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Este diseñador te explica cómo las tiendas llenas de abrigos en octubre ahogan al sector textil
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Entrevista a Paco Cecilio

Este diseñador te explica cómo las tiendas llenas de abrigos en octubre ahogan al sector textil

La pérdida de las estaciones de primavera y otoño y la subida de las temperaturas están arruinando a una industria acostumbrada a vender por temporadas y que ahora se ve obligada a disparar las rebajas

Foto: Varios maniquíes, en una tienda de ropa. (Europa Press/David Zorrakino)
Varios maniquíes, en una tienda de ropa. (Europa Press/David Zorrakino)

Nunca había hecho tanto calor en el mes de octubre en Madrid como el pasado domingo 2, cuando la capital rozó los 33 grados. No fue la única localidad con una situación similar, pues, según aseguró este martes la Aemet, la primera quincena este mes ha sido la más cálida desde que hay registros. Frente a los chubasqueros, las chaquetas o los pantalones de pana, lo normal en todo este periodo otoñal ha sido ver a gente por las calles con camisetas y pantalones cortos. Pero donde sí se han visto estas prendas e incluso algunas más invernales ha sido en los escaparates de unas tiendas que ahora esperan como pocos la bajada de temperaturas. Lo van a necesitar para que el negocio sobreviva.

El sector textil sufre cada vez más el calentamiento global. Incluso se han hecho estudios como el de Weather to Shop?, realizado en 2018 por la Agencia Meteorológica de Reino Unido y el Consistorio de Minoristas del país, que cifran los costes. Según la investigación, las diferencias de temperatura pueden reducir las ventas de ropa de mujer en casi 13 millones de euros por cada grado que sube el termómetro respecto al año anterior. Y cada año el resultado es más complicado. Así lo explica Paco Cecilio, un diseñador madrileño que tiene dos tiendas a las afueras de Madrid con su propia firma y lleva desde 1989 en el sector. En los últimos años, ha dado varias veces la voz de alarma por la situación de la moda, y lo sigue haciendo poniendo cifras sobre la mesa.

Foto: El 'Black Friday' es el fin de semana de mayores ventas de todo el año para muchas firmas. (Reuters)

Acostumbrados a la producción y venta acotada en cuatro temporadas, una por estación, las marcas de ropa se enfrentan desde hace años a una realidad que ha dejado de casar con esa idea, pero que muchos siguen sin aceptar. Veranos más largos, inviernos suaves, nada de estaciones intermedias... A día de hoy, hay pocas industrias que pidan más la llegada del frío que la textil, y cada año es más difícil encontrarlo. "Los abrigos son las prendas más caras y de las que más dinero dejan en caja, por eso son tan importantes para las marcas y se insiste en ellas, pero la realidad climática es la que es", comenta Cecilio. ¿Has notado que se ha disparado el número de tiendas outlet y las temporadas de rebajas no paran de aparecer en todas las tiendas? El cambio climático tiene bastante que ver con esto.

PREGUNTA. ¿Cómo definirías la situación de tu sector con la meteorología actual?

RESPUESTA. Nosotros llevamos notando los cambios desde hace al menos una década, y se han ido acentuando año a año. Cada vez hay veranos más largos, más calurosos, más secos, más intensos... La primavera y el otoño prácticamente han desaparecido y los días de frío son contados y concentrados en enero y febrero. El resto del tiempo son temperaturas suaves y el sector de la moda lo nota mucho. Yo llevo en esto 35 años. Hace 20 años había cuatro estaciones muy marcadas donde tú sacabas colecciones específicas para primavera, específicas para otoño, específicas para invierno. Ahora eso ya no es así, pero el sector sigue empeñado en que sí. Si queremos permanecer en este negocio, tenemos que adaptar las colecciones a la climatología. No nos queda más remedio.

