La Generalitat cancela la visita del dos de Aragonès a Seat para preservar la investidura

La Generalitat catalana ha cancelado a ultimísima hora la visita del número dos de Pere Aragonès, el secretario general de la vicepresidencia económica, Albert Castellanos, que estaba prevista para hoy en Seat. Aragonès preserva así las negociaciones para la investidura, pero se queda fuera de la foto de la ayuda de los fondos europeos más importante que recibirá Cataluña: la del proyecto de Seat para una nueva fábrica de baterías. Portavoces de la Conselleria de Economía han confirmado que "ni Castellanos ni nadie del departamento acudirá al acto". El motivo: la presencia en el mismo del rey Felipe VI y el boicot activo que despliega la Generalitat contra el monarca desde la aplicación del 155.

Este diario ha preguntado a Economía si la cancelación se ha producido esta mañana y no ha habido respuesta. Fuentes cercanas a la Generalitat aseguran que ayer se había confirmado a través de protocolo la presencia de Albert Castellanos. Se da la circunstancia de que esta mañana El Confidencial publicaba que iba a asistir.

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El presidente en funciones de la Generalitat habría roto así con el boicot a la Casa Real y a los actos de Felipe VI en Cataluña. Está previsto que el presidente Pedro Sánchez anuncie durante este acto el apoyo de fondos europeos a los proyectos de electrificación de Seat. Y esta ha sido la clave. La Generalitat había estado días debatiendo sobre si debía quedar fuera de la foto en el momento fundacional del reparto de los fondos europeos en Cataluña. Seat es demasiado importante. Sobre estos debates previos, la Conselleria de Economía tampoco ha hecho comentarios.

La Generalitat: "Ni Castellanos ni nadie del departamento acudirá al acto"

Castellanos no es solo el número dos del departamento. Es el arquitecto del mayor logro de esta legislatura: los Presupuestos de la Generalitat de 2020. Y muchos lo sitúan como el sucesor de Aragonès al frente de la Conselleria de Economía, si esta sigue en el lado de ERC en la nueva Generalitat, tal y como quiere el actual 'president' en funciones.

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El boicot al Rey por parte del independentismo lleva vigente desde que Carles Puigdemont lo exigió en junio de 2018 como respuesta a la aplicación del artículo 155 en Cataluña. Se ejerció de manera laxa, en algunos casos, como cuando Quim Torra acudió a los Juegos del Mediterráneo. Pero, en general, se ha aplicado de manera sistemática. La Generalitat no participa en actos del Rey e incluso la Fundación Princesa de Girona ha dejado de entregar sus premios en Cataluña. La situación de vacío a nivel institucional al monarca es tal que a finales de diciembre los Reyes viajaron en secreto a Barcelona para reunirse con el poeta Joan Margarit, al que entregaron el premio Cervantes.

"Se puede hacer mucho más desde el Govern, aunque suponga aceptar muchas contradicciones", anunció Aragonès ayer en su conferencia programática, como adelantando lo que iba a pasar. Y en efecto. Su discurso fue de un independentismo sin dudas. Pero también abría una puerta a aplicar el pragmatismo que más que prometerse se adivina en su mandato. La presencia de Castellanos en el acto de hoy iba en esa dirección. Pero ahora el pragmatismo tendrá que esperar.

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Pero la razón profunda estriba en los fondos europeos. Aragonès sabe, como 'conseller' de Economía, que son clave para la recuperación de la crisis. Para su futuro Gobierno en Cataluña, según anunció en esa misma conferencia programática, quiere "beneficiar especialmente la economía social, queremos crear el comisionado Next Generation". "Tenemos que aprovechar estos fondos para hacer una inversión sin precedentes. No tenemos que perder esta oportunidad", añadió. O lo que es lo mismo: no va a permitir que Pedro Sánchez se apunte en solitario el tanto de traer los fondos europeos a Cataluña.

Días deliberando

Fuentes del Palau explican que Aragonès y su entorno llevaban tres días deliberando sobre si acudir o no al acto de Seat. Ayer, cuando la ministra de Industria, Reyes Maroto, destapó que se iba a crear un consorcio público-privado con el Gobierno español, Seat, VW e Iberdrola para montar una fábrica de baterías "cerca de Martorell", todo se precipitó y Aragonès optó por hacer de tripas corazón. Al final han rectificado sobre la marcha con la esperanza de poder mantener las conversaciones para la investidura, que entran en su fase final cuando el Parlament se constituya el próximo 12 de marzo.

Aragonès y su equipo llevaban días debatiendo sobre si acudir o no al acto de Seat

En la conferencia de ayer, el vicepresidente económico también dio otras pistas de ese pragmatismo que podría marcar la legislatura: "Todos y todas tenemos que salir de la zona de confort. No tenemos que mirar el quién o con quién, sino qué es lo que queremos hacer. Nos jugamos demasiado para actuar a partir de cálculos electorales". Y añadió: "La crisis no puede esperar". Fueron cuatro frases enmascaradas entre largos discursos independentistas. Por ahora se queda en teoría.

Apoyo a la industria

La Generalitat no quiere dejar al Gobierno español ondear en solitario la bandera de defensa de la industria, que está viviendo un momento muy difícil en Cataluña, con cierres tan emblemáticos como el de Nissan o Bosch. Seat es una de las mayores empresas de España y una potencia exportadora en sí misma. Su importancia estratégica es indiscutible. Está previsto que anuncie nuevos modelos eléctricos que van a marcar el giro estratégico de la marca española de VW. El grupo alemán invertirá 5.000 millones en ese proceso, pero espera tener el apoyo de los fondos europeos.