'Entente cordiale' en la junta de Merlin con un novedoso respaldo a las retribuciones

Ni un mal gesto, ni una buena palabra. La fría cordialidad ha sido la nota dominante en la junta general de accionistas que Merlin Properties ha celebrado este miércoles en Madrid, la primera desde la crisis de gobernanza que estalló hace cinco meses, cuando el primer accionista de la compañía, Banco Santander, quiso cesar al consejero delegado, Ismael Clemente.

A pesar de las cotas máximas de tensión que se alcanzaron a finales del año pasado, las aguas volvieron a su cauce para el arranque del nuevo ejercicio, previo pacto entre caballeros y con el compromiso de reforzar las políticas de buen gobierno de la socimi.

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Uno de los aspectos más espinosos de este enfrentamiento fueron las retribuciones del equipo directivo de Merlin, consideradas por el presidente de la firma, y número tres de Santander, Javier García-Carranza, como poco alineadas con los intereses de la propiedad.

Para acercar posturas, se diseñó un nuevo plan de retribuciones que ha sido aprobado este miércoles con una novedosa y aplastante mayoría de accionistas: el 97% ha respaldado la nueva política de remuneraciones, casi un 93% el plan de incentivos a largo plazo y el informe consultivo del pasado ejercicio ha contado con el apoyo del 82%.

Para hacerse una idea del salto de dimensión que suponen estas cifras, basta recordar que, en anteriores ocasiones, hasta el 40% de los accionistas llegó a votar en contra de los emolumentos de la cúpula de Merlin. Los cuales, además, Santander criticaba que no estaban alineados con la remuneración del accionista.

En el nuevo plan se ha hecho partícipe a toda la plantilla del plan de incentivos a corto plazo, mientras que una cuarta parte de la misma también tiene variable a largo plazo. Lo que se ha perseguido con ello, en palabras del propio García-Carranza, es "estar seguro de que todo el mundo piensa como dueño, y no solamente como empleado".

El 97% de los accionistas ha respaldado la nueva política de retribuciones de Merlin

Aunque el hacha de guerra se ha enterrado, las heridas siguen ahí y, sin decirlo, el presidente y el consejero delegado han dicho mucho durante la junta general. El primero, reiterando que la plantilla y el equipo directivo deben estar alineados con el accionista. El segundo, detallando los buenos resultados de la socimi y la visión que siempre ha demostrado el equipo ejecutivo.

Precisamente, el olfato que tuvieron hace más de siete años, cuando fueron pioneros en apostar por la logística y compraron a BBVA su cartera de oficinas, les está permitiendo ahora, en unos momentos críticos por la invasión rusa de Ucrania, la crisis inflacionista y el escenario de subidas de tipos de interés, dar la vuelta a la empresa y dejar una compañía más sólida y predecible en sus flujos de caja.

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La clave ha sido, precisamente, la venta de la cartera de sucursales bancarias, que han cerrado con una prima del 17% sobre su última valoración, que les va a permitir abordar una intensa refinanciación justo antes del cambio de ciclo y retribuir al accionista con la misma generosidad con que se premió al equipo directivo mientras estuvo haciendo el trabajo que permite ahora dar jugosos dividendos.

De los 1.987 millones que pagará BBVA a la socimi, esta destinará 350 millones a un dividendo extraordinario y el resto a amortizar deuda, lo que permitirá recortar la ratio de apalancamiento al 31% y no tener ningún gran vencimiento hasta 2025. Suma y sigue, porque este ejercicio también se reducirá hasta el 1,8% el tipo medio de la deuda del grupo, que pasará a ser una empresa más pequeña, pero más sólida y volcada en su nueva gran apuesta: los centros de datos.

Santander respalda la apuesta por los centros de datos, que jugarán un papel comparable al de las oficinas de BBVA con sus ingresos recurrentes

Santander está confortable con esta nueva tipología de activo, el cual, además, está llamado a ser el nuevo gran generador de caja recurrente de la compañía, ya que las estimaciones de Merlin pasan por lograr 75 millones de euros anuales a partir de diciembre de 2025.

Como ha dicho el consejero delegado ante todos sus accionistas: su intención es ser líderes en centros de datos y demostrar lo que ya hicieron en logística. El futuro dirá qué pasa. Por el momento, habrá que estar atentos a lo que ha dejado caer García-Carranza en la junta: "Si se consiguen los objetivos, el accionista sale ganando teniendo al equipo gestor".