Por qué Euskadi no quiere ni querrá romper la caja única de las pensiones
Los problemas de crecimiento del País Vasco y las elevadas pensiones generan un déficit de más de 3.600 millones. Su mercado laboral está muy envejecido: el 24% de los afiliados tiene más de 55 años
La caja única de la Seguridad Social está blindada por la Constitución española, por lo que su ruptura no es factible. Sin embargo, en medio del ruido político se ha recuperado este viejo fantasma para asustar a los cotizantes. Pero, más allá de la protección constitucional, el País Vasco no tiene ningún incentivo para romper la caja única, ya que su mercado laboral no genera los ingresos suficientes para sostener sus pensiones y necesita del apoyo del Tesoro Público para abonarlas. Y lo peor es que el déficit actual crecerá rápidamente en las próximas décadas, ya que es una de las comunidades con trabajadores más envejecidos.
El PNV no tiene ningún incentivo para reclamar quedarse con sus pensiones, ya que supondría quedarse con una parte del déficit contributivo que actualmente soporta la Seguridad Social. Lo que quiere la formación es poner el sello del Gobierno vasco en las pensiones, pero que sea el Estado quien ponga el dinero para sufragar el déficit.
En el año 2022, el País Vasco tuvo un déficit entre cotizaciones cobradas en el territorio y pensiones pagadas de 3.100 millones de euros. Y hasta septiembre de este año 2023 el déficit ha escalado ya por encima de los 3.600 millones de euros.
Esto significa que el déficit contributivo del País Vasco supera el 4% de su PIB, el quinto más alto de toda España, solo por detrás de Asturias (una comunidad que vive de las pensiones), Cantabria, Castilla y León y Galicia. Y eso sin tener en cuenta que el déficit de las pensiones vascas es equivalente a todo el superávit que generó Madrid en 2023, que fue de 3.000 millones de euros.
El déficit contributivo que ha acumulado el País Vasco tiene dos causas. La primera es que tiene las pensiones más altas de España gracias a las buenas carreras de cotización de la industria. Y la segunda es que su economía lleva décadas creciendo por debajo de la media nacional, lo que hace que sus ingresos por cotizaciones crezcan muy por debajo de la media nacional.
Las cotizaciones van despacio...
En la última década (desde 2013 hasta 2022), los ingresos por cotizaciones generados dentro del País Vasco han aumentado un 26%, frente al crecimiento del 39% en el conjunto de España. Solo hay dos comunidades en las que los ingresos hayan crecido menos, Asturias y Castilla y León.
Estos datos revelan el problema de creación de empleo que tiene el País Vasco y que se compensa con las altas pensiones que tienen los jubilados (transferencia que reciben del Estado) y con su escasa aportación a la solidaridad nacional gracias a la existencia del concierto vasco.
La industria vasca ya no tira como lo hacía en los años setenta. De hecho, la sustitución de los trabajadores veteranos, que tienen salarios altos, se hace en muchos casos por jóvenes con salarios menores. Esto complica aún más el crecimiento de los ingresos por cotizaciones.
... las pensiones, no tanto
Sin embargo, el pago de pensiones sí crece rápidamente, por esos trabajadores que se jubilan con buenas carreras de cotización. En la última década, el pago de pensiones contributivas en el País Vasco se ha disparado un 38%, cinco puntos más que la media nacional. Solo hay tres CCAA en las que el pago de pensiones haya crecido más rápido, Canarias, Baleares y Madrid. Y el caso de los dos archipiélagos se explica porque muchos jubilados se han mudado allí para disfrutar del mejor clima.
El mercado laboral vasco no genera los recursos necesarios para pagar sus pensiones y el escenario se deteriorará aún más en las próximas décadas. Euskadi es la quinta comunidad con los trabajadores más envejecidos, lo que significa que pronto empezarán a cobrar una pensión.
En concreto, el 23,5% de sus afiliados tiene hoy más de 55 años. Esto es, casi un cuarto de sus cotizantes se jubilará en la próxima década. Es tres puntos y medio más que la media nacional y casi cinco puntos más que Madrid. Solo Castilla y León, Asturias, Extremadura y Cantabria tienen un mercado laboral más envejecido que el vasco.
De ahí que el gasto en pensiones vaya a crecer rápidamente en la próxima década. El gran déficit de pensiones que tiene actualmente Euskadi no se reducirá en los próximos años, sino que está condenado a seguir creciendo, como ocurre en todo el noroeste de España. Este es el mayor desincentivo que puede tener el PNV para querer romper la caja única. Al contrario, tiene un gran incentivo para mantenerla unida y que el Estado la sostenga. Lo que quiere el PNV no es que el País Vasco financie estos pagos, sino ser quien los administra.
Euskadi ha registrado tasas de crecimiento inferiores a la media nacional durante las últimas décadas. Y más aún si se compara con las comunidades más prósperas de España. Por ejemplo, desde 2000 hasta 2019 (último año previo a la pandemia), el PIB del País Vasco creció un 31%, frente al 36% de la media nacional. En este mismo periodo, Madrid creció un 52%, esto es, casi dos tercios más que Euskadi. Navarra y Cataluña también crecieron más, un 38% y un 37% respectivamente.
Este ritmo de crecimiento explica que el País Vasco no esté generando los recursos suficientes para pagar sus pensiones. Y la situación a futuro no es mucho mejor, ya que el sector industrial sigue atravesando una larga crisis en Europa. Las actividades que tiran de la economía en la actualidad son los servicios, tanto el turismo como los de alto valor añadido (digitalización, ingeniería, ciencia, actividades profesionales…). El País Vasco no es un motor nacional en ninguno de los dos.
Uno de los datos que refleja el bajo ritmo de crecimiento del País Vasco es que se trata de una de las CCAA con menor nivel de inmigración. Al cierre del año 2022 el porcentaje de residentes extranjeros en Euskadi era del 8,4%, 3,3 puntos menos que la media nacional. Es la quinta comunidad con menor porcentaje de extranjeros, por detrás de Extremadura, Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria. Todas ellas comparten un rasgo en común con el País Vasco: su bajo crecimiento estructural.
Los privilegios forales del País Vasco son uno de sus puntos fuertes para mantener la región como una de las más ricas de España. El segundo es que la baja inmigración y las altas pensiones han permitido mantener un nivel de vida general muy elevado, claramente superior a la media nacional. Un estatus que el PNV no querrá poner en riesgo troceando la caja única de la Seguridad Social.
La caja única de la Seguridad Social está blindada por la Constitución española, por lo que su ruptura no es factible. Sin embargo, en medio del ruido político se ha recuperado este viejo fantasma para asustar a los cotizantes. Pero, más allá de la protección constitucional, el País Vasco no tiene ningún incentivo para romper la caja única, ya que su mercado laboral no genera los ingresos suficientes para sostener sus pensiones y necesita del apoyo del Tesoro Público para abonarlas. Y lo peor es que el déficit actual crecerá rápidamente en las próximas décadas, ya que es una de las comunidades con trabajadores más envejecidos.