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Sánchez advierte de que mantendrá o reforzará el confinamiento si hay repunte
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"COMO PRONTO" EN 15 DÍAS INICIARÁ EL DESHIELO

Sánchez advierte de que mantendrá o reforzará el confinamiento si hay repunte

El presidente señala que "al menos" quedan dos semanas de encierro domiciliario y avisa de que debe comenzar "ya" la desescalada política. Confía en que haya reunión esta próxima semana

Foto: Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa telemática de este 12 de abril. (Pool Moncloa)
Pedro Sánchez, durante su rueda de prensa telemática de este 12 de abril. (Pool Moncloa)

No está el camino hecho. Ni mucho menos. España y el mundo están en "guerra total" contra el coronavirus y aún no se puede cantar victoria. El confinamiento general de los ciudadanos en sus casas continúa y continuará, "al menos", dos semanas más. No hay desescalada aún. Es más, Pedro Sánchez ya advierte de que se irá analizando continuamente la evolución de la pandemia y, en función de los datos que vayan aflorando y el consejo de los expertos, el Gobierno graduará. Bien para suavizar las medidas, pero también para mantener o reforzar las restricciones. Y, en paralelo, el Ejecutivo entiende que ha de empezar "ya" la "desescalada de la tensión política", para entre todos construir unos nuevos Pactos de la Moncloa, un gran acuerdo de reconstrucción económica y social. El "enemigo" es uno solo, el virus, enfatiza, y "nadie" puede ganarle la guerra en solitario. Todo un aviso al PP de Pablo Casado.

Fin de semana, y nueva comparecencia en la Moncloa del presidente del Gobierno. En esta ocasión, sin contenidos estrictamente nuevos, como había ocurrido justo antes en la conferencia con los mandatarios autonómicos. Esta es, de hecho, una semana de transición, hasta que, avanzada esta próxima semana, se decida si comienza el deshielo. Pero Sánchez quiso dirigirse este domingo a los ciudadanos [aquí su intervención en PDF] para reforzar el mensaje de que la cuarentena domiciliaria sigue, a menos de 24 horas ya de que se reanude la vuelta al trabajo después de dos semanas de "hibernación" de la economía. El Ejecutivo está recalcando en las últimas jornadas que no puede haber relajación alguna, porque se pondría en riesgo de nuevo el sistema sanitario. Ello lo complementó con un mensaje más de calado político, de llamamiento a todas las fuerzas para que converjan en ese gran acuerdo de país. Confía en que esta semana se pueda celebrar esa primera reunión de impulso de los nuevos Pactos de la Moncloa, aunque no aclaró cuándo convocará al líder del PP y al resto de formaciones, a los agentes sociales y a las CCAA. El Gobierno no lanzará "reproches", insistió, y él pondrá todo su "empeño" en conseguir esa "unidad", que entiende que es más necesaria que nunca, al igual que en 1977.

Foto: Foto: EC.

Sánchez recordó que en los días previos a la declaración del estado de alarma, el ritmo de crecrimiento de los contagios era de un 38% diario, y ahora se sitúa en torno al 3% —166.019 infectados, 16.972 falleciso y 62.391 curados, según los datos de Sanidad de este domingo—. Sigue siendo "muy alto", pero ya es muy inferior: "No es todavía la victoria, ni mucho menos, todavía estamos lejos de ese momento en el que recuperaremos esa nueva normalidad en nuestras vidas", pero sí son "los primeros pasos decisivos" en el camino hacia ese triunfo. Resultados, agregó, "alentadores" porque dan "ánimo", aunque no permiten "deponer las armas" y sí estimulan a "seguir combatiendo". El presidente empleaba desde el principio de su intervención, más corta que en anteriores alocuciones, un lenguaje marcadamente bélico para dar cuenta a los ciudadanos del reto mayúsculo a que se enfrenta el país.

