El aluvión de comisiones de la banca dispara la conflictividad con los clientes

Los bancos están decididos a cobrar a los clientes no rentables, trasladando los tipos de interés negativos del Banco Central Europeo (BCE) en forma de comisiones. Aunque esto implique perder clientes y salidas de depósitos, como está ocurriendo en la gran banca, o un aumento de conflictividad con los clientes, como sucedió el año pasado.

Así lo refleja la Memoria de Reclamaciones de 2020 que esta semana publicó el Banco de España. Las reclamaciones sobre cuentas corrientes aumentaron un 49,4% hasta las 4.153, principalmente por el incremento en las relacionadas con comisiones, del 90,9% hasta las 2.134. De esta forma, las reclamaciones por comisiones suponen ya el 10% del total.

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Este aumento coincide con el aluvión de comisiones de los bancos, que a lo largo del año pasado iniciaron o intensificaron el cobro de servicios a los clientes menos vinculados. La práctica en la banca tradicional es similar: si el cliente no cumple una serie de requisitos, como la domiciliación de la nómina y tener productos vinculados al banco, pagará por los servicios que usa.

Esta filosofía es la que ha venido defendiendo la banca desde hace varios años, intentando que cale el mensaje que justifique el cobro por los servicios. Hay que tener en cuenta que, además del coste implícito de gestión de los clientes, el BCE penaliza con hasta un -0,5% la liquidez de la banca.

Las entidades han rechazado cobrar por los depósitos a los particulares, como sí hacen con empresas e institucionales, salvo excepciones como BBVA para saldos superiores a 200.000 euros de clientes poco vinculados o ING a partir de los 30.000 euros sin ingresos domiciliados. Pero sí están cobrando por los servicios, hasta el punto de que Bankia, por ejemplo, no cerró en números rojos en un trimestre del año pasado por el cobro de nuevas comisiones.

La intensificación de las comisiones por parte de la gran banca provocó la salida de depósitos en el primer trimestre de 16.000 millones en BBVA, Sabadell, CaixaBank y Santander. El caso más significativo fue el de BBVA, con un descenso de 9.200 millones o un 4,5% entre diciembre y marzo, hasta los 196.600 millones. En segundo lugar se situó Banco Sabadell, con una caída de 3.242 millones o un 2,9% hasta los 109.414 millones.

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Santander estrenó el año pasado su cuenta One, nueva apuesta comercial en sustitución de la 1, 2, 3. Los clientes se libran de pagar comisiones si tienen nómina o pensión, domicilian tres recibos y hacen al menos seis movimientos con una tarjeta del banco cántabro. Las otras dos vías para librarse de la comisión es tener al menos 1.000 acciones de Santander depositadas en el banco o un saldo en fondos, planes de pensiones o seguros de 25.000 euros. En caso contrario, los clientes pagarán comisiones de 10 euros o 20 euros al mes.

CaixaBank, por su parte, lanzó en octubre el programa día a día, que exige 300 euros de pensión o 600 euros de nómina al mes y la domiciliación de tres recibos al trimestre o efectuar tres compras o más al trimestre con una tarjeta de crédito del banco. En caso de no cumplir con estas condiciones, la comisión varía desde los 15 hasta los 60 euros cada tres meses.

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BBVA tiene nuevas tarifas desde el 15 de junio, estableciendo una comisión de 40 euros cada trimestre salvo si se cumple tener una nómina domiciliada de al menos 800 euros o una pensión a partir de 300 euros. Asimismo, se deben tener cinco recibos o realizar al menos siete operaciones con la tarjeta de crédito del banco en un periodo de cuatro meses.

En el caso del Sabadell, también ha estrenado un nuevo esquema de comisiones en 2021, coincidiendo con el cambio de consejero delegado ante la llegada de César González-Bueno. La comisión será de 15 euros al trimestre salvo si el cliente tiene una de las siguientes condiciones: un seguro contratado con la entidad, un préstamo con el banco o, como mínimo, inversión de 10.000 euros en fondos gestionados por Sabadell.

Bankinter, por su parte, comercializa la cuenta nómina con un 5% TAE, una apuesta que tiene el banco para captar clientes. No obstante, para ello los clientes deben domiciliar una nómina superior a 800 euros y tener tres recibos domiciliados al trimestre.

Las entidades tienen además una cuenta de pago básica para clientes que no tienen otra cuenta de pago en el sistema financiero, con un precio tasado por normativa de tres euros al mes con carácter general y de cero euros para colectivos vulnerables.

Se disparan las reclamaciones

El endurecimiento de las comisiones de la banca ha coincidido con un incremento de las reclamaciones por este concepto. En total, las reclamaciones superan la cifra de 2.000 (por diferentes conceptos) en Santander, CaixaBank, BBVA y Bankia, que concentraron el 51,6% de las solicitudes ante el Banco de España.

Santander se situó en primer lugar con 3.849 reclamaciones, frente a las 2.696 de CaixaBank, las 2.405 de BBVA, las 2.301 de Bankia o las 1.091 del Sabadell. En sexto lugar está Wizink con 1.305 reclamaciones, si bien en este caso se explican principalmente por las tarjetas revolving.

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Estas tarjetas tienen aparejada litigiosidad, después de que el Supremo consideró en 2019 que un tipo de interés del 27% es usura. Estas tarjetas sirven para aplazar el pago de las compras en cuotas mensuales, pero con TAE que llega a superar el 20% y que puede hacer que se acumule la deuda hasta duplicar la inicial.

Las reclamaciones sobre revolving se dispararon el año pasado un 212% hasta las 1.869. "En particular, destacan las reclamaciones presentadas con motivo de la falta de entrega de documentación relativa a ellas", señala el Banco de España, haciendo referencia a la copia del contrato suscrito e histórico de liquidaciones practicadas. En tres años las reclamaciones se han casi multiplicado por nueve.