Sánchez redobla la llamada a la movilización: "Urnas vacías es involución; llenas, progreso"

El PSOE tiene claro cuál es la batalla que por encima de todas tiene que dar el 28 de abril y el 26 de mayo. La movilización del electorado progresista y templado. Frente a una derecha "de tres siglas" que está muy agitada y que se visualizó en la plaza de Colón el mes pasado, está la España del "sentido común" y que, a juicio de Pedro Sánchez, encarna el PSOE. Esos son los votantes que han de ir a votar. Porque "urnas vacías" significa "involución" y urnas "llenas", "progreso para todos".

El presidente del Gobierno lleva tiempo haciendo hincapié en los riesgos de la abstención, advirtiendo del peligro que supondría que se repitiera la baja participación que se vio en las autonómicas andaluzas del 2 de diciembre. Pero este sábado apuntaló más si cabe ese mensaje en un acto en Madrid en el que compartió escenario con los ya oficialmente candidatos a la Comunidad y al ayuntamiento de la capital, Ángel Gabilondo y Pepu Hernández, ambos independientes, y con el barón regional, José Manuel Franco. Era la prueba más palpable de que los socialistas son conscientes de que el 28-A y el 26-M se libran en esa clave.

"Si miráis el panorama de cosas que se están diciendo y haciendo por la oposición, es evidente que la derecha juega a lo mismo que el 2 de diciembre: a la abstención, a que no haya movilización. Pero si el sentido común se moviliza, el sentido común va a ganar, y es más que evidente que el sentido común lo representa única y exclusivamente el PSOE", aseguró ante unos 800 militantes y simpatizantes congregados en el teatro Goya. Aforo lleno, por cierto, y en el que destacaba la presencia de las ministras Lola Delgado, Reyes Maroto —números cinco y seis de la lista madrileña para el 28-A, si no hay cambios mañana en el comité federal— e Isabel Celaá. Del cartel se cayó este mismo sábado la vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, dos por Madrid en las generales.

"La España que queremos tiene muchas plazas, no solo la plaza de Colón, que no pudieron ni llenar", dice, llamando a la España "integradora"

Sánchez insistió en que en la doble contienda electoral se disputa qué modelo de país quieren los ciudadanos. O una España en la que progresen unos pocos "a costa de la mayoría" o una en la que progresen todos". "La España que queremos tiene muchas plazas, no solo la plaza de Colón, que no pudieron ni llenar", sostuvo, retornando a esa imagen que tanto llevan explotando (y seguirán haciendo) los socialistas, la de la foto de Pablo Casado, Albert Rivera y Santiago Abascal al final de la manifestación del pasado febrero. La España que sirve de referencia al PSOE es la de las marchas feministas del 8-M, o la de los jóvenes que ayer viernes salieron a las calles para reclamar una España "sostenible, con aire puro y de calidad". O la España de las moviizaciones por el Primero de Mayo.

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Los que salen a las calles y los que no

Pero la España a la que quiere mirar el PSOE es también aquella que no sale a las calles, la de los mayores, la de las mujeres que sufren violencia de género, la de los niños que sufren pobreza o la de los parados de larga duración. La España, dijo Sánchez, de "aquellos que se manifiestan con la palabra y con su silencio", porque el PSOE "se hace cargo de sus legítimas urgencias y necesidades". "Queremos una España integradora, que no excluya, en la que quepamos todos y todas". Por tanto, solo hay "dos caminos" el 28-A para los socialistas, una España en la que "todos" avancen o en la que unos lo hagan "a costa de la mayoría".

Gabilondo completa el argumento: "No participar es alfombrar a quienes prefieren la involución y la falta de reformas y transformación social"

Sánchez aspira a una "mayoría amplísima" en las generales, y apremió a sus compañeros a "trabajar" para conseguirlo. Y entonces lanzó el aviso claro: "Urnas vacías significa involución, y urnas llenas significa progreso para todos". En la misma línea se pronunció Gabilondo: "Si no participamos nosotros, que se sepa que lo harán otros, que si no gobernamos nosotros, que se sepa que gobernarán otros, y en otro sentido, y ya no valdrá con lamentarse. No participar es alfombrar que lleguen quienes prefieren la involución y la falta de reformas y transformación social, porque no ven a los que están en situación de desamparo".

El presidente cargó contra la "misma derecha de tres siglas" (PP, Cs y Vox) por reducir la política a la "crispación y al insulto" y por no defender las medidas sociales del Ejecutivo. Como el decreto de igualdad laboral, o la recuperación del subsidio para mayores de 52 años, o el fomento del alquiler. "¿Por qué las buenas noticias para la ciudadanía son malas noticias para PP y Cs? Lo que no me parece legítimo y solidario es que hagan oposición a los españoles", arremetió. Su Gobierno se ha encontrado en las últimas semanas con las maniobras de populares y naranjas de paralizar los 'viernes sociales', tanto en el Congreso como ante la Junta Electoral Central, pero no les fue posible. De ahí el renovado aviso que lanzó Sánchez de que el Ejecutivo continuará "gobernando hasta el último minuto de la legislatura".

Sánchez: el PSOE es el "único" que puede garantizar la "estabilidad, el sentido común" en Madrid, frente a una derecha partida y una izquierda en "añicos"

Después repartió los consabidos mandobles a Cs, PP y Vox. A Albert Rivera le recriminó que defienda una concepción "excluyente" de la democracia, por vetar directamente al PSOE e imponerle un cordón sanitario. A Pablo Casado le reprochó que diga que ellos son los constitucionalistas y feministas. "Lo dicen ellos, que como sabéis elaboraron la Constitución y que no van a las manifestaciones del 8-M y recurrieron las leyes de igualdad y del aborto", ironizó. Vox, siguió, no puede ser la "novedad", porque "la ultraderecha siempre ha existido" y "tenía su partido", el PP, y ahora tiene sus siglas. "Si hay novedad es que la derecha, que siempre se ha llamado europeísta, se funde con la ultraderecha y no la combate con argumentos".