P. ¿Por qué os tenéis que adaptar?

R. Hace 15 o 20 años volvíamos de vacaciones a finales de agosto y en Madrid ya salías de casa con un jersey y por las tardes noches te ponías una pequeña cazadora. Entonces, tenía sentido que la colección de otoño empezase en ese momento. Ahora vamos la mayor parte de estos meses en mangas de camisa. Ha habido años que nos hemos metido casi en Nochebuena con temperaturas de 25 grados en el centro del día. Antes, septiembre y octubre eran buenos meses de ventas, en los que colocabas muchísimas prendas de abrigo. Y ahora la prenda gorda de abrigo no se vende hasta bien metido enero. Lo cual quiere decir que la estás vendiendo en rebajas y perdiendo mucho dinero.

P. ¿Tienes que venderlo obligatoriamente rebajado?

R. En moda, se pagan las prendas a 90 días, por lo que si llevas con una prenda dos meses y no has conseguido venderla, o tienes un músculo tremendo para aguantar o tienes que meterla en rebajas para darle salida. Aunque apenas ganes con la prenda.

placeholder El diseñador Paco Cecilio. (Imagen cedida)
El diseñador Paco Cecilio. (Imagen cedida)

P. ¿Y cuánto dinero pierdes con las rebajas?

R. Depende, pero en este sector normalmente tienes una diferencia en venta del 50%. Es decir, si compras a tres, vendes a seis. Si un traje lo compras a tres y lo terminas vendiendo a tres y medio o a cuatro, pierdes casi todo el margen. Y hay otro problema, que la gente además tiene mucha memoria y es muy lista. Cuando llega el 1 de diciembre y no ha hecho frío, saben que se van a encontrar las prendas de abrigo rebajadas. Porque encima en los medios de comunicación han estado escuchando que las tiendas no venden por la temperatura, etc. Mientras, el sector se va ahogando, porque acabas vendiendo con poquísimo margen las prendas de abrigo que son las que más cifran en la caja y dan alegría al negocio.

P. ¿Y cómo se soluciona esto? En tu blog dices que, claro, hay gente que acaba montando los primeros escaparates de primavera con solo el 20% del stock de abrigos vendido y que eso es insostenible.

R. La realidad es la que es, y todo apunta a que el calor va a seguir aumentando. Hay que aplicar sentido común. No tiene sentido seguir como hace 20 años, que en el mes de agosto ponías un escaparate con abrigos, chaquetones, jerséis de cuello alto, bufanda, guantes. Tiene sentido que en primavera, en septiembre y octubre, pues vendas prendas más ligeritas, el punto fino, las cazadoras que van prácticamente sin forrar, la gabardina por si llueve como ahora, y que dejemos los escaparates de invierno para diciembre o para enero. Claro que eso tiene que partir de decirles a tus proveedores que no te sirvan los abrigos en agosto, que lo hagan en diciembre, que es cuando viene el frío.

P. Pero esto cambia por completo el modelo actual.

R. Podemos convertir las cuatro colecciones tan marcadas en ocho, 10 o 12 colecciones. Para septiembre y octubre, una colección de prendas muy ligeritas, cazadoras muy ligeras, sin forrar por dentro, americanas de medio forro, cosas que abriguen poco... Y aguantar las americanas de lana, de tweed, de terciopelo, los abrigos gordos o los chaquetones con capucha y con el cuello de pelo. Todo ello hacerlo para la siguiente colección, la que vas a implantar en las tiendas en noviembre o casi tirando a diciembre.

P. ¿Y los fabricantes están por la labor? ¿Pueden cambiar igual que vosotros?

R. Al final, los clientes somos nosotros y hacen lo que les pidamos. Ellos también lo están sufriendo. Hace 10 años les pedía que me mandaran abrigos en agosto y ahora les pido que me los manden en diciembre y que además sean mucho más ligeros. Antes pedía chaquetas de doble forro con el cuello de pelo gordo abrigado, ahora voy a por chaquetas superligeras. Antes queríamos jerséis de lana, ahora de algodón... Son un eslabón más de esta cadena.

