El máximo jefe militar del Polisario viaja al País Vasco para seguir un tratamiento médico

Mohamed El Ouali Akeik, de 73 años, máximo responsable militar del Frente Polisario, está en el País Vasco para someterse a una revisión de la enfermedad que padece y ser operado de cataratas. Desde noviembre de 2020, el movimiento saharaui libra una guerra de baja intensidad con Marruecos que se ha recrudecido algo a finales del mes pasado.

La noticia de su estancia en el País Vasco fue desvelada el sábado por la noche por la prensa marroquí y confirmada ayer por la delegación del Polisario en España, aunque no precisó donde recibió tratamiento médico. Preguntados por si tenían constancia de su visita a España, La Moncloa y el Ministerio de Asuntos Exteriores no respondieron.

El diario de Casablanca Yabiladi, el primero que dio la noticia, vaticina que esta estancia en el País Vasco no suscitará tensiones a diferencia de lo que sucedió hace algo más de dos años. A finales de abril de 2021, el líder del Polisario, Brahim Ghali, enfermo grave de Covid-19, viajó de Argel a Zaragoza para después ser ingresado en el hospital San Pedro de Logroño donde fue curado.

Fue también la prensa marroquí la que desveló entonces la noticia junto con Jeune Afrique, una publicación francesa afín a las autoridades de Rabat. Marruecos aprovechó la acogida brindada a Ghali, de la que no fue informado, para ahondar una crisis con España que desató el 10 de diciembre de 2020 cuando canceló la cumbre entre los dos gobiernos. Su objetivo era forzar el respaldo del Ejecutivo español a su plan de autonomía para resolver el conflicto del Sáhara Occidental, algo que logró en marzo de 2022 con la carta que envió el presidente Pedro Sánchez al rey Mohamed VI.

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Si esta vez no hay tensiones entre el Gobierno español y las autoridades de Marruecos, es, probablemente, porque la diplomacia española ha comunicado a Rabat la llegada a España de su "enemigo" saharaui. El Ejecutivo español es además, entre todos los europeos, el que ha ido más lejos en su respaldo a la solución autonómica que propugna el rey Mohamed VI desde 2007.

Mohamed El Ouali Akeik nació en El Aaiún y, como Ghali, posee la nacionalidad española. Eligió probablemente desplazarse al País Vasco porque en esa comunidad reside un hermano suyo. Antes de dirigir el brazo armado del Polisario, fue primer ministro y ministro de los "territorios ocupados" de la República Árabe Saharaui Democrática, que ningún país europeo reconoce. Desde que hace tres años ostenta la responsabilidad militar, es considerado como el "número dos" del Polisario.

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Cuando tenía 24 años, en el otoño de 1974, El Ouali Akeik se estrenó en la lucha armada contra el Ejército español. Al año siguiente España entregó a Marruecos y Mauritania su última colonia africana y cambió entonces de adversarios. Un trozo de metralla le impactó en la cara. Esa herida de guerra le deformó el rostro.

Hasta que la hospitalización de Ghali quebró esa tradición, España solía acoger a personalidades saharauis y también de otros lugares del mundo con un deficiente sistema de salud, para proporcionarles atención médica. Ahmed Bujari, representante del Polisario ante Naciones Unidas, falleció en 2018 en el hospital vizcaíno de Cruces. Dos años después murió, en un hospital de Madrid, Mohamed Khaddad, que, en la práctica, llevaba las relaciones internacionales del movimiento saharaui.

La prensa marroquí ya señaló sorprendida que Mohamed El Ouali Akeik no participó, el 5 de noviembre, en una reunión presidida por Ghali en Rabouni (suroeste de Argelia) para examinar la evolución de la guerra contra Marruecos. Con la excepción del ministro marroquí de Asuntos Exteriores, Nasser Bourita, las autoridades marroquíes negaban, sin embargo, hasta ahora que en el Sáhara hubiera una guerra, por pequeña que fuera.

A finales de octubre cambiaron de lenguaje. Omar Hilale, embajador marroquí ante Naciones Unidas, denunció un "ataque terrorista" y un "acto de guerra". Se refería al bombardeo por el Polisario, el 28 de octubre, de la ciudad de Smara (60.000 habitantes) en el noreste del Sáhara Occidental. Causó la muerte de un civil e hirió a otras tres personas, dos de ellas graves.

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Hasta ahora, los ataques del Polisario se centraban en el larguísimo muro de defensa erigido por el Ejército marroquí en el Sáhara. Desde hace dos semanas están dirigidos contra los aeropuertos militares de Smara y de Grair Labouhi desde donde despegan los drones israelíes y turcos con los que Marruecos golpea a los guerrilleros saharauis.

El Polisario bombardea con cohetes rusos (Grad-P), más conocidos como "los órganos de Stalin", lanzados desde camiones o todoterrenos, que son imprecisos. De ahí que el 28 de octubre haya podido equivocarse y disparar sobre un barrio de Smara en lugar del aeropuerto. El alcance de estos proyectiles oscila entre los 20 y los 40 kilómetros, pero ahora se calcula que, gracias a alguna mejora técnica, han podido ser disparados desde unos 60 kilómetros. Por eso impactan sobre esos aeropuertos y sus alrededores.

Si se exceptúan el muerto y los heridos el 28 de octubre, Marruecos no ha reconocido ninguna víctima en esta guerra, a diferencia del Polisario, que ha admitido incluso el fallecimiento de responsables militares, víctimas de ataques con drones, como el jefe de su Gendarmeria. Los drones marroquíes también han acabado con la vida de civiles saharauis, mauritanos y argelinos.

En noviembre de 2021, un dron fulminó tres camiones argelinos que viajaban por pista desde Mauritania al sur de Argelia. El presidente argelino, Abdelmajid Tebboune, denunció en un comunicado ese "asesinato cobarde" y anunció que sería castigado, pero Argel no incrementó la tensión. Ahora Marruecos parece querer también querer evitar la escala y no ha respondido con contundencia a los últimos ataques del Polisario.