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Nadia Calviño y la "maldición eterna" de los hombres del puro
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Nadia Calviño y la "maldición eterna" de los hombres del puro

Los banqueros acusan al Gobierno de estigmatizarles y hacer un daño innecesario a la economía en un momento de incertidumbre. Y ven responsable a la vicepresidenta

Foto: Encuentro de la vicepresidenta Nadia Calviño (en el centro del grupo de la izquierda) con banqueros el pasado 22 de julio. (EFE/Fernando Villar)
Encuentro de la vicepresidenta Nadia Calviño (en el centro del grupo de la izquierda) con banqueros el pasado 22 de julio. (EFE/Fernando Villar)
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El Gobierno ha hecho un 'flashback' del sector financiero. Tras años gastando millones en campañas de imagen y liderando iniciativas sociales y educativas para mejorar su reputación, los banqueros han vuelto al imaginario colectivo como "los hombres del puro". Unos empresarios millonarios que deciden el rumbo del país a su antojo y beneficio, desde lujosos despachos alejados de la calle. O como caricaturizó la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa: "Los banqueros de Mary Poppins" que quitan el dinero a los niños.

Este 'flashback' ha llegado de la mano del impuesto a la banca anunciado por Pedro Sánchez hace dos semanas y la justificación que se ha dado al mismo. El PSOE y Unidas Podemos han dicho que el tributo —que legalmente no es tal— es necesario por el repunte de los márgenes de los bancos gracias a la crisis, por su menor contribución fiscal y por el dinero que todavía se debe del rescate de 2012, en torno a 55.000 millones.

Foto: El presidente de CaixaBank, José Ignacio Goirigolzarri (i), la presidenta de Banco Santander, Ana Botín (c), y el presidente del BBVA, Carlos Torres (d). (EFE)

En los últimos días, los principales responsables de los bancos han desfilado ante los medios en sus presentaciones de resultados para desmontar estos argumentos uno por uno. Pero más allá de estas palabras, lo que se percibe fuera de micrófono es un punto de no retorno entre las entidades y este Gobierno. Y en especial con la vicepresidenta Nadia Calviño. A pesar de que el impuesto fue anunciado por Sánchez, ha sido desarrollado por el Ministerio de Hacienda y anunciado por los partidos, los banqueros responsabilizan a la vicepresidenta del foco que se ha puesto sobre ellos. No solo con el impuesto, también con las críticas a sus sueldos, la culpabilización por la exclusión financiera de los mayores y por no contar con ellos para dinamizar la distribución de los fondos europeos.

Los financieros no dan a crédito a que el propio Gobierno —desde el Ministerio de Economía— sondeara a las entidades tras el anuncio de Sánchez sobre cómo debía ser el impuesto, y que se haya optado por una vía que les aboca a una batalla de años en los tribunales.

¿Oportunidad perdida?

Así, el PSOE y Unidas Podemos han puesto en marcha el tributo como una "prestación patrimonial de carácter no tributario", una vía reconocida por la Constitución pero que, según los bancos, no es más que una "tapadera" para gravarles por lo mismo que ya pagan en el Impuesto de Sociedades (IS). Este tributo se queda con un 30% de los beneficios de las entidades, que en la práctica es el 23% por las deducciones y sus créditos fiscales. La prestación patrimonial cargará un 4,8% a los ingresos por intereses y comisiones, que tras gastos y provisiones forman el resultado del IS.

Más allá de esta futura batalla legal, fuentes de primer nivel de las entidades reconocen que si Sánchez quería dar un golpe de imagen, podía haberles subido de nuevo el Impuesto de Sociedades. Eso, añaden, hubiera tenido el mismo efecto ante la opinión pública y hubiera evitado la batalla legal.

Esto lleva a los banqueros a pensar que el impuesto no es electoralista, sino ideológico. "Detrás de la iniciativa hay un pensamiento de que los hombres del puro siguen dirigiendo nuestro rumbo", expone un alto directivo del Ibex.

