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Merlin sacude al sector y liga por primera vez el variable a la evolución en bolsa
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Merlin sacude al sector y liga por primera vez el variable a la evolución en bolsa

La socimi ha ligado un tercio de la remuneración a largo plazo a la evolución de la acción. Además, ha limitado el incentivo máximo que puede cobrarse y ha elevado los requisitos de eficiencia

Foto: Los tres principales directivos de Merlin Properties, el día de su salida a bolsa en junio de 2014.
Los tres principales directivos de Merlin Properties, el día de su salida a bolsa en junio de 2014.

Es un secreto a voces el descontento que existe entre gran parte de la comunidad inversora con la política de remuneraciones de las socimis, a las que se ha acusado de estar más preocupadas por engordar el tamaño de sus vehículos que en velar por los intereses de sus accionistas, ya que el grueso de la remuneración de los equipos gestores está ligado al valor de los activos.

Unas críticas de las que Merlin también ha sido víctima y que, coincidencia o consecuencia, perderán fuerza a partir del próximo mes si la junta general aprueba el nuevo plan de incentivos que ha elaborado la compañía, cuyo capital ahora está controlado por Santander (22,26%), BBVA (6,44%) y Blackrock (3,11%).

Por primera vez, la socimi ha decidido ligar un tercio del plan de incentivos a largo plazo de la compañía a la evolución en bolsa en el periodo 2017-2019. En concreto, para poder cobrar esta remuneración, en los próximos tres años el retorno total para el accionista (RTA) deberá superar el 24%, cualquier cifra por debajo hará que no se pueda percibir ni un euro.

Merlin ha elevado la retribución fija, ha endurecido el bonus a corto para ser más eficiente y ha ligado un tercio del variable a largo a la evolución en bolsa

Para calcular la tasa de RTA, se tomará como referencia el valor del título de Merlin a cierre de 2019, más los dividendos pagados en todo el periodo (los cuales en bolsa siempre se descuentan del precio de cotización) y se dividirá entre los 9,83 euros por acción en que se movió, de media, el título en las últimas 30 sesiones de 2016.

Si se alcanza el 24%, un equipo cercano a 30 ejecutivos del grupo tendrá derecho a repartirse hasta el 6% de dicho RTA, frente al 8% que recogía el anterior plan de incentivos a largo plazo, el cual solo estaba ligado a la evolución del valor de los activos hasta ahora; mientras que si se supera el 36%, la base de reparto será el 9%, frente al 15% anterior.

Otra diferencia respecto al modelo que había hasta ahora es que se ha limitado a 37 millones de euros la retribución máxima por este concepto, cuando hasta ahora, en el plan de incentivos a largo plazo, no había techo. El logro de los objetivos dará derecho a cobrar este variable en metálico una vez sean aprobadas las cuentas del ejercicio 2019.

Foto: Ismael Clemente será el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado

Como en su anterior programa, Merlin también ha ligado parte de la remuneración de su cúpula al crecimiento del patrimonio de la compañía, el cual determinará dos tercios de todo el plan de incentivos a largo plazo, pero introduciendo el condicionante de que el retorno total para el accionista, tomando como referencia el valor de activos (EPRA NAV), supere los mismos umbrales del 24% y 36%.

Hasta ahora, esta parte de la remuneración, que se pagaba y se seguirá saldando en acciones, se medía anualmente: el valor de activos debía ser cada año superior al del ejercicio precedente y el retorno para el accionista bajo este concepto superar el 8%; ahora, en cambio, se fija un 24% en tres años, fórmula elegida para dar al inversor un horizonte de estabilidad.

En este caso, la tasa de rentabilidad para el accionista se calcula tomando como referencia el valor de los activos por acción (EPRA NAV) más los dividendos pagados en todo el periodo, y dividido por los 11,23 euros en que se situó el EPRA NAV al cierre de 2016. Si el resultado está por debajo del 24%, los directivos no tendrán derecho a recibir ni una acción. Por encima de los umbrales del 24% y 36%, se podrá percibir el 6% o el 9% de la tasa de retorno conseguida, con un límite de seis millones de acciones.

Además, en el caso de los dos consejeros ejecutivos que se benefician de este plan, Ismael Clemente y Miguel Ollero, la remuneración máxima que podrán tener por todo este plan a largo plazo (el tercio ligado a la cotización y los dos tercios del valor de activos) no podrá ser superior al 625% del salario fijo. Como este se ha fijado en un millón de euros (frente a los 300.000 euros que tenían hasta ahora), como máximo recibirán 6,5 millones en tres años; y la parte en acciones no se recibirá en su totalidad hasta 2022.

Cambios en el bonus a corto plazo

Por lo que respecta al variable a corto plazo, aunque se mantiene la fórmula de ligarlo a las rentas y al patrimonio, ahora se le añade un plan de reducción de costes de estructura, en los que entran en juego desde los billetes de avión hasta los propios salarios de los ejecutivos, con el objetivo de que esta retribución vaya ligada a lograr ser más eficientes.

Merlin, que en todo este proceso ha estado asesorada por Towers Watson, ha tomado como referencia en este punto las prácticas de Unibail Rodamco y, si antes el variable se establecía como la mayor de las siguientes cantidades, el 6% de las rentas o el 0,6% del patrimonio, ahora se fija un plan para rebajarlo al 5,75% o 0,57% en 2018/19 y al 5,5% y 0,55% en 2020.

La socimi ha acotado la retribución variable máxima de los consejeros ejecutivos, que hasta ahora no tenían, y ha elevado el número de beneficiarios

Aquí también se ha limitado la cantidad máxima que pueden percibir Clemente y Ollero en 2,75 millones, cuando hasta ahora no había techo, aunque el objetivo que se ha marcado para cobrar el bonus es de 1,5 millones. El pasado ejercicio, con el anterior plan, cada consejero ejecutivo percibió 1,8 millones. El nuevo plan de retribución variable a corto plazo alcanza a toda la plantilla.

Del mismo modo que se ha elevado la remuneración fija de estos dos ejecutivos para alinearse con las remuneraciones del Ibex 35, índice al que se incorporó hace poco más de un año, la socimi también ha elevado la retribución fija de los consejeros dominicales e independientes, que ha pasado de 60.000 euros y 1.000 euros más en dietas por asistencia a las reuniones del consejo, a 100.000 euros. Además, los miembros de la comisión de auditoría y control percibirán otros 15.000 euros; los de nombramientos y retribuciones, 10.000, y los presidentes de cada uno de estos órganos, otros 5.000 euros.

Es un secreto a voces el descontento que existe entre gran parte de la comunidad inversora con la política de remuneraciones de las socimis, a las que se ha acusado de estar más preocupadas por engordar el tamaño de sus vehículos que en velar por los intereses de sus accionistas, ya que el grueso de la remuneración de los equipos gestores está ligado al valor de los activos.

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