Pepe Hidalgo pone en venta sus joyas hoteleras para rescatar Globalia y Air Europa

Juan José Hidalgo ha puesto en marcha una reorganización urgente de su patrimonio para sacar de la quiebra técnica tanto a Globalia Corporación Empresarial como a Air Europa. Según indican fuentes financieras, el veterano empresario del sector turístico ha puesto a la venta una serie de activos inmobiliarios con los que pretende obtener entre 400 y 500 millones de euros para recapitalizar tanto el 'holding' familiar, que incluye el negocio hotelero y el de agencias de viajes, como la aerolínea.

Según estas fuentes, Hidalgo está buscando un comprador para el edificio de oficinas que Globalia tiene en Pozuelo de Alarcón (Madrid). Se trata de la sede operativa de la compañía propietaria también de Viajes Halcón y de los hoteles Be Live. La fiscal, la que está situada en Palma de Mallorca, también es en propiedad, pero está hipotecada como garantía del préstamo de 475 millones que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) le concedió en noviembre de 2020 para hacer frente al impacto del covid-19.

Fuentes próximas a la operación indican que el principal candidato para la compra es el Grupo Palladium, compañía turística propiedad de la familia Matutes. Los empresarios mallorquines han sido socios financieros de la propia Globalia, de la que tienen aún un 5% del capital. Pero el pasado año, después de aprobar las pérdidas históricas provocadas por la pandemia, Abel Matutes Prats, el heredero de la familia, decidió salir del consejo de administración. El hijo de Abel Matutes, dueño de la cadena de hoteles Fiesta, está interesado en quedarse con el edificio de su competidor para unificar todas las oficinas corporativas que tiene repartidas por la capital.

TE PUEDE INTERESAR

Pepe Hidalgo propone a la SEPI el relevo del consejero delegado de Air Europa

Agustín Marco

No es el único activo que los Hidalgo han puesto en el mercado. Los dueños de Air Europa también han colocado el cartel de ‘se vende’ en el hotel Palace de Muro, un cinco estrellas incluido en Be Live. El Palace de Muro es uno de los 11 establecimientos de la cadena propiedad de la familia. Los restantes 12 hoteles, situados todos ellos fuera de España, son operados mediante un contrato de gestión. Varios fondos internacionales se han acercado para auditar las cuentas del grupo, que en 2020 perdió 35 millones.

Pero los números rojos ya venían de antes de la aparición del covid-19 porque en 2019, un año récord para el turismo, Be Live también registró números rojos. El motivo fue el deterioro intragrupo de participaciones en sociedades propiedad de algunos miembros de la familia, como Mundaka Corporación Hotelera, que provocó un roto de 27 millones de euros, o Zarak Investment, a la que Globalia aportó 12,5 millones mediante la compensación parcial de un crédito vencido y no pagado por 19,7 millones.

Nuevo administrador de la fortuna

Esta contabilidad, con numerosas operaciones en hasta 13 empresas familiares en las que, según el informe anual, existen conflictos de interés, ha generado dudas entre los potenciales compradores de algunos de los negocios. Por ello, los Hidalgo han decidido poner su imperio turístico e inmobiliario en manos del Despacho Garrido, uno de los bufetes especializados en tratamiento fiscal de estructuras empresariales, después de que el pasado año renunciase al cargo de administrador su abogado de confianza, Iván Dávila. Los abogados de Garrido se están encargando de ordenar las numerosas sociedades a nombre de Juan José Hidalgo y sus tres hijos (Javier, Cristina y María José), algunas de ellas cruzadas, para poder hacer una venta conjunta de los hoteles.

TE PUEDE INTERESAR

Abel Matutes y el hermano de Pepe Hidalgo dimiten del consejo de Globalia

Agustín Marco

El objetivo del patriarca del clan es levantar cerca de 400 millones de euros para inyectarlos en Globalia Corporación Empresarial y en Air Europa. La primera, la matriz del 'holding', cerró 2020 con un desfase patrimonial de 289 millones, cifra que en 2021, a falta del cierre oficial de las cuentas, se ha incrementado en cerca de 200 millones adicionales. El problema en Air Europa es similar, ya que en los dos últimos ejercicios, ambos influidos por la pandemia, las pérdidas operativas han sido de 750 millones.

Pepe Hidalgo quiere evitar a toda costa que la SEPI se quede con parte de Air Europa si, al estar en causa virtual de disolución, convierte el préstamo de 240 millones que le otorgó a finales de 2020 en acciones de la aerolínea. Los otros 235 millones concedidos fueron en forma de un crédito normal. Para ello, el empresario salmantino tiene que inyectar en la filial una cantidad millonaria a partir del próximo 1 de julio, fecha en que expira la moratoria concedida por el Gobierno para no solicitar o instar el preconcurso de acreedores. Una situación en la que tanto Globalia como Air Europa entrarían a partir del 1 de septiembre.

Tanto el 'holding' como la aerolínea dispondrán a partir de entonces de cuatro meses para recapitalizarse, por lo que Hidalgo ha puesto en el mercado una serie de activos con los que conseguir liquidez inmediata y evitar males mayores. El veterano líder de la familia está convencido de que podrá sacar adelante este reto, dado el interés que ha percibido entre los inversores por sus hoteles, que prevén una temporada veraniega de récord.