que ya en 2023 ha completado su recuperación respecto a los niveles prepandemia. Economía calcula que las exportaciones crecerán un 2,4% este año, apenas una décima por debajo de las expectativas anteriores, mientras que las importaciones pasan de crecer un 3,9% a un 3,3%. De esta forma, aunque la demanda externa restará al PIB, lo hará en 0,2 puntos y no en 0,5 puntos como calculaba hasta ahora por el peor desempeño previsto de las importaciones.

El Gobierno ha remitido a la Comisión Europea la actualización del Plan Presupuestario para el año 2024 con la actualización de las previsiones económicas y fiscales que son preceptivas. El documento revisa al alza la previsión de crecimiento del PIB para este año como era previsible tras las dos actualizaciones al alza de la serie de PIB que realizó el INE en septiembre, pero recorta la del año 2024. La crisis económica e inflacionista que vive Europa está pasando factura ya a España, tanto por la vía de las exportaciones como del menor consumo doméstico. El resultado es esta revisión a la baja que hace el Gobierno respecto al Programa de Estabilidad que publicó en el mes de mayo.

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