Lagarde advierte del riesgo de una crisis como la de 2008 si no hay acción coordinada

La diferencia entre sufrir una crisis y y una Gran Depresión como la de 2008 y que el bache financiero sea algo temporal pasa por una respuesta urgente y coordinada de gobiernos y bancos centrales. La recién llegada a la presidencia del Banco Central Europeo (BCE), Christine Lagarde, lo tiene claro y así se lo ha transmitido a los líderes de la Unión Europea durante la conferencia mantenida en la víspera, según ha informado Bloomberg citando fuentes familiarizadas con la cuestión.

Y es que Lagarde sabe bien de lo que habla. No en vano, era la ministra de Economía, Finanzas e Industria de Francia cuando quebró Lehman Brothers en septiembre de 2008 y, porteriomente, tuvo que enfrentarse al colapso del euro en 2012 con la quiebra de Grecia y España al borde del abismo como directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI). No es de extrañar, por tanto, que tenga clara la importancia de dar una respuesta contundente ante el creciente riesgo de que la epidemia del Covit-19 haga descarrilar la economía mundial.

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Así, tras sesiones de fuertes desplomes en los mercados y los inversores huyendo hacia valores refugio, Lagarde se dirigió a los líderes europeos asegurando que nos encontramos ante "un escenario que recordará a muchos de nosotros la gran crisis financiera de 2008", pero puntualizó que con la respuesta adecuada, el impacto probablemente será temporal.

Según informa Bloomberg, Lagarde también aseguró que el BCE está estudiando todas las herramientas a su alcance para facilitar la financiación barata y la liquidez del sistema. Tanto es así que los mercados ya descuentan que mañana el Consejo de Gobierno del regulador europeo adoptará medidas excepcionales como un nuevo LTRO y volverá a bajar el tipo de depósito en 10 puntos básicos hasta el 0,60%. Eso después de que este mismo miércoles el Banco de Inglaterra haya anunciado un recorte de emergencia de los tipos de interés en 50 puntos básicos hasta el 0,25%, como ya lo hizo la Reserva Federal la semana pasada.

Sin embargo, a diferencia de otros bancos centrales, el BCE tiene ya poco margen de maniobra, con el precio del dinero a cero, el tipo de depósito en negativo y el margen de los bancos en los huesos, por lo que los pasos que dé el regulador monetario europeo tienen que estar muy medidos para no provocar un mal mayor. De hecho, ya su predecesor, Mario Draghi, advirtió el pasado mes de septiembre de la necesidad de que los Gobiernos cojan el testigo y adopten medidas fiscales que apuntalen el crecimiento en la zona euro porque "la munición monetaria se acaba". Un mensaje que en el inesperado escenario actual cobra más relevancia.

Según aseguran las fuentes consultadas por Bloomberg, durante su intervención Lagarde advirtió a los mandatarios que todo lo que pueda hacer el BCE para contener la hemorragia únicamente puede funcionar si los gobiernos toman medidas que garanticen que los bancos prestan dinero a las empresas en las áreas afectadas por el cierre temporal para contener la epidemia.