"Si no ganamos la batalla al virus, quiero ser muy claro: mantendremos o reforzaremos las restricciones. Porque la salud es lo primero", avisa


La respuesta del Ejecutivo ha de combinar las medidas que eviten el contagio, explicó, y también las que impidan "la parálisis y el colapso de la economía", por los efectos "nocivos" que pudiera tener, sobre todo con el empleo. Indicó que ese equilibrio justifica que mañana lunes —o el martes, en aquellas CCAA en las que este 13 de abril es festivo— se retome el pulso económico, aunque en una pequeña parte: solo volverán al trabajo aquellos empleados de actividades hibernadas desde el 30 de marzo al 9 de abril, "solo esas". Los trabajadores que se desplacen en transporte público podrán equiparse con una mascarilla higiénica: diez millones de unidades repartirán hasta el miércoles las Fuerzas de Seguridad en todo el país. "El confinamiento general será la regla durante al menos estas dos próximas semanas". Se vuelve al punto de inicio, el del instante en que se decretó la alarma, al 14 de marzo. Incluso un punto más duro ya que, como anunció ayer sábado el ministro de Sanidad, Salvador Illa, aquellos más vulnerables (embarazadas, de avanzada edad o con patologías previas) no deberán acudir a sus puestos de trabajo y podrán demandar que se curse una baja médica.

Foto: Pedro Sánchez, durante la reunión con los presidentes autonómicos, este 12 de abril en la Moncloa. (EFE)

"Marcadores" no aclarados

"No estamos siquiera entrando en la segunda fase, en la desescalada. Prosigue el estado de alarma, continúa el confinamiento general", advirtió Sánchez. "Únicamente ha finalizado la medida extrema de hibernación". El presidente trasladó entonces que se aplicarán "los marcadores recomendados por el comité científico que asesora al Gobierno", que de nuevo no aclaró cuáles son, "para medir con rapidez tanto la propagación de los contagios como la capacidad de respuesta del sistema de salud". Esos marcadores guiarán el futuro deshielo y son los que aconsejarán "unas u otras restricciones". "Si ganamos terreno al virus y nuestro sistema de salud recupera tono, avanzaremos en esa desescalada. Si no es así, quiero ser muy claro: mantendremos o reforzaremos las restricciones. Porque lo primero para este Gobierno, siempre, será la salud y la vida de nuestros conciudadanos", alertó.

La desescalada que comenzará, como pronto, dentro de dos semanas, será progresiva y muy cautelosa

El presidente incidió en que debe primar el deseo de "ganar esta guerra" contra el Covid-19 y evitar una "recaída", que ponga "en riesgo" lo logrado en este mes de aislamiento total. "Por eso la desescalada que comenzará, como pronto, dentro de dos semanas, será progresiva y muy cautelosa". El Gobierno ya va lanzando mensajes, por tanto, de que quizá la cuarentena domiciliaria deba extenderse, tal como está diseñada ahora, hasta el 10 de mayo. O sea, 15 días más tras el vencimiento, el próximo 26 de abril, de la actual prórroga. No tardará mucho en llegar la decisión: como máximo, el fin de semana, ya que el Consejo de Ministros habrá de demandárselo al Congreso para que autorice esa ampliación. Esa línea más pesimista es la que se ha ido imponiendo desde el pasado miércoles, de ahí las palabras más que prudentes de varios ministros —empezando por Illa o, en estas mismas páginas, la titular de Defensa, Margarita Robles— y del líder socialista.

Sánchez avisa: la desescalada comenzará "como pronto" dentro de dos semanas y será "progresiva"

Ese balance de la evolución de la pandemia sirvió a Sánchez para enlazar con la segunda parte. A su juicio, la que debe ser "inmediata" es otra "desescalada": la de la "tensión política", puesto que no se trata de un "accidente" ni una "calamidad" grave, sino "la mayor crisis de nuestras vidas, la mayor amenaza para la salud y para el bienestar social en un siglo", una emergencia "sin precedentes" que supondrá tal devastación que para la salida se necesitará la "capacidad, la aportación y el talento de todos". "Estamos inmersos en una guerra total que nos incumbe a todos. Y la respuesta en consecuencia debe ser común, unida. Tanto en el plano nacional como en el europeo y también global", remarcó.

"Toda" la oposición", "sin excepción"

Tras celebrar el acuerdo del Eurogrupo, muy trabajoso, señaló que esa misma dinámica unitaria se tiene que imponer dentro de España, uno de los países más afectados por la pandemia. Si las pérdidas de vidas ya son "irreparables", sí se puede actuar para "mitigar los daños económicos y sociales", y "la forma de lograrlo es con unión", como la que demuestran los ciudadanos día a día, adujo. Para Sánchez, esa "lección" es la que han de aprender también "todos los políticos". "Debemos empezar ya la desescalada en la tensión política. Deben quedar atrás las palabras gruesas, el lenguaje agresivo. Por parte de todos. Y yo como presidente del Gobierno me comprometo a trabajar en primera línea por ello. Como presidente esa es mi responsabilidad y así la asumo". El líder del Ejecutivo añadió que su "empeño" será procurar esa convergencia y, en tanto persista la emergencia sanitaria, no saldrá de sus labios más palabra que "unidad": no habrá "ni un reproche, ni una crítica, ni un desplante". De hecho, cuando se le preguntó por las manifestaciones y el tono duro empleado hoy por los presidentes regionales, eludió contestarles.

