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El arquitecto del acuerdo comercial Canadá-UE: "No creo que el Brexit se ejecute"
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ENTREVISTA

El arquitecto del acuerdo comercial Canadá-UE: "No creo que el Brexit se ejecute"

Jason Langrish sabe “algo” de negociaciones y acuerdos comerciales. Durante casi una década estuvo en conversaciones con Bruselas hasta conseguir cerrar el pacto comercial entre Canadá y la UE

Foto: Protestas por el Brexit. (Reuters)
Protestas por el Brexit. (Reuters)

Jason Langrish (Vancouver, 1971) sabe "algo" de negociaciones y acuerdos comerciales. Durante casi una década estuvo en conversaciones con Bruselas hasta conseguir cerrar el pacto comercial entre Canadá y la UE que entró en vigor el 21 de septiembre de 2017. Se le considera el gran arquitecto.

Muchos euroescépticos quieren replicar ahora el modelo con el Brexit, pero el canadiense tiene sus dudas sobre todo el proceso. “Uno de los principales errores que cometieron los británicos fue el de activar el artículo 50 cuando no habían consensuado previamente un plan de divorcio en Westminster”, explica a El Confidencial en una interesante conversación donde muestra sus dudas sobre si la salida del Reino Unido del bloque vaya realmente a ejecutarse.

Foto: Micrófono de la BBC. (Reuters)

Pregunta. ¿Cómo se fraguó el acuerdo entre Canadá y la UE?

Respuesta. Hay tres puntos importantes. El primero, las relaciones comerciales entre ambas partes habían evolucionado mucho y la arquitectura que existía en aquel momento necesitaba una remodelación. Segundo, la UE había puesto gran esfuerzo en la Organización Mundial del Comercio. Para la UE siempre ha sido muy importante crear reglas globales. Pero países como China o India se resistían. Así que Bruselas comenzó a focalizarse en relaciones trasatlánticas. Tercero, Canadá se dio cuenta que dependía quizá demasiado de EE UU, un buen socio, sin lugar a dudas, pero había llegado el momento de extender el mercado.

P. ¿Se puede replicar ahora el acuerdo entre Canadá y la UE con el Reino Unido y la UE?

R. En el acuerdo entre Canadá y la Unión Europea no tienen un papel importante los servicios financieros. Por lo que quienes quieran replicarlo tienen que tener esto en cuenta. Aunque los servicios financieros son muy distintos a otros servicios donde se crea un artículo material y debes exportarlo. En la City, si no consigues “pasaporte financiero” mueves tu sede a otra parte de la UE y arreglado. Creo que la City está gestionando bien todo este proceso. No me preocuparía mucho por ellos. Si hay Brexit, habrá pérdidas de trabajo, pero serán mínimas. Los sectores más afectados serán otros, donde dependen físicamente de una cadena de suministro.

Foto: Boris Johnson y Jeremy Hunt en un debate televisivo. (EFE)

P. El principal problema para avanzar con el Brexit es el 'backstop', la polémica salvaguarda para evitar frontera dura entre la República de Irlanda y la provincia británica de Irlanda del Norte. ¿Tiene alguna solución mágica?

R. No hay solución mágica para esto. Los políticos británicos hablan ahora de alternativas tecnológicas, pero es tan solo una excusa para intentar salir del paso y arreglar esta cuestión después. Pero la UE, en especial Irlanda, no se lo compra. Creo que va a ser muy difícil avanzar en el proceso sin incluir el 'backstop'. Quizá la UE podría estar dispuesta a incluir un límite de tiempo para aplicar esta alternativa, pero no van a eliminarla.

P. En cualquier caso, si finalmente se logra consensuar un Acuerdo de Retirada en Westminster y hay divorcio, el 'backstop' es tan solo una solución provisional hasta que se tenga una solución definitiva o se cierre un acuerdo comercial entre el Reino Unido y la UE. ¿Cómo podría evitarse una “frontera dura” en Irlanda a largo plazo?

R. La única solución que se me ocurre es revertir el Brexit. Las alternativas tecnológicas que algunos proponen no estarán desarrolladas en al menos diez años o incluso más. En Irlanda actualmente hay una frontera, pero no hay controles. Una cosa es que los británicos estén dispuestos a que no sea tan fácil de cruzar como ahora. Pero si lo que quieren es mantener la situación actual, es decir, que la gente la cruce a su antojo sin problemas, la única solución que veo a día de hoy es revocar el Brexit. Todo lo demás es fantasía. O se aceptan controles o se abandona el plan Brexit. Los políticos que digan otra cosa están mintiendo.