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"Expertos en divisiones"

Sánchez hizo un aparte con Madrid, su federación. Se comprometió a inyectar más recursos en la región y a hacer reflotar el plan de Cercanías, porque "otro Madrid es posible como otra España es posible". Frente a una "derecha partida en tres y otra izquierda hecha añicos" en Madrid, el PSOE es el "único" que puede garantizar la "estabilidad, el sentido común, el progreso y un proyecto inclusivo para el conjunto de los madrileños", subrayó, adelantando que tras las generales él estará al lado de Gabilondo y Pepu para "compartir la victoria" tanto en la Comunidad como en el ayuntamiento de la capital.

Pepu se declara "socialista de corazón", y trabajará para combatir la desigualdad, que es el enemigo, y "no a la derecha de tres cabezas y pocas ideas"

La fragmentación de la izquierda del PSOE es más acusada en Madrid. Podemos compite frente a Más Madrid, el partido de Íñigo Errejón y Manuela Carmena, y probablemente también contra IU y anticapitalistas, opción esta última que probablemente tendrá reflejo municipal en abierta disputa con el proyecto defendido por la regidora. La dispersión de siglas (y el castigo de la barrera electoral: se exige un 5% de los votos para poder entrar en la Asamblea) no beneficia a Gabilondo, que según las encuestas podría quedar primero en la región, porque podría no gobernar. "Esto se ha puesto perdido de expertos en divisiones, de expertos en hacer porciones. Ese no es el camino. Necesitamos porciones conjuntas, unir, y no porciones aisladas, para luego gobernar sin exclusiones ni sectarismos", sostuvo el candidato regional.

Gabilondo aprovechó, en este primer mitin en periodo electoral en Madrid, para marcar el tono de su propia campaña. "Me dicen 'da leña, da caña', o que haga zascas. Con zascas espero que no ganemos nada". Él no estará en eso. Lo de zascas, dijo con humor, le lleva a otro término, 'zascandil'. No quiere esa "política zascandil, que es la política ligera de cascos", la que "da tumbos", la que es tanto como un "cantamañanas que no merece crédito", o "un chisgarabís". "La política ligera y 'enredona' no es la política en la que creemos. No la queremos ni la necesitamos. No esperen de mí ni zascas ni dar leña. Lo siento, no lo sé hacer. Tenemos que convocar lo mejor de nosotros mismos". En su equipo insistían en que rebatirá contenidos de los contrarios en campaña, pero no será "comentarista de lo anecdótico", porque Gabilondo quiere contar su proyecto para Madrid.

"¡Sé que estoy en casa!"

"No nos distraigamos con la espuma de la algarabía electoral", con las "anécdotas y los chascarrillos", porque "hay necesidades y urgencias sociales y políticas", porque los socialistas "enfocan de forma diferente" y gestionan de otra manera, aderezó el candidato.

El clima resultó menos caluroso que en otros mítines de precampaña, y tampoco el partido pudo anotarse una gran afluencia de simpatizantes

El ambiente en el teatro Goya, 800 personas, sorprendió por la falta de calor de los simpatizantes. El clima era mucho más frío que en otros mítines que ha protagonizado el presidente en otras provincias, y que ha abarrotado, de hecho. Eso sí, se notó que cuadros y bases querían hacer ver que arropaban al último de la familia, a Pepu Hernández, candidato a la alcaldía de Madrid desde hace una semana. "¡Sé que estoy en casa. Y esa casa se llama PSOE!", gritó tras agradecer el respaldo de las bases en las primarias. El exseleccionador nacional de baloncesto volvió a tirar de papeles y, aunque ha cogido algo de soltura, aún no se despega de ellos. Se percibe que le faltan horas de vuelo en la política. "Soy socialista de corazón, porque me rebelo contra la injusticia y la desigualdad". Él se esforzará para trabajar "en equipo" y combatir "no a la derecha de tres cabezas y pocas ideas", sino a los enemigos que sí tiene Madrid, como la desigualdad, la pobreza o el machismo.

"Madrid lleva demasiado tiempo esperando al PSOE. No la hagamos esperar más", señaló, llamando a la movilización y a despertar la ilusión en una ciudad que se escapa a los socialistas desde hace 30 años. La capital está, dijo, "por encima de los gobernantes a los que le ha tocado soportar, por encima de la corrupción [del PP] y de la ineficacia de otros [Manuela Carmena]". Unos, los populares, dejaron el "lastre" de la corrupción, la deuda y los fondos buitre, y no merecen "ni el perdón ni el voto de los ciudadanos". Y otros, Ahora Madrid, "llegaron con buenas intenciones y se van con muy mala ejecución", con la sensación de "oportunidad perdida", porque de tanto "mirarse el ombligo se olvidaron de mirar a Madrid". Hernández estaba pintando los primeros colores de su campaña. Pero llegará más tarde, porque el partido está volcado en ganar el 28-A, para que sirva de estímulo para el 26-M.

Porque, como dijo Franco, una "mayoría amplia" del PSOE en las generales llevará "en volandas" a los socialistas en ayuntamientos y comunidades. Es su esperanza. Las encuestas, por ahora, les empuja a favor. Aunque mejor no confiarse, añadió el barón autonómico: "Cuidado, compañeros, no está el trabajo hecho".