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El 155 reactiva la economía catalana: vuelven el turismo internacional y la inversión
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LA fuga de empresas se ha frenado en noviembre

El 155 reactiva la economía catalana: vuelven el turismo internacional y la inversión

La expectativa ante las elecciones del 21-D ha calmado la tensión en las calles y ha dado aire a la actividad. La incertidumbre no ha desaparecido, pero ha dado un paréntesis a tanta tensión

Foto: Ilustración: Raúl Arias.
Ilustración: Raúl Arias.

La huelga general del 8 de noviembre convocada por el sindicato independentista Intersindical-CSC ha sido el ejemplo perfecto de lo que ha ocurrido en Cataluña desde la activación del artículo 155 de la Constitución española y la convocatoria de elecciones para el 21-D. El fracaso de la movilización reflejó la vuelta a la normalidad en las calles, y la actividad económica ha aprovechado la coyuntura para repuntar en esta fase de paréntesis a la espera de los resultados en los próximos comicios.

La huelga del 8 de noviembre tuvo un seguimiento mucho más bajo que el 'paro de país' celebrado el 3 de octubre tras el referéndum. El Gobierno tildó el seguimiento de la huelga de “mínimo y residual” y salvo los problemas con los cortes de carreteras y ferrocarriles, la actividad económica fue como en un día normal. De hecho, el consumo de energía incluso se incrementó un 3,4%, un claro signo de fracaso para una huelga.

Foto: El ministro de Economía, Luis de Guindos, en el Ecofin (Efe)

El escaso seguimiento de la huelga es solo un ejemplo de la vuelta a la normalidad en las calles, lo que ha generado un impacto inmediato en la economía. Cataluña se ha reenganchado a la inercia positiva que vivía antes del 1-O, y también aprovecha el tirón de Europa, que vive un momento dulce del ciclo económico. El resultado se percibe a todos los niveles, desde los inversores hasta las empresas y los consumidores.

Los mercados dieron rápidamente el visto bueno al artículo 155, tanto por la calma que ha generado en las calles como por la certeza de que el Gobierno central controla ahora las cuentas de la Generalitat. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, es ahora el encargado de pagar los vencimientos de la deuda de la comunidad, lo que da una gran tranquilidad a los inversores. En las dos últimas semanas ha autorizado operaciones de refinanciación por más de 350 millones de euros de préstamos de corto plazo que vencían, lo que supone una señal muy positiva para los inversores.

El resultado es que la prima de riesgo de Cataluña con España ha caído hasta su menor nivel desde julio de 2015. Esto es, incluso es mejor de la que había antes de las 'elecciones plebiscitarias' del 27 de septiembre de 2015. El mercado llegó a exigir una rentabilidad del 3,4% para el bono catalán con vencimiento en febrero de 2020 (el título más líquido que tiene en mercado la Generalitat). Una rentabilidad que está completamente fuera de mercado, ya que los soberanos europeos en ese tramo cotizan todos con rentabilidades negativas por las compras del Banco Central Europeo (BCE). En ese momento la prima de riesgo de Cataluña respecto a España estuvo cerca de los 350 puntos básicos, una situación propia de un emisor al borde del 'default'.

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La activación del 155 y la convocatoria de elecciones dieron un vuelco a la situación y al mercado, hasta el punto de que los inversores aceptan comprar bonos catalanes con una rentabilidad inferior al 2%. Esto ha rebajado la prima de riesgo catalana por debajo de los 220 puntos básicos, una caída del 40%. Es su dato más bajo desde julio de 2015, lo que demuestra hasta qué punto se ha calmado el mercado.

Calma tensa

La crisis política en Cataluña está todavía muy lejos de solucionarse, sin embargo esta calma ha dado un respiro a la economía de la región y ha demostrado que puede parar el golpe. La fuga de empresas se ha detenido en los últimos días, fruto de esta situación. La semana pasada, el número de salidas de compañías fue inferior a las 50 todos los días, según el Colegio de Registradores, dato que contrasta con la huida de más de 200 empresas los días más convulsos de octubre. El martes pasado se produjo el dato más bajo desde el referéndum, solo 27 sociedades cambiaron su sede, un claro cambio de tendencia que muestra que el pesimismo de los directivos se ha aliviado a la espera de las elecciones.

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La situación de las empresas catalanas también ha mejorado considerablemente en bolsa, y eso a pesar de las semanas complicadas que ha vivido el mercado español. Desde la activación del 155 y la convocatoria de elecciones, el Ibex ha caído un 1,7%, sin embargo las grandes compañías catalanas cotizan en positivo. Sabadell ha subido un 3,2%; Colonial, un 2,7%; Grifols un 2,2%, o CaixaBank, un 1,7%.

Foto: La construcción es uno de los motores del crecimiento en esta fase de la recuperación. (EFE)

El turismo también está experimentando un repunte en la llegada de visitantes extranjeros en los últimos días. La sensibilidad de este sector a la tensión en las calles es muy alta y genera una gran volatilidad: cuando hay altercados, las reservas caen, y cuando está todo en calma, repuntan. Esto es lo que está ocurriendo actualmente en Cataluña, explica Exceltur.

En el momento en que las manifestaciones y protestas en Barcelona han dejado de ocupar las portadas de los medios internacionales, la llegada de visitantes se ha recuperado. Es lo bueno que tiene la volatilidad del sector, que cuando se supera el foco de incertidumbre, rápidamente se recupera. Esto no significa que los datos sean tan positivos como indicaban las previsiones antes del 1-O, pero sí han mejorado respecto a los que había hace tres semanas.

Las manifestaciones en Barcelona han dejado de ocupar los medios internacionales y la llegada de visitantes se ha recuperado

Esta ligera recuperación aprovechando el entorno de calma es la que ha llevado al Gobierno a pronosticar que tanto Cataluña como España volverán a crecer al ritmo que lo hacían en el verano si se soluciona la crisis política y social tras las elecciones del 21-D. “La vuelta al orden constitucional hará que España vuelva a tasas de crecimiento muy próximas a las de este año”, que será del 3,1%, explicó el ministro de Economía, Luis de Guindos, en su comparecencia en el Congreso la semana pasada. El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, también adelantó que el crecimiento volverá a estar próximo al 3% en 2018.

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Lo que es indudable es que las economías española y catalana han mostrado una gran fortaleza en estas semanas y que aprovecharán cualquier entorno de calma para volver a acelerar. La inercia de la actividad y el círculo virtuoso de empleo y consumo tiran del PIB y, si no se ponen obstáculos a la inversión y la demanda privada, España volverá a liderar el crecimiento de la eurozona el próximo año. Las últimas casas de análisis que han revisado su estimación de crecimiento para España han vuelto a los niveles que había antes de octubre. Funcas prevé un avance del PIB del 2,6% y Goldman Sachs anticipa un 2,5%, niveles que coinciden con una situación de relativa calma en Cataluña.

La huelga general del 8 de noviembre convocada por el sindicato independentista Intersindical-CSC ha sido el ejemplo perfecto de lo que ha ocurrido en Cataluña desde la activación del artículo 155 de la Constitución española y la convocatoria de elecciones para el 21-D. El fracaso de la movilización reflejó la vuelta a la normalidad en las calles, y la actividad económica ha aprovechado la coyuntura para repuntar en esta fase de paréntesis a la espera de los resultados en los próximos comicios.

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