"Cuando te quedan 15 días para pagar y ves que no has vendido las prendas, piensas, 'me vienen cuatro letras porque los abrigos son muy caros"

P. ¿Tiene que ver toda esta situación con la proliferación de tiendas outlet y las rebajas continuas?

R. Si no has gestionado tu negocio con sentido común y le has dicho a tu fabricante, "oye, mándame los abrigos en el mes de agosto", tienes 90 días para vender todo y pagar la mercancia. Cuando te quedan 15 días para pagar y ves que no has vendido las prendas, piensas, "bueno, me vienen cuatro letras de un dineral tremendo porque los abrigos son muy caros. Tengo que abonar esas letras, así que si no vendo el abrigo a 200 lo voy a vender a 120 y si no a 80, aunque pierda todo el margen, tengo que darles salida". Ese es el estrés en el que vive el sector en estos momentos.

P. ¿Pero esto no te lleva a entrar en una espiral sin fin? Al final, siempre vas tener que ir por detrás intentando cuadrar las cuentas.

R. Por eso ves ya a estas alturas muchas tiendas con descuentos del 50%, midseason sale, promoción de invierno, promoción de otoño... Cada uno lo llama y lo vende como quiere. Pero, insisto, esto lo único que hace es que el cliente, listo como es, se espere sabiendo que esto quiere decir que la tienda está pelada y van a seguir bajando los precios porque si no no sacan el producto.

P. ¿Y esto solo afecta a las pequeñas tiendas o también a las grandes?

R. Hasta el grupo Inditex, que no lo había hecho en la vida, que tenía el 1 de julio como fecha supermarcada para sus rebajas de verano, las está adelantando al 20 de junio en los últimos años. Y a eso le ha seguido El Corte Inglés, que era de 1 de julio y 6 de enero. Pues este año el 20 de junio ya estaba de rebajas, porque esto lo sufre todo el mundo. Ya no queda nada de las imágenes icónicas de las rebajas de enero y julio porque ya nadie aguanta tanto.

placeholder Una clienta en una tienda de ropa, a 17 de octubre de 2023, en Barcelona. (Europa Press)
Una clienta en una tienda de ropa, a 17 de octubre de 2023, en Barcelona. (Europa Press)

P. Hablando de estas imágenes y rebajas, ¿el comercio online ayuda en todo esto?

R. En mi caso, que solo reparto para toda España, esto puede ser una pequeña ayuda con ventas en localidades alejadas de grandes núcleos, de comercio de calidad, que te ayudan a sacar mercancía online y bajar el stock. Pero al final es poco, porque la climatología es igual en el último pueblo perdido de la provincia de Badajoz que en el centro de Madrid.

P. Y en tienda física no hay mucho que hacer, ¿no? Quedan los outlet y modelos similares.

R. Sí, claro. También ahora está muy de moda lo de las tiendas pop-up de unos cuantos días en el centro de alguna ciudad, o algo así. Pero las marcas que hacen eso es porque tienen unos sobrantes de stock brutales y la manera de dar salida a eso es con una campaña muy fuerte, con esas pop-up, con algo como los carteles que se ven de liquidación, últimos días, corre que se acaba... Se hace porque parece que ese efecto llamada funciona por ahora.

P. En tu post, comentabas que ya tenías compañeros que hablan de situaciones muy difíciles, cercanas al cierre. No sé si siguen parecido este año.

R. La cosa es que con la pandemia hubo un efecto champán. La gente estuvo mucho tiempo en casa y cuando salió se lanzó a gastar, salir y vivir la vida, pero esto se está enfriando. Se nota un montón y ya no es solo la climatología, es la situación económica, política, social y de todo lo que tenemos. Todas las subidas de precios nos están repercutiendo y al final la gente se deja mucho menos dinero en ropa, como es lógico. Por eso tenemos que ser más inteligentes a la hora de gestionar nuestro negocio.

Nunca había hecho tanto calor en el mes de octubre en Madrid como el pasado domingo 2, cuando la capital rozó los 33 grados. No fue la única localidad con una situación similar, pues, según aseguró este martes la Aemet, la primera quincena este mes ha sido la más cálida desde que hay registros. Frente a los chubasqueros, las chaquetas o los pantalones de pana, lo normal en todo este periodo otoñal ha sido ver a gente por las calles con camisetas y pantalones cortos. Pero donde sí se han visto estas prendas e incluso algunas más invernales ha sido en los escaparates de unas tiendas que ahora esperan como pocos la bajada de temperaturas. Lo van a necesitar para que el negocio sobreviva.

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