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Antonio Garamendi: “Van a caer muchas empresas porque no podrán aguantar"
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ENTREVISTA CON EL PRESIDENTE DE CEOE

Antonio Garamendi: “Van a caer muchas empresas porque no podrán aguantar"

A la crisis sanitaria le sucederá una importante crisis empresarial. Esto es lo que teme el presidente de CEOE. Cuando esto acabe, sostiene, habrá que volver al rigor presupuestario

Foto: Antonio Garamendi, durante una entrevista con El Confidencial hace unos meses. (Roberto Gómez)
Antonio Garamendi, durante una entrevista con El Confidencial hace unos meses. (Roberto Gómez)

Al presidente de la patronal, Antonio Garamendi (Getxo, 1958), le ha tocado vivir una crisis de salud pública que será un tsunami para las empresas. Su impresión es que esta crisis se llevará por delante una buena parte del tejido productivo, y por eso no duda que el Estado debe cumplir un papel central encontrando soluciones. No parece muy convencido de que se puedan alcanzar acuerdos políticos, pero reivindica el diálogo social como una de las fortalezas del país. Garamendi, desde su residencia vizcaína, respondió telefónicamente a esta entrevista.

PREGUNTA. ¿Cuentan las empresas con suficientes medios para garantizar la seguridad de los trabajadores en este primer día de vuelta a la actividad? Los sindicatos han pedido que se cumplan los protocolos de seguridad, de lo contrario, no se podrá retomar la actividad.

RESPUESTA. Lo primero que hay que decir es que esto no es una crisis empresarial, es una crisis sanitaria. Y, por eso, es Sanidad quien debe dar las instrucciones. Nosotros lo que hacemos es responder a las recomendaciones del ministerio. Veremos cómo funcionan, pero hay que recordar que muchas empresas ya estaban operando a medio gas. Ahora parece que la culpa es de las empresas. El contagio se está produciendo en todos los sitios, en la sociedad, y nosotros estamos cumpliendo a rajatabla. En algunos sectores, hemos firmado protocolos con los sindicatos, pero esto va a funcionar si llegan los famosos EPI [equipos de protección individual], y es verdad que donde no lleguen, cumplir las normas va a ser muy difícil. ¿Y quiénes pueden sufrir más? Pues, evidentemente, las pymes, que van a tener menos acceso a los sistemas de protección, aunque se nos ha dicho que durante esta semana llegarán más. Lo que nos gustaría es poder comprarlos o que los lleven a las empresas.

P. Hay quien ha criticado a los empresarios porque han priorizado la vuelta a la actividad sobre la salud pública…

R. Cada uno sabrá lo que dice. Esa acusación es falsa. Las empresas y los empresarios nunca van a saltarse las normas. Esto es un riesgo general, no es un riesgo laboral. Que alguien me diga dónde están esos casos.

placeholder La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con los dirigentes de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y del sindicato CCOO, Unai Sordo. (EFE)
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, con los dirigentes de la patronal CEOE, Antonio Garamendi, y del sindicato CCOO, Unai Sordo. (EFE)

P. ¿Cómo valora la estrategia económica que sigue el Gobierno contra la pandemia?

R. Esta crisis es sobrevenida y entre todos estamos intentando superarla. Hay tres asuntos que nos preocupan y que son los que está tratando el Gobierno. Por un lado, los ERTE, que son consecuencia de que las empresas, debido al estado de alarma, han cerrado por causa de fuerza mayor. En segundo lugar, la liquidez, para garantizar que el sistema económico siga funcionando, y en tercer lugar, el aplazamiento de los impuestos. En el caso de los ERTE, no es más que una devolución de lo que han estado pagando desde siempre las empresas. No nos están regalando nada. Las empresas pagan a la Seguridad Social. Y en cuanto a la liquidez, las empresas tendrán que devolver los créditos.

P. Eso suena a patada hacia adelante… ¿Tendrán las empresas capacidad financiera para devolver esos préstamos? ¿Vuelven los concursos de acreedores?

R. Tenemos que saber que de una crisis sanitaria muy potente también vendrá derivada una crisis económica muy importante. Y hay una realidad: como consecuencia de esta crisis económica van a caer muchas empresas, porque no podrán aguantar. Esto es así. También van a ir cambiando muchos hábitos de vida que tenemos los ciudadanos. Por eso es tan importante que las empresas tengan liquidez y puedan devolver ese dinero en cinco o seis años. Lo importante es no ahogar la economía de las empresas. La OIT [Organización Internacional de Trabajo] ha dado cuatro directrices: la primera, trabajar para minimizar los daños económicos; la segunda, favorecer el mantenimiento de las empresas; la tercera, sostener el empleo, y la cuarta, hacerlo en el marco del diálogo social. Si no hay empresas, no hay empleo.

P. ¿Qué echa en falta de las medidas del Gobierno?

R. Creo que algunas medidas deberían haber entrado en funcionamiento antes. En el tema de los ERTE, nosotros llegamos a un acuerdo con los sindicatos para que tanto en los de fuerza mayor como en aquellos que son por causas económicas, productivas y organizativas, vinculadas al Covid-19, tuvieran que estar exentas de abonar las cotizaciones sociales. ¿Y por qué? El día 26 acaban los ERTE por fuerza mayor y nos encontraremos con un montón de empresas y sectores que de golpe y porrazo tienen que pagar a la Seguridad Social. Y eso me parece incomprensible. Ese acuerdo con los sindicatos lo cambió el ministerio por real decreto. Y ahora viene el problema. En el futuro, va a haber muchos ERTE por causas económicas y el Gobierno lo tiene que resolver.

