Las filiales de Lactalis en España incumplen la normativa al ocultar los sueldos de directivos

Muchas filiales de grandes grupos internacionales incumplen una pequeña parte de la normativa de nuestro país, como es la Ley de Sociedades de Capital, y una de las últimas ha sido Lactalis. La mayor productora de lácteos del mundo y uno de los gigantes de la industria alimentaria aterrizó en nuestro país en 1983 y, poco a poco, fue ganando tamaño hasta contar en la actualidad con ocho fábricas y tener distintas filiales sobre las que estructurar su actividad que, según su auditor Mazars, no desvelan los sueldos de sus directivos.

Algo que podría resultar normal, pero que no lo es a tenor de la normativa. El artículo 260 de la Ley de Sociedades de Capital, en su disposición undécima, y el apartado 23.6 del contenido de la memoria recogido en la tercera parte del Plan General de Contabilidad señalan que todas las sociedades deben incluir en las cuentas anuales la información sobre el importe de los sueldos, dietas y remuneraciones de cualquier clase, así como anticipos, créditos o garantía concedidos, obligaciones contraídas en materia de pensiones y seguros de vida o de responsabilidad civil devengados en el curso del ejercicio por los miembros del órgano de dirección, pero Lactalis no lo hace.

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Lactalis, que ha optado por no incluir dicha información en su memoria, esgrime que no lo hace "por motivos de confidencialidad y por una cuestión organizativa", según señalan a El Confidencial. Así, sociedades como Lactalis Compras y Suministros SL o Lactalis Food Service Iberia cuentan con dicha opinión con salvedades por parte de su auditor de cuentas, Mazars. No así su matriz, puesto que no consolida (ni presenta) sus resultados en España, sino en Bruselas, bajo la sociedad BSA International. De hecho, esta estructura societaria ha provocado algún quebradero de cabeza a la compañía, ya que una investigación de diversos medios, entre ellos el británico The 'Guardian', analizó su "ingeniería financiera compleja" y acusó a la compañía de ocultar ganancias en Francia, Reino Unido y España, evadiendo supuestamente ciertos pagos en el impuesto de sociedades.

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Lactalis es uno de los gigantes de la industria alimentaria, puesto que comercializa marcas como la leche Puleva, Lauki, Président o Ram, junto a otros productos lácteos como los quesos Gran Capitán, Flor de Esgueva, El Ventero o Galbani, entre otros. Así, cerró el pasado curso con unas ventas de 1.212 millones de euros, un 4,2% menos que en 2020, al acusar el repunte de la inflación. "La subida de los costes de materias primas, energía y materiales, junto al hecho de que el consumo de productos lácteos no experimentó finalmente el ritmo de recuperación que esperábamos, afectó de lleno al sector", según esgrimió Ignacio Elola, su CEO.

La compañía, que cuenta con una plantilla de casi 2.500 trabajadores, tiene una plataforma logística en Guadalajara, tres oficinas comerciales y ocho fábricas: dos de leche y bebidas en Galicia; dos de quesos en Castilla y León (Zamora y Peñafiel); una de yogures y postres lácteos en Guadalajara; otra de quesos en Villarrobledo, y dos más de leche y bebidas en Lleida y Granada. Activos que les permiten prestar servicio a unos 2.500 colaboradores.

Recientemente, y en su informe de RSC de 2021, la compañía destacó que recogió cerca de 1.000 millones de litros de leche de 455 municipios de sus más de 2.000 ganaderías colaboradoras. De hecho, este no es su único compromiso con la España vaciada, puesto que más del 50% de sus trabajadores pertenece a poblaciones de menos de 250.000 habitantes.