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España dispara las exportaciones a Canadá gracias al acuerdo de libre comercio (CETA)
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ALIMENTACIÓN Y COCHES, LOS MÁS BENEFICIADOS

España dispara las exportaciones a Canadá gracias al acuerdo de libre comercio (CETA)

Han pasado casi dos años desde que la UE y Canadá arrancaron su pacto de libre comercio, algo que ha permitido a España aumentar las ventas de coches, alimentos, juguetes o textil

Foto: El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. (EFE)
El primer ministro de Canadá, Justin Trudeau, y el presidente del Gobierno de España, Pedro Sánchez. (EFE)

La Unión Europea y Canadá se despidieron de los aranceles para la mayoría de los productos hace dos años, una decisión que se ha traducido en un aumento de las importaciones y exportaciones entre ambos territorios. Un buen ejemplo es España, que ha disparado un 44% sus ventas a ese país desde septiembre de 2017, fecha en que entró en vigor el acuerdo de libre comercio (CETA o Comprehensive Economic and Trade Agreement).

En concreto, nuestro país registró unas exportaciones al mercado canadiense por valor de 157 millones de euros en mayo de 2019, frente a los 109 millones de septiembre de 2017. Los sectores más beneficiados son los alimentos, bebidas, tabaco y automóviles, en contraste con el ligero retroceso de los bienes de equipo, los metales o los químicos.

Si nos centramos en la evolución anual, las exportaciones del sector automovilístico alcanzaron los 231 millones de euros en 2018, un 315% más que en 2014. La otra categoría ganadora es alimentación y bebidas, con 343 millones de euros comercializados en 2018 (+66%). Aquí entran productos como carne, frutas, pescado, lácteos o aceites, entre otros.

La subida es del 82% para las manufacturas de consumo —como textil, calzado, juguetes o joyas—, con unas ventas de 160 millones de euros en 2018. En el caso de las materias primas, las exportaciones repuntaron un 324% desde 2014, pero el volumen de comercialización aún es pequeño (28 millones el año pasado).

El acuerdo comercial entre la UE y Canadá fue el resultado de años de arduas negociaciones, y nació tanto para abrir un nuevo mercado a las empresas europeas como para mejorar su competitividad en ese país gracias a la supresión progresiva de los aranceles. Eso sin contar con la posibilidad de concurrir en procesos de contratación pública en Canadá.

Foto: Uno grupo de agricultores habla con el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez (secretario general de PSOE en el momento de la foto). (EFE)

El CETA se convirtió en el mayor acuerdo comercial de la UE hasta la fecha (2017), pero el camino no fue fácil. Sus detractores temían que degradase las normas europeas ante la diferencia entre ambas regulaciones. Algo similar ocurre hoy con el pacto con Mercosur, cerrado en junio tras 20 largos años de conversaciones. Los productores españoles están en alerta ante la entrada masiva de carne de vacuno, porcino, pollo o cítricos a un precio mucho más competitivo, como denunciaron los agricultores en una carta dirigida al presidente del Gobierno.

Por no hablar del TTIP o Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y la UE, más congelado que nunca desde la llegada de Trump a la Casa Blanca. Si las negociaciones ya eran difíciles antes del presidente que gobierna a golpe de tuit, ahora directamente son inexistentes. Más bien al contrario: el mandatario ha iniciado una guerra comercial contra China y contra tantos otros países a los que ha subido los aranceles, como España y sus aceitunas negras.

Volviendo al CETA, el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) dio luz verde a este tratado comercial con una reciente sentencia en la que determinó que el sistema de arbitraje entre inversores y Estados cumple con las normas europeas. Todo empezó con las trabas de Valonia, una pequeña región francófona de Bélgica que estuvo a punto de hacer descarrilar el pacto por su negativa a estampar su firma.

Pero el apretón de manos entre la UE y Canadá mereció la pena, o así se refleja en los flujos comerciales entre ambos territorios. En el caso de España, las exportaciones totales a ese mercado ascendieron a 1.785 millones de euros, frente a los 1.742 millones de las importaciones.

La Unión Europea y Canadá se despidieron de los aranceles para la mayoría de los productos hace dos años, una decisión que se ha traducido en un aumento de las importaciones y exportaciones entre ambos territorios. Un buen ejemplo es España, que ha disparado un 44% sus ventas a ese país desde septiembre de 2017, fecha en que entró en vigor el acuerdo de libre comercio (CETA o Comprehensive Economic and Trade Agreement).

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