Foto: Oficina bancaria durante el confinamiento. (EFE)

Y luego hay otra cosa. Hay muchas empresas que trabajan para la Administración en la prestación de servicios, como los de limpieza, que están en el limbo jurídico. Son servicios esenciales y no han podido hacer ERTE, por lo que se han tenido que comer a todos los trabajadores. Y luego una tercera cuestión. En estos momentos hay tres millones y medio de personas que están en ERTE, pero solo cobran 600.000, lo que significa que más de 2.900.000 personas no cobran. Esa gente tiene que cobrar. Lo mismo que los autónomos, de las 900.000 peticiones solo están cobrando 250.000. Hemos pedido, y es probable que se apruebe el martes, el aplazamiento de impuestos.

La vicepresidenta Calviño me ha dicho que no habrá problemas de liquidez, pero recuerdo que Alemania ha comprometido hasta el 30% de su PIB. Y quiero aprovechar para desmentir una campaña que se está haciendo que viene a decir que las entidades financieras se están aprovechando. Es completamente falso. Es como si primero se atacara a los bancos, luego a las eléctricas, luego a la industria y finalmente a los empresarios.

P. No negará que ha podido haber algunos casos en los que los bancos provechan las líneas de liquidez para vender otros productos financieros.

R. Puede haber algún caso, pero eso no es representativo. El comportamiento general es impecable.

P. ¿CEOE se sumaría a una reedición de los Pactos de la Moncloa?

R. Nosotros siempre acudimos adonde se nos llame. Estamos para sumar. Con independencia desde el plano político y con sentido de Estado. Pero, dicho esto, para que haya Pactos de la Moncloa quien primero tiene que sentarse es la clase política. Como se suele decir, el roce hace el cariño. Es necesario que los partidos hablen entre ellos.

P. ¿Qué opina sobre el ingreso mínimo vital que prepara el Gobierno?

R. CEOE siempre ha dicho, y lo digo porque siempre hay campañas, que hay que ayudar a los más vulnerables. Y ahí es donde habrá que abordar los temas, pero con eficiencia. Por cierto, que lo primero que hay que decir es que esto ya existe. Es como si alguien intentara decir: he inventado la pólvora. En España, actualmente, más de dos millones de personas están acogidas a programas de subsidio, lo que supone unos 17.000 millones de euros. Eso está inventado a través del propio Estado, las CCAA y los ayuntamientos. Hay que explicarlo a la sociedad. Lo que habría que ver ahora es qué personas se han quedado fuera.

Foto: El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez (i), y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias (d), durante el pleno del Congreso celebrado este jueves. (EFE)

Ahora bien, con una guía que oriente esas ayudas a la empleabilidad de las personas. O, de lo contrario, podemos aprobar un subsidio que convivirá con la economía sumergida. Por lo tanto, sí, aunque con esas condiciones. Como sabe, mientras que en Europa la economía sumergida es el 13% del PIB, en España es el 24%, y eso supone 100.000 millones de euros. Esto solo se puede pagar si se favorece el mantenimiento de las empresas. De esta crisis se va a salir apoyándose mutuamente lo público y lo privado. Lo público sin lo privado se agota.

P. ¿Comparte la idea de Pablo Casado de que hay que bajar impuestos?

R. El debate ahora es saber cómo vamos a salir de esta situación. Lo que tenemos que hacer es competir. Va a haber en el futuro una competencia internacional impresionante, y una de nuestras fortalezas ha sido el sector exterior, que representa el 34% del PIB. Si a la empresa se la carga con más impuestos, será menos competitiva.

P. ¿Habrá una vuelta a la austeridad tras los actuales aumentos del gasto público?

R. Tenemos que hacer los deberes. Cuando salgamos de esta, habrá que tener rigor presupuestario y una ortodoxia económica muy importante. Por eso le decía lo de la renta mínima, cuando ya nos gastamos 17.000 millones. No digo que no haya que ayudar, pero tenemos que ver cómo lo gestionamos. Cada uno tendrá que hacer su trabajo. Yo no elijo el Gobierno que tengo, pero tampoco el Gobierno me elige a mí. En todo caso, a mí me gustaría destacar el papel que está teniendo la Corona con sus contactos en el exterior. Son cosas que no se cuentan, pero algunos las conocen, y por eso hay que contarlo.

P. Lo que parece cada vez más claro es que el Estado tenderá a ganar peso ante los problemas que está teniendo su debilitamiento en las últimas décadas, hasta dejarlo inerme ante este tipo de crisis.

R. Sería un error si pasa eso. El sector dinámico, el que crea riqueza y el que avanza en la sociedad, es el sector privado.

Al presidente de la patronal, Antonio Garamendi (Getxo, 1958), le ha tocado vivir una crisis de salud pública que será un tsunami para las empresas. Su impresión es que esta crisis se llevará por delante una buena parte del tejido productivo, y por eso no duda que el Estado debe cumplir un papel central encontrando soluciones. No parece muy convencido de que se puedan alcanzar acuerdos políticos, pero reivindica el diálogo social como una de las fortalezas del país. Garamendi, desde su residencia vizcaína, respondió telefónicamente a esta entrevista.

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