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El dinero en circulación en la eurozona crece con fuerza y aviva la inflación
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LA POLÍTICA FISCAL ANULA LA SUBIDA DE TIPOS

El dinero en circulación en la eurozona crece con fuerza y aviva la inflación

El endurecimiento de la política monetaria y la retirada de estímulos no está frenando en seco, todavía, la oferta de dinero. En agosto ha vuelto a crecer, en parte por las ayudas de los gobiernos, que alimentan la demanda

Foto: Billetes de euro, libra y dólar. (EFE/Daniel Irungu)
Billetes de euro, libra y dólar. (EFE/Daniel Irungu)
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Si uno de los objetivos del BCE era frenar el crecimiento del dinero en circulación para atajar el aumento de los precios, la realidad es que está muy lejos de conseguirlo. La masa monetaria, medida por el agregado M3, que es el más ancho y representativo, no solo no se reduce, sino que en agosto, ya en pleno endurecimiento de la política monetaria, ha crecido un 6,1%, por encima del 5,7% del mes anterior.

Al otro lado del Atlántico, por el contrario, la Reserva Federal ha frenado en seco la oferta monetaria, lo que explica el mal comportamiento de los mercados de valores y de los precios inmobiliarios, muy dependientes de la cantidad de dinero en circulación. También los europeos, por el efecto arrastre respecto de lo que sucede en EEUU. El agregado M3, que comprende tanto el efectivo en circulación como los depósitos, además de los instrumentos negociables en los mercados monetarios, se ha estancado en EEUU, lo que ayuda a apagar la llama de la inflación.

No es el caso de Europa, donde, según los últimos datos del Banco Central Europeo (BCE), los agregados monetarios más estrechos que el M3 —el M1 y el M2— siguen creciendo con fuerza. Tanto el efectivo en circulación como los depósitos a la vista avanzan un 6,8%, mientras que los préstamos a los hogares crecen un 4,5%. También los préstamos a las empresas suben con fuerza, un 8,7%, incluso por encima del 7,6% de julio. Eso quiere decir, ni más ni menos, que la política monetaria continúa siendo expansiva, aunque menos que en el pasado, lo que anticipa nuevas subidas de tipos de interés, como ayer mismo adelantó la propia presidenta del BCE, Christine Lagarde.

Crédito privado

Más dinero en circulación, como se sabe, alimenta la inflación, aunque su evolución también depende de factores estructurales como el grado de apertura de la economía, la productividad, la composición del consumo de los hogares debido a factores como el envejecimiento o las desregulaciones. El resultado más reciente muestra que la mayor aportación al crecimiento de la masa monetaria, en última instancia el dinero en circulación, viene del crédito al sector privado (5,3 puntos porcentuales), mientras que los préstamos a los gobiernos aportan otros 2,3 puntos. Y todo ello en un contexto de altos niveles de deuda pública que deben ser refinanciadas y que alimentan la masa monetaria. El FMI ha estimado que en 2020 el endeudamiento público y privado se incrementó 28 puntos porcentuales del PIB global, hasta el 256%.

Estos datos son muy relevantes porque son clave a la hora de que el Consejo de Gobierno del BCE diseñe su política monetaria, es decir, los tipos de interés. Y lo que expresan es que el encarecimiento del precio del dinero todavía no ha hecho mella en la economía ni en la inflación, que en agosto se situó en el 9,1% en la eurozona. La política monetaria tarda tradicionalmente entre dos y tres trimestres en trasladarse a la economía real. La diferencia con EEUU viene del hecho, precisamente, de que la Reserva Federal comenzó antes que el BCE a retirar los estímulos, que alcanzaron un máximo en los meses posteriores a la irrupción de la pandemia, que provocó un aumento histórico de la oferta monetaria a través de sus diversos canales.

Foto: Sede del Banco Central Europeo (BCE) en Fráncfort. (Reuters/Wolfgang Rattay)

El desacoplamiento cíclico entre las dos grandes economías del planeta está detrás, justamente, de las tensiones en los mercados de divisas, ya que el BCE va a rebufo de la Reserva Federal, lo que ha acabado por depreciar de forma severa al euro, hasta situarse por debajo de la paridad respecto del dólar.

Oferta monetaria

En todo caso, la tendencia a la moderación de la oferta monetaria es la que se ha quebrado en agosto, pese a la finalización de la compra de activos por parte del BCE y el encarecimiento de la factura energética que pagan los hogares y las empresas de la zona del euro, lo que reduce su renta disponible. A la luz del aumento del crédito a particulares, sin embargo, lo que puede estar sucediendo es que precisamente por la subida de tipos muchos hogares y empresas estén adelantando sus decisiones crediticias, lo que ha impulsado la masa monetaria en el conjunto de la eurozona.

Foto: EC

Otro factor puede estar influyendo en la fortaleza de la oferta monetaria, y tiene que ver con la política de mantenimiento de rentas de las familias y empresas por parte de los gobiernos para compensar el alza de los precios. Esto hace que el consumo se mantenga en niveles incompatibles con una inflación tan elevada, lo que a su vez estimula la demanda y, por lo tanto, los precios. Existe, por decirlo de alguna manera, una tensión entre las políticas fiscales y la monetaria. La primera estimula el consumo y la segunda lo frena.

Hay que tener en cuenta que la pandemia provocó un aumento histórico del ahorro en el conjunto de la eurozona que el BCE ha estimado en 850.000 millones de euros. Ese colchón es el que puede estar influyendo en el aumento de las peticiones de crédito, y, por la tanto, del dinero en circulación. Ahora bien, como sostienen los técnicos del banco central, los hogares con rentas más bajas han acumulado un volumen de ahorro relativamente pequeño y puede que tengan que reducir su ahorro actual o 'desahorrar'. En cambio, los hogares con rentas medias y altas podrían destinar el ahorro acumulado al consumo o para complementar una inversión que lleve aparejada una necesidad de crédito.

Si uno de los objetivos del BCE era frenar el crecimiento del dinero en circulación para atajar el aumento de los precios, la realidad es que está muy lejos de conseguirlo. La masa monetaria, medida por el agregado M3, que es el más ancho y representativo, no solo no se reduce, sino que en agosto, ya en pleno endurecimiento de la política monetaria, ha crecido un 6,1%, por encima del 5,7% del mes anterior.

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