¿Qué es exactamente el cupo y por qué beneficia tanto al País Vasco?
El Congreso aprobó la actualización de la cuantía que tiene que pagar cada año Euskadi al Estado y ha generado más polémica que nunca. Estos son los detalles para ‘dummies’
En una reunión secreta celebrada en el Ministerio de Hacienda y revelada por El Confidencial, el ministro Cristóbal Montoro cerró con el PNV la actualización del cupo vasco y la adaptación de la nueva normativa al concierto. Esta revisión recibió el jueves la aprobación del Congreso de los Diputados con los 192 votos a favor de la mayor parte de los grupos de la Cámara, a excepción de Ciudadanos y Compromís. La votación dejó también 36 votos en cotnra y dos abstenciones. La oposición del partido liderado por Albert Rivera ha provocado que esta vez la actualización del cupo haya encontrado tanto eco en los medios, ya que en otras ocasiones se aprobaba sin demasiado alboroto.
En esta ocasión, Ciudadanos ha puesto “el cuponazo” sobre la mesa porque beneficia todavía más al País Vasco. Pero, exactamente, ¿qué es el cupo? No es ni más ni menos que la cuantía que paga anualmente el País Vasco al Estado para financiar todos los servicios que están centralizados pero de los que también se benefician los ciudadanos vascos, que técnicamente se denominan cargas no asumidas. Como Euskadi recauda sus propios impuestos (no lo hace la Agencia Tributaria, como es el caso de las comunidades de régimen común), tiene que pagar luego su parte de los servicios centralizados (tanto los correspondientes a la comunidad como a las corporaciones locales).
Para calcular estas cargas no asumidas, se estima el gasto realizado por el Estado para todas las comunidades autónomas y se aplica un coeficiente para ver qué parte de la financiación le correspondería al País Vasco. Este coeficiente (llamado índice de imputación) es la relación de la renta de la región sobre el total de la renta nacional. En este caso, se ha establecido el 6,24%. El resultado final de este cálculo son casi 11.620 millones de euros, que sería la estimación del coste de los servicios públicos financiados por el Estado y de los que también se benefician los ciudadanos de Euskadi.
A partir de este cálculo inicial, se aplican una gran cantidad de ajustes que hacen que la cuantía que tenga que pagar finalmente el País Vasco sea de 1.300 millones de euros (descontadas las políticas activas de empleo). El primer ajuste son los tributos no concertados e ingresos no tributarios, que es toda la recaudación que el Estado realiza en Euskadi por tributos y tasas no transferidas a la Hacienda foral y cuyo cálculo asciende a 1.100 millones de euros.
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Uno de los ajustes más importantes es el del IVA, en un doble sentido. Primero, porque el IVA de las importaciones se abona directamente a la Agencia Tributaria, por lo que el Estado tiene que entregar a Euskadi la parte soportada por sus ciudadanos. Segundo, porque el IVA lo declara cada empresa donde tiene su sede fiscal, aunque las ventas pueden haberse realizado en otra región y, por lo tanto, esta parte del tributo lo soporte un consumidor de otro territorio. Por ejemplo, con el cambio de domicilio de las empresas catalanas, ahora declaran todo el IVA desde su nueva sede, aunque siguen generando una buena parte en Cataluña, donde tienen su negocio. Estos dos ajustes constituyen una parte fundamental del cupo y se estiman a partir de los datos de consumo, ya que el IVA es un gravamen sobre el consumo final de los agentes económicos.
El cálculo del cupo es fruto directo de un pacto político que después se viste con el ropaje de la Ley del Concierto
Además, la Ley del Cupo determina que también tiene que descontarse el déficit público del Estado. Esto es así porque si el País Vasco paga actualmente el déficit y en el futuro paga su parte alícuota de los intereses y la amortización, entonces pagaría dos veces. Para evitarlo, se descuenta el déficit público, lo que supone mermar lo que tiene que pagar la comunidad en casi 8.800 millones de euros.
Una vez realizados todos estos ajustes, resulta el cupo líquido que tiene que pagar Euskadi cada año. Lo que ha acordado el Gobierno vasco con el Ministerio de Hacienda es que la cuantía final sea de 1.300 millones de euros, 265 millones de euros menos que en el anterior cálculo, el de 2007, que era de 1.565 millones. Una negociación que ha resultado muy positiva para las haciendas forales. A este cupo base hay que descontar también las políticas activas de empleo, que en el País Vasco las pagan con la Hacienda foral, pero que en realidad son competencia del Estado. Este cálculo no aparece en la Ley del Cupo, pero también se tiene que aplicar al saldo neto entre las dos regiones.
¿Por qué es beneficioso?
El cálculo de todos estos gastos y ajustes se realiza de forma opaca, por lo que tradicionalmente se ha utilizado como una herramienta política para conseguir el apoyo del PNV en Madrid. Si el cálculo tuviese una metodología transparente, sería predecible y no serían necesarias reuniones bilaterales secretas entre los dos gobiernos para acordarlo.
Uno de los mayores expertos de financiación autonómica, Ángel de la Fuente, lo explica así en un 'paper' publicado en Fedea: “Repasando las sucesivas leyes quinquenales y el presente proyecto, resulta muy difícil evitar la conclusión de que el importe del cupo es fruto directo de un pacto político que después se viste con el ropaje de la Ley del Concierto, ajustando la valoración de las cargas no asumidas de la forma que sea necesaria para llegar a la cantidad final pactada”. En otras palabras, se acuerda cuál ha de ser el cupo y después se realizan los cálculos para dar con esta cifra.
Uno de los mejores ejemplos es el del cálculo de las cargas no asumidas (esto es, los servicios financiados por el Estado de los que el País Vasco tiene que pagar su parte). Si se descuenta el gasto en intereses de la deuda, el resultado que se obtiene es que casi se ha duplicado el cálculo de estas cargas no asumidas. En el cupo de 2007 eran de 36.500 millones de euros y ahora son de 66.000 millones sin que se haya producido ningún cambio sustancial en los servicios que presta el Estado, según las estimaciones realizadas por De la Fuente. ¿Por qué este cambio?
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En cuanto al coeficiente que se aplica para calcular el peso del País Vasco sobre el total nacional, se mantiene en el 6,24%. Tampoco está actualizada la participación de Euskadi en el consumo y la producción nacional para el ajuste del IVA.
Otra cuestión importante es el ajuste del déficit. España se encuentra en una fase de rápido ajuste del déficit público, lo que haría que en un par de años la disminución de la cuantía que tiene que pagar Euskadi como consecuencia del desfase del Estado fuese mucho menor. Sin embargo, el cupo base se calcula para cinco años, por lo que el resultado será favorable para el País Vasco durante los próximos cinco años.
En una reunión secreta celebrada en el Ministerio de Hacienda y revelada por El Confidencial, el ministro Cristóbal Montoro cerró con el PNV la actualización del cupo vasco y la adaptación de la nueva normativa al concierto. Esta revisión recibió el jueves la aprobación del Congreso de los Diputados con los 192 votos a favor de la mayor parte de los grupos de la Cámara, a excepción de Ciudadanos y Compromís. La votación dejó también 36 votos en cotnra y dos abstenciones. La oposición del partido liderado por Albert Rivera ha provocado que esta vez la actualización del cupo haya encontrado tanto eco en los medios, ya que en otras ocasiones se aprobaba sin demasiado alboroto.