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Rothschild reclama a Duro Felguera una factura millonaria por el rescate
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la empresa se niega a pagar su minuta

Rothschild reclama a Duro Felguera una factura millonaria por el rescate

El banco de inversión le exige una minuta de unos cuatro millones de euros por su trabajo como asesor en la reestructuración de la deuda, que ahora ha resultado insuficiente

Foto: El presidente de Duro Felguera, Acacio Rodríguez (3d), durante una reunión de la junta de accionistas. (EFE)
El presidente de Duro Felguera, Acacio Rodríguez (3d), durante una reunión de la junta de accionistas. (EFE)

Duro Felguera ha reconocido que vuelve a tener problemas de liquidez para financiar sus obras y abonar las facturas a sus acreedores, algunos de los cuales han sido los propios asesores que contrató para evitar el concurso de acreedores. Rotshchild, el banco al que el anterior consejo de administración encargó la reestructuración de la deuda, ha requerido a la compañía de ingeniería que le pague una factura de cuatro millones de euros por su trabajo como intermediario. Pero el grupo asturiano se niega a abonársela, al estimar que no llevó a cabo el trabajo al que se comprometió.

Fuentes próximas al caso han confirmado la disputa entre Rotshchild y Duro Felguera, que, además, se escuda en su falta de fondos para abonar el contrato con el banco de inversión internacional. La entidad financiera, presidida en España por Íñigo Pañeda, considera que sí cumplió con su contrato, que fue firmado a principios de 2017 cuando la compañía presidida por aquel entonces por Ángel del Valle admitió que no podía hacer frente a su deuda bancaria.

Rotshchild puso entonces un equipo a trabajar para analizar las mejores alternativas para evitar que Duro Felguera entrase en concurso de acreedores y que gran parte de los 2.000 trabajadores de la empresa perdiesen el empleo. Pero, tras negociar con numerosos inversores, tanto locales como extranjeros, ninguna de las opciones fructificó. Acciona, que estuvo analizando la adquisición, se echó atrás, al igual que Elecnor. Los ofrecimientos de empresarios asturianos, como Blas Herrero, tampoco prosperaron.

Foto: El presidente de Duro Felguera, Acacio Rodríguez (3d), durante la reunión de la junta de accionistas celebrada en Oviedo. (EFE)

Posteriormente, en otoño del pasado año, ante la falta de inversores finales, el fondo oportunista ByBrook presentó una oferta para recapitalizar la compañía, consistente en otorgar un préstamo a un alto tipo de interés convertible posteriormente en capital. Pero tampoco llegó a buen puerto, como asimismo ocurrió con el acercamiento de KKR. Así las cosas, la única solución posible fue, pese a la oposición del accionista mayoritario representado por Ángel del Valle, que acabó dimitiendo como presidente, realizar una ampliación de capital por 125 millones.

Una inyección de dinero fresco acompañada de una quita significativa de la deuda por parte de la banca, que coordinó Fidentiis. El bróker consiguió sacar adelante la operación, que supuso 'de facto' una dilución del 98% para los accionistas anteriores y la entrada de nuevos inversores. Suscribieron la ampliación Indumenta Pueri, el vehículo patrimonial del dueño de la cadena de moda infantil Mayoral, la familia Urquijo, Norges Bank (el fondo soberano de Noruega) y gestoras relevantes como azValor (Álvaro Guzmán) y Cobas (Francisco García Paramés).

Aunque el pasado 27 de septiembre Duro Felguera admitió que tenía problemas financieros adicionales a los reconocidos en la colocación de acciones nuevas y que necesitaría más dinero para continuar operativa, Rothschild considera que su trabajo como asesor fue todo un éxito, puesto que la empresa consiguió reestructurar su deuda y alejar el riesgo de entrar en suspensión de pagos. Por lo tanto, reclama ahora los emolumentos de su contrato, unos cuatro millones de euros, que la empresa se niega a pagar.

La factura de oro de Deloitte

El banco de negocios, que ha rechazado hacer ningún comentario sobre esta información, ha ofrecido una quita a Duro Felguera para que al menos le abone una parte de la factura. Pero fuentes próximas al grupo gijonés no están por la labor de cumplir con esa obligación. Rothschild ya vivió una experiencia similar en Isolux, compañía para la que también trabajó como asesor y que finalmente cayó en quiebra tras un segundo intento de rescate.

Foto: Oficinas de la empresa Isolux Corsán en Madrid. (EFE)

El enfado de Rothschild es mayúsculo porque, al mismo tiempo, Duro Felguera, presidida actualmente por Acacio Rodríguez, ha contratado al equipo de reestructuraciones de Deloitte para salvar el segundo ‘match ball’. Según distintas fuentes, Senén Touza, responsable de la consultora y el ejecutivo que evitó la caída de Pescanova, ha fijado un coste mensual de 320.000 euros por asesorar en el nuevo plan de rescate. Touza se ha traído además a cuatro hombres externos a Deloitte, todos ellos procedentes de Sacyr, entre los que destacan José María Orihuela, exjefe del área de construcción, y Miguel Ángel Peña.

Situación parecida tiene Fidentiis, que debería percibir 4,07 millones de euros por ser el coordinador global de la ampliación, dinero que no ha percibido aún y que admiten será de difícil cobro. La compañía tiene que hacer frente a otros gastos por 3,81 millones en concepto de gastos de notaría, Registro Mercantil, asesoramiento legal y servicios de auditoría.

Duro Felguera ha reconocido que vuelve a tener problemas de liquidez para financiar sus obras y abonar las facturas a sus acreedores, algunos de los cuales han sido los propios asesores que contrató para evitar el concurso de acreedores. Rotshchild, el banco al que el anterior consejo de administración encargó la reestructuración de la deuda, ha requerido a la compañía de ingeniería que le pague una factura de cuatro millones de euros por su trabajo como intermediario. Pero el grupo asturiano se niega a abonársela, al estimar que no llevó a cabo el trabajo al que se comprometió.

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