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Brasil baila a Corea del Sur en el regreso de Neymar al Mundial de Qatar
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UN TORBELLINO EN MEDIA HORA

Brasil baila a Corea del Sur en el regreso de Neymar al Mundial de Qatar

Los brasileños se enfrentarán a Croacia en cuartos después de aplastar a los coreanos. Vinícius y el delantero del PSG fueron los líderes de un equipo con mucha solidez

Foto: Neymar y Vinícius se abrazan tras uno de los goles. (Reuters/Annegret Hilse)
Neymar y Vinícius se abrazan tras uno de los goles. (Reuters/Annegret Hilse)

Escribió Jorge Valdano que el fútbol es un estado de ánimo. Y la goleada define a la perfección cómo se sienten los brasileños, conscientes de que recuperaban en octavos a su as de espadas particular. Neymar dirigió Brasil a un triunfo inapelable ante Corea del Sur, cuya versión en el torneo no había sido tan pobre hasta que fueron arrollados por el remolino brasileño (4-0).

Brasil jugó bien, porque se divirtió, y no es cuestión de ponerse a imaginar otros escenarios. A veces, no basta solo con tener un buen jugador, sino que esté bien rodeado. Qué sería de Quijote sin Sancho Panza. O de los solistas sin sus coros. Para llegar rápido, uno va solo; para llegar lejos, acompañado.

placeholder Paquéta mira la pelota tras chutar a puerta. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Paquéta mira la pelota tras chutar a puerta. (EFE/Rodrigo Jiménez)

Eso parece haberlo interiorizado Neymar, que tuvo en Vinícius a su mejor socio. No hay nada mejor que jugar junto a tu ídolo, ese que veías por televisión y al que ahora le das los pases. Se notaba en la sonrisa del madridista, radiante cada vez que combinaba con el jugador del PSG. Y todas las veces que celebraron los goles. Las imágenes normalmente valen más que las palabras.

La tranquilidad de Vinícius

Vini abrió el marcador y Neymar marcó el segundo. Ese binomio promete darle alegrías a Brasil, el equipo que se ha clasificado para cuartos con más autoridad. Croacia ha sufrido frente a Japón y no parece que vaya a crear problemas a los brasileños, lanzados en un Mundial en el que todos los grandes han tenido tropiezos.

La definición de Vini en el primer gol fue de veterano, aunque tenga 22 años. Los tiempos del fútbol no son los de la vida, aunque sean como las parejas de enamorados: no se entienden el uno sin el otro. No se puso nervioso y la mandó al palo largo. Luego llegó el baile, que demostró que llevan el fútbol y el ritmo en la sangre. A más de uno le gustaría nacer con semejantes cualidades.

placeholder Son intenta deshacerse de la presión brasileña. (EFE/Rodrigo Jiménez)
Son intenta deshacerse de la presión brasileña. (EFE/Rodrigo Jiménez)

El miedo es algo presente en