P. ¿Realmente cree que aún hay posibilidades de revertir el Brexit?

R. No estoy convencido al 100%. Pero creo que hay un 75% de posibilidades de que se revoque y solo un 25% de que haya un Brexit duro. No creo que si Boris Johnson se convierte en primer ministro vaya a sacar al Reino Unido sin acuerdo para antes del 31 de octubre porque no es una opción popular ni en Westminster ni en su propio partido. Creo que este proceso va a continuar por mucho, mucho tiempo. Y al final todo será abandonado porque comenzarán a priorizarse en la UE otras cosas como el cambio climático, relaciones con China… de hecho ya se están priorizando otras cosas. He estado en Bruselas estos días y no se hablaba de Brexit sino del acuerdo comercial con EE UU. Se están preparando por si finalmente hay un Brexit duro. Los irlandeses ya lo tienen en cuenta para su próximo presupuesto. No pueden hacer más. Si pasa, ha pasado. Pero no creo que los británicos se hayan dado cuenta aún que sus prioridades no son las de la UE.

Los británicos tienen que despertar, darse cuenta que no son tan importantes como ellos se creen a nivel global

P. ¿Cuál es el papel del Reino Unido ahora en el escenario global?

R. Los británicos tienen que despertar, darse cuenta que no son tan importantes como ellos se creen a nivel global. No les estoy faltando el respeto. Simplemente, han dejado de ser tan importantes o grandes para tener el impacto que tenían antes. Los tres actores principales ahora son China, la UE y EEUU. Y sí, los británicos pueden decir que son la quinta o sexta economía más grande del mundo. Pero hay que analizarlo desde este punto de vista: la economía de EE UU son 18 billones de dólares, la de UE es alrededor de 18 billones de dólares; China es 14 billones. Luego tienes que bajar bastante en lista para encontrar a Japón con 4,5 billones; Alemania 3,2 billones; Reino Unido 2,8; Francia 2,8; India 2,8. Canadá 2,2. En definitiva, ya no importa que seas la quinta o la sexta porque ya no eres tan diferente del resto de los otros países.

P. ¿Cree por tanto que el Brexit, si se ejecuta finalmente, va a perjudicar a los británicos?

R. El Brexit es una separación o un movimiento de soberanía. Si pensamos en estos procesos, por lo general, los que quieren separase es porque están bajo un poder muy centralizado que cada vez les hace ser más pobres y tener menos derechos. Se separan para progresar, ser libres. Hay un claro incentivo. Pero, ¿dónde está el incentivo en el Brexit? Van ser más pobres como resultado y no creo que se sientan tan oprimidos por la UE para pagar un precio tan elevado. ¿Por qué aceptar el sufrimiento de esto cuando hay tan poco beneficio, si es que lo hay? ¿Por soberanía? Van a estar igualmente bajo las reglas de la Organización Mundial del Comercio, la ONU, la declaraciones internacionales… Vivimos en un mundo donde ahora todos tenemos compromisos internacionales en los que tenemos que participar si queremos formar parte de la cooperación global.

P. ¿Cuál es su previsión para los próximos meses? En octubre se termina la prórroga del Brexit…

R. Creo que Boris Johnson ganará las primarias 'tories' y se convertirá en el próximo primer ministro. O puede que sea luego Jeremy Hunt. Sea el que sea, hasta que Bruselas no vea que hay una posición consensuada en el Westminster respecto al Brexit no van a negociar seriamente con los británicos. Si Johnson es el próximo ministro, creo que va a fracasar si intentar negociar un nuevo acuerdo con la UE sin tener primero el apoyo del Parlamento. Y lo veo difícil. Así que la cosa está entre Brexit duro, pedir una nueva extensión o convocar elecciones generales. En este último caso, creo que Johnson ganará. A Jeremy Corbyn le veo como figura del pasado. Pero en política, al fin y al cabo, todo es campaña. Y si hay alguien que pueda conectar con la gente, cualquier cosa puede pasar.

Jason Langrish (Vancouver, 1971) sabe "algo" de negociaciones y acuerdos comerciales. Durante casi una década estuvo en conversaciones con Bruselas hasta conseguir cerrar el pacto comercial entre Canadá y la UE que entró en vigor el 21 de septiembre de 2017. Se le considera el gran arquitecto.

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