Javier Botín gestionó parte de su fortuna en Suiza a través de Islas Vírgenes Británicas

Tras salir en la lista Falciani y pagar más de 200 millones de euros por regularizar su situación con el fisco español, la familia Botín vuelve a aparecer vinculada a sociedades y cuentas bancarias en países con ventajas fiscales. Javier Botín, hijo del fallecido Emilio Botín y hermano de la actual presidenta, Ana Patricia Botín, controló durante más de una década una sociedad en Islas Vírgenes Británicas —país considerado paraíso fiscal por España— a través de la cual gestionó una cuenta suiza en el banco de inversión y gestión de patrimonios Pictet. Además de Javier, presidente de la Fundación Botín y consejero externo del Santander, su hermana Carolina también aparece en la nueva tanda de los papeles de Panamá vinculada a dos sociedades panameñas.

Esta información procede de una nueva remesa de documentos internos del despacho de abogados Mossack Fonseca, obtenidos nuevamente por el diario alemán 'Süddeutsche Zeitung' y compartidos con el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ) y varias docenas de medios de comunicación, entre ellos El Confidencial y La Sexta en España. Estos registros suman más de 1,2 millones de documentos (443 GB de archivos PDF, correos electrónicos y documentos HTML) y abarcan desde comienzos de 2016 hasta finales de 2017, cubriendo en su mayoría el año y medio posterior a la primera publicación de los papeles de Panamá.

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Francisco Javier Botín-Sanz de Sautuola y O'Shea (Madrid, 21 de noviembre de 1973) aparece como beneficiario final de Galbane Financial Investments Corp, compañía constituida en Islas Vírgenes Británicas en marzo de 2005, mismo año en que se aprobó la Directiva Europea del Ahorro. Esta normativa obligaba a los bancos suizos a informar de todas las cuentas de sus clientes extranjeros, siempre y cuando fueran personas físicas. Las entidades financieras helvéticas aprovecharon este vacío legal para incentivar la constitución de sociedades pantalla para ocultar el titular real de la cuenta y así evitar informar a las autoridades fiscales de cada país de la Unión Europea.

De acuerdo a un documento de diciembre de 2016 elaborado por el Grupo Pictet —fundado en 1805 y especializado en la gestión de grandes fortunas— para su presentación en el modelo 720, con el que los residentes en España informan a la Agencia Tributaria de sus bienes o derechos en el extranjero, Galbane Financial Investments era titular de una cuenta localizada en la sucursal de la Route des Acacias de Ginebra. Este registro muestra que la cuenta bancaria tenía en ese momento cero euros y que se abrió antes de 2007. Pictet añade que no puede conocer la fecha exacta de la apertura.

A preguntas remitidas por El Confidencial, Javier Botín se ha limitado a responder que “la sociedad está declarada ante la Agencia Tributaria y al corriente de sus obligaciones tributarias”.

Javier Botín, como se le conoce en el sector financiero, es un personaje relevante en la banca española. Es consejero externo de Banco Santander. De hecho, es el miembro del consejo con más acciones, según los registros de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), al tener una participación del 0,491%, valorada en 370 millones de euros en bolsa. Asimismo, en 2008 creó la sociedad de valores, JB Capital Markets, que aún preside, y desde 2014 es presidente de la Fundación Botín.

Herencia o fondo trust, origen de los fondos

Los documentos obtenidos no determinan cuánto dinero llegó a haber en la cuenta suiza de la que era propietaria Galbane ni tampoco las transacciones que pudiera haber efectuado. Lo que sí reflejan es que la sociedad registrada en Islas Vírgenes Británicas estuvo en funcionamiento hasta 2017 bajo la gestión del bufete suizo Borel & Barbey, fundado en 1907. Entre los administradores de la sociedad 'offshore' figura Olivier Dunant, cónsul honorario de Noruega desde 1985 hasta 2017, señalado por Mossack Fonseca como persona políticamente expuesta (PEP).

Borel & Barbey inició los trámites para disolver Galbane hace año y medio, con la colaboración de Mossack Fonseca. En diciembre de 2016, envió al despacho panameño la documentación solicitada para la disolución de la compañía, entre la que figuran los pasaportes de Olivier Dunant y Marc Fischer, socio gerente de Borel & Barbey, y el DNI de Javier Botín. También se especifica que la cuenta bancaria de la sociedad ya estaba cerrada y sin fondos.

