De Azpilicueta a De Gea y Casemiro: los futbolistas asaltan los 'e-sports' con sus clubes

César Azpilicueta, Casemiro, David De Gea, Aymeric Laporte, Gerard Piqué y Rubén García tienen un punto en común más allá de ser futbolistas. También lo comparten con otros como Kun Agüero. Todos son fundadores y propietarios de un club de e-sports que compite en las principales ligas de España. Actualmente, copan un tercio de las plazas de las principales ligas de España (League of Legends y Valorant), y también gestionan las secciones de Fifa de clubes como el RC Celta o CA Osasuna en la eLaLiga, entre otros.

En los últimos años, han sido múltiples los ejemplos de futbolistas que se lanzaron a la aventura de los e-sports. Pocos, sin embargo, han logrado crear proyectos que se asienten en la élite y los que lo han logrado son los clubes de segunda generación: es decir, los que ya han aterrizado en un ecosistema más maduro, con mayor conocimiento sobre el sector y un proyecto que trata de generar una marca propia que no orbite únicamente sobre la imagen del futbolista fundador.

El fútbol se ha introducido en los 'e-sports' españoles a través de clubes y jugadores

Es lo que ya han logrado Case Esports (Casemiro), Falcons (Azpilicueta), Rebels (De Gea), Guasones (Rubén García) y, sobre todo, KOI, aunque en este último caso oscila principalmente sobre la imagen de Ibai Llanos, cofundador junto a Piqué. AYM Esports (Laporte) aún está en una fase menos avanzada de desarrollo, y el de Agüero no compite en las ligas españolas, sino latinoamericanas y, como KOI con Ibai Llanos, aún se centra mucho en la figura del exjugador.

Cada liga de LoL (Superliga y Segunda División) y la de Valorant tiene 10 plazas. Es decir, un total de treinta, que actualmente se reparten 21 equipos en España. De estos 21 equipos, seis son los fundados por futbolistas, que copan diez de las treinta plazas disponibles en estas competiciones. La principal es la Superliga, donde están Rebels, KOI y Guasones. A ellos podría unirse Case Esports en la temporada de verano si logra quedarse la plaza de Fnatic TQ, que podría salir de la competición.

Es decir, cuatro de los seis clubes de futbolistas estarán en la principal competición de e-sports de España. En ella está también el FC Barcelona, por lo que el fútbol ya abarcaría la mitad de las plazas en esta liga. El presupuesto mínimo para competir supera los 500.000 euros anuales en 2023, incluyendo gasto en plantilla y otros costes para mantener la actividad diaria de los clubes. En esta franja se mueven solo equipos como Bisons y Guasones, mientras que los principales presupuestos, liderados por Heretics o Rebels, estarían entre 800.000 euros y el millón de euros.

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Patricia López

Los futbolistas presentan una ventaja competitiva frente a clubes promovidos por algunos de los pioneros en el territorio e-sports: la capacidad económica para inyectar capital desde el inicio sin necesidad de apoyarse en otros inversores. Azpilicueta ha invertido más de un millón de euros entre 2021 y 2022 para impulsar Falcons tras fundarlo en 2020. Se desconoce la inversión de De Gea o Casemiro, aunque fuentes del sector la cifran muy por encima, ya que sus proyectos deportivos están entre los principales presupuestos anuales tras entrar en Segunda División en 2022; además, ambos abrieron sus propias gaming offices el año pasado.

Por el contrario, tienen otros hándicaps. El primero, la falta de trayectoria histórica de clubes que lideraron el surgimiento de las competiciones de gaming en España, como Heretics, Giants o Riders. Este hándicap se ha minimizado debido a que en el último año y medio se crearon la Segunda División de LoL y la liga de Valorant, provocando la entrada de nuevos clubes, y a que en la Superliga ha cambiado de manos en el 70% de las plazas. De hecho, solo Giants, Riders y Ucam Murcia se mantienen respecto a 2021.

El segundo hándicap es la necesidad de empezar proyectos de cero, lo que ha obligado a fichar talento en otros clubes con un fuerte sobreprecio. Era la única vía para captar perfiles del sector y, sobre todo, jugadores y entrenadores a los que había que convencer de dar el salto a un proyecto que apenas echaba a andar. Ello ha provocado en el último año y medio un fuerte incremento de los presupuestos y una espiral de gasto que absorbió a otros clubes si querían mantener a sus principales jugadores y staff, y que se llevó por delante a algunos como MAD Lions, que salió de la Superliga para centrarse solo en la LEC (la liga europea de franquicias de LoL) tras descender en 2022.

La Superliga ha cambiado de manos en el 70% de las plazas. De hecho, solo Giants, Riders y Ucam Murcia se mantienen respecto a 2021

Sin embargo, la facilidad de acceder a financiación y el trabajo para consolidar la marca del club ha terminado por ser decisivo. Arctic Gaming desapareció el año pasado tras no lograr encontrar financiación; Team Queso está en repliegue y podría salir de LoL por cuestiones similares, y otros de los principales clubes han aplazado salir al mercado en un contexto de gran incertidumbre financiera y, sobre todo, de mucha más exigencia de garantías sobre el modelo de negocio de los e-sports.

Azpilicueta, sin embargo, ha abierto su club a inversores externos por primera vez, y cuenta con el aval de su propio capital y de los proyectos ya desarrollados en Falcons. De Gea y Rubén García también lo hicieron en 2022, aunque para dar entrada a otros futbolistas (Juan Mata, Bruno Fernandes y Jon Moncayola) y no a expertos del sector. Casemiro y Laporte aún controlan al 100% sus organizaciones.

Es un paso más tras fallidos intentos en años anteriores de futbolistas que creyeron que con el mero valor de su marca podían construir un club de e-sports. Especialmente durante el confinamiento, cuando el consumo digital se disparó. Ahora el consumo cae en plataformas como Twitch y sobreviven los nuevos proyectos o los que ya se han consolidado. Falcons y Guasones fueron fundados en 2020; KOI, Case, AYM Esports, KRÜ y Rebels, en 2021.

Atrás quedaron también los intentos de dar entrada a futbolistas en el accionariado de los clubes. Guild usó a Beckham como embajador a cambio de media for equity, lo mismo que otros hicieron con otras estrellas, con relativo éxito. De ahí la evolución a ser dueños de los clubes directamente, con el objetivo de reforzar su propio valor de imagen para captar patrocinadores que quieran impactar en nuevas audiencias a través de ellos.

Tampoco terminó de cuajar la inversión de Parejo o Morata en Ramboot, de Pablo Aimar en Wyggers, André Gomes en G2, Sergio Reguilón en Heretics ni los equipos fundados por Bale o Griezmann. Sí ha sido un caso de éxito Dux Gaming, que dio entrada a Borja Iglesias, Thibaut Courtois y, más recientemente, Marc Gasol, gracias a su vinculación exclusivamente con simuladores deportivos como FIFA, F1 o NBA 2K.