Sánchez llama a dejar atrás los "reproches y el lenguaje agresivo", porque el reto es "descomunal". Dura es la "guerra" y dura será la "posguerra"

Sánchez quiere que a ese "gran acuerdo por la reconstrucción social y económica" o "nuevos Pactos de la Moncloa" se sumen todos los partidos, y sobre todo el PP, que como recordó ha gobernado en cuatro legislaturas y dirige ahora mismo comunidades de gran peso. Ya dijo el jueves en el Congreso que su propuesta es "de corazón y sincera" y lo reiteró este domingo: convoca a "la oposición, toda sin excepción", a ese gran acuerdo. Y aquí precisó que ha de respetarse la "pluralidad" y "diversidad" del país. Sánchez reconoció que aunque desde aquel lejano 1977 ha habido más desacuerdos que alianzas, sí ha habido algunas de estas que se probado muy útiles, como el Pacto de Toledo, para blindar el sistema de pensiones, o el Pacto Antiterrorista, para combatir a ETA y al yihadismo.

Pedro Sánchez urge a la "desescalada de la tensión política"

El presidente no ahorró dramatismo ni gravedad: el reto actual es "descomunal", "mayor" al tenido por España en 40 años de democracia. "Todos sabemos que cuando venzamos esta guerra, que la vamos a vencer, necesitaremos todas las fuerzas del país, políticas, institucionales y sociales, para vencer la posguerra", expresó. Con ese fin, el Gobierno convocará "en los próximos días", sin precisar cuándo, "a todas las fuerzas políticas, también a los agentes sociales (empresarios y sindicatos), al conjunto de CCAA y ayuntamientos". Antes de que concluya esta semana entrante Sánchez quisiera celebrar "la primera reunión para los nuevos Pactos de la Moncloa", prometió. "Nadie puede ganar solo esta guerra, solo unidos venceremos al virus y a la devastación que amenaza dejar tras de sí", remachó, en un claro mensaje de aviso al PP.

El jefe del Ejecutivo no adelantó qué propuesta hará a la oposición para convencerla de que ha de sumarse. A la pregunta de si puede confirmar que ese gran pacto nacional no supondrá una recentralización de competencias o una involución democrática, contestó con un monosilábico "". Y respecto al ingreso mínimo vital, que ha despertado los recelos de la patronal por haberse anunciado sin estar negociada, replicó que su intención es poner en marcha "cuanto antes" esta renta, porque era un compromiso electoral recogido también en el pacto con Unidas Podemos. Era en principio, recordó, una medida diseñada para combatir la pobreza infantil, y ahora es más necesaria dada la "contundencia" del impacto de la pandemia.

Sánchez intensifica su llamamiento al pacto, pero la evidencia parece arruinar sus planes. La foto del desacuerdo que arrojó este domingo la quinta conferencia virtual de presidentes daba buena cuenta de que el camino no será fácil. Quizá incluso resulte imposible.

No está el camino hecho. Ni mucho menos. España y el mundo están en "guerra total" contra el coronavirus y aún no se puede cantar victoria. El confinamiento general de los ciudadanos en sus casas continúa y continuará, "al menos", dos semanas más. No hay desescalada aún. Es más, Pedro Sánchez ya advierte de que se irá analizando continuamente la evolución de la pandemia y, en función de los datos que vayan aflorando y el consejo de los expertos, el Gobierno graduará. Bien para suavizar las medidas, pero también para mantener o reforzar las restricciones. Y, en paralelo, el Ejecutivo entiende que ha de empezar "ya" la "desescalada de la tensión política", para entre todos construir unos nuevos Pactos de la Moncloa, un gran acuerdo de reconstrucción económica y social. El "enemigo" es uno solo, el virus, enfatiza, y "nadie" puede ganarle la guerra en solitario. Todo un aviso al PP de Pablo Casado.

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