El bufete suizo, especializado en la gestión de grandes patrimonios, también tuvo que remitir una declaración con el origen de los fondos de Galbane, un documento requerido por Mossack Fonseca a raíz de la publicación de los papeles de Panamá en abril de 2016 para mejorar el control de estas sociedades y conocer la identidad real de los beneficiarios finales. En este documento, aparece marcada la opción que indica que los activos proceden de una “herencia o fondo trust”. Además, otro registro interno hace referencia a que Galbane es el ‘settlor’ (constituyente) de un trust. Javier Botín no ha respondido a las preguntas sobre la posible relación de esta sociedad con la herencia de su padre, Emilio Botín.

Dos sociedades en Panamá

Otra de los miembros de la familia cántabra, Carolina Botín, también aparece como beneficiaria final de dos sociedades panameñas: Ondico Finance y Colton Management. Ambas compañías tenían como actividad la posesión de participaciones en los fondos J.C. Flowers L.P. II y III, constituidos en Islas Caimán a través de Société Générale en Bahamas. Las sociedades realizaron una venta de participaciones de fondos en 2012 por valor de 13,17 millones de dólares, unos 10,7 millones de euros con el cambio de entonces. Los compradores fueron Crown Global Secondaries II PLC y Crown Global Secondaries III PLC, vehículos de capital privado de LGT Capital Partners, firma suiza especializada en inversiones alternativas.

Ondico y Colton tienen como accionista a Sonic Finance Ltd, sociedad de Islas Vírgenes Británicas y cuyo contacto era el bufete neerlandés TMF Fund Administrators, también enfocado en inversiones alternativas. En un documento fechado en 2016, Sonic Finance, controlado a su vez por la sociedad Fransad Advisory Services, contaba con un patrimonio de un millón de euros. Al igual que en el caso de la sociedad ligada a Javier Botín, el origen de los fondos es una "herencia - fondo trust", vinculándolo a Islas Caimán, otro paraíso fiscal para España.

La hija de Emilio Botín, de 54 años, es vocal de la Fundación Botín y ha orientado su trayectoria al arte con formación al respecto en Estados Unidos y Reino Unido. Un documento tributario presentado ante la Agencia Tributaria en 2014 señala que Carolina Botín no reside en España, una circunstancia confirmada por otras fuentes consultadas. Carolina Botín mantuvo las dos sociedades panameñas para gestionar parte de su patrimonio hasta 2016. El bufete encargado de administrarlas fue el mismo que el de su hermano Javier, Borel & Barbey.

Un portavoz legal de Carolina Botín manifestó a El Confidencial que “la señora Botín no es residente fiscal en España y ha cumplido con todas las obligaciones fiscales en su país de residencia”. Sin embargo, ha rechazado responder a las preguntas específicas sobre estas sociedades y sobre si gestionaron parte de la herencia de Emilio Botín.

En 2016, según una comunicación de Borel & Barbey a Mossack Fonseca, los administradores de las sociedades panameñas aprueban abrir una cuenta en Société Générale Private Banking de Bahamas "con el objetivo de gestionar los activos de la entidad legal y custodia segura". Los cheques y pagos deben ser autorizados por Louis Boissier y Marc Fischer, socios del bufete suizo. Ese mismo año, Mossack Fonseca pide hacer un ‘world check’ de Carolina Botín, práctica para comprobar que el cliente no ha estado expuesto políticamente ni tiene riesgos para el bufete panameño.

Los Botín, en la lista Falciani

No es la primera vez que miembros de la familia Botín aparecen ligados a sociedades registradas en paraísos fiscales. La lista Falciani, según documentación a la que tuvo acceso en 2015 El Confidencial en una investigación coordinada por 'Le Monde' y el ICIJ, incluyó a Emilio Botín como uno de los clientes del HSBC de Ginebra.

La familia de banqueros tenía un entramado societario con compañías opacas en Islas Vírgenes Británicas y Panamá, los mismos países de las sociedades de Javier y Carolina Botín que hoy desvelan El Confidencial y La Sexta. Los Botín regularizaron su situación con el pago de 211 millones de euros. Ni Hacienda ni el juez Fernando Andreu consideraron que había delito fiscal.

Por otro lado, Carolina Botín apareció entre los nombres de fortunas españolas que guardaban en 2013 parte de su patrimonio en Malta aprovechando las ventajas fiscales del pequeño Estado en el Mediterráneo. Según los Malta Files, publicados el año pasado por 'El Mundo', Carolina Botín contaba con activos por valor de 106,9 millones de euros a través de una sociedad en el país.

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