placeholder José Ignacio Goirigolzarri (2i), presidente de CaixaBank; Manuel Azuaga (3i), presidente de Unicaja; Carlos Torres (4i), presidente de BBVA; Josep Oliu (de espaldas), presidente de Sabadell; José María Méndez (3d), director general de la CECA; y Alejandra Kindelán (d), presidenta de la AEB, en el encuentro de hace dos viernes con Economía. (EFE)
José Ignacio Goirigolzarri (2i), presidente de CaixaBank; Manuel Azuaga (3i), presidente de Unicaja; Carlos Torres (4i), presidente de BBVA; Josep Oliu (de espaldas), presidente de Sabadell; José María Méndez (3d), director general de la CECA; y Alejandra Kindelán (d), presidenta de la AEB, en el encuentro de hace dos viernes con Economía. (EFE)

De este modo, en los últimos días los financieros han ido respondiendo a los argumentos del Gobierno. Uno de los más criticados ha sido el de los "beneficios extraordinarios" que está obteniendo el sector. Para empezar, destaca que las entidades no solo no logran grandes incrementos de su margen de intereses en España este año, sino que siguen cayendo. En el caso de Santander retrocede un 5,8%, en el de BBVA se ha mantenido estancado y en el de CaixaBank cae un 3,6%. Aunque los bancos reconocen que estos ingresos van a subir en los próximos meses, recuerdan que vienen de mínimos por los tipos de interés negativos y advierten de que esta remontada dependerá de la evolución económica, que está plagada de incertidumbres.

Más allá de estos datos, las entidades recuerdan que el sector tiene que ganar dinero para poder cubrir su coste de capital, un baremo que fuerza a superar el Banco Central Europeo (BCE). Se calcula que esta tasa está en torno al 10%, un umbral que solo supera en España Bankinter y, teniendo en cuenta sus negocios extranjeros, Santander y BBVA. El resto de bancos tienen unos RoTE (rentabilidad sobre capital tangible) de entre el 3% y el 9%.

En esta línea, el consejero delegado de CaixaBank, Gonzalo Gortázar, recordó que actualmente hay 11 empresas del Ibex 35 que cotizan con un valor por debajo del que figura en sus libros; y, de ellas, cinco son bancos.

Foto: El exministro de Economía, Luis de Guindos (i), y los expresidentes de Bankia, Rodrigo Rato (c) y José Ignacio Goirigolzarri (d). (EC)

La otra gran queja ha sido por las menciones al rescate. Las entidades ya dan por imposible que se entienda que dicho plan no fue para salvar a banqueros, sino a los depositantes de antiguas cajas mal gestionadas. Y que, en conjunto, el sector ha puesto miles de millones para el rescate a través de sus aportaciones al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) y la creación de Sareb.

Pero más allá de este 'debate imposible', los banqueros han centrado su discurso en recordar todo lo que hizo el sector durante la pandemia y lo necesario que es para salir de una crisis. "Es importante recordar la lección de las crisis que hemos pasado. Cuando se entra con un sector financiero sólido, estas no son tan profundas y duraderas", expuso Gortázar, quien avisó que el impuesto implicará que haya menos créditos y más caros. Su homólogo en Santander, José Antonio Álvarez, cuantificó en 50.000 millones el crédito que podría dejar de darse.

Modelo de país

Gortázar introdujo asimismo un debate que, a su juicio, debería tener en cuenta el Gobierno: "Somos una entidad grande, con muchos recursos propios y que podemos afrontar financiaciones de 2.000, 3.000, 4.000 millones, necesaria para la transformación económica y energética del país. Crear entidades grandes es muy bueno. Pero si las has creado, van a ganar mucho dinero. [...] Esto no es una cuestión ideológica, esto es una cuestión de datos".

El CEO de BBVA, Onur Genç, insistió en la misma idea: "A los bancos nos va mejor cuando la economía va bien, somos los primeros interesados". Aun así, no parece que el Gobierno vaya a coger el guante, ya que el propio Sánchez señaló el viernes que "si Botín y Galán protestan es que vamos en la buena dirección". Un día antes, Álvarez, de Santander, había señalado que "espero que no sea una maldición eterna" la mala reputación del sector. De momento parece que su deseo va a tardar en cumplirse.

El Gobierno ha hecho un 'flashback' del sector financiero. Tras años gastando millones en campañas de imagen y liderando iniciativas sociales y educativas para mejorar su reputación, los banqueros han vuelto al imaginario colectivo como "los hombres del puro". Unos empresarios millonarios que deciden el rumbo del país a su antojo y beneficio, desde lujosos despachos alejados de la calle. O como caricaturizó la consejera delegada de Bankinter, María Dolores Dancausa: "Los banqueros de Mary Poppins" que quitan el dinero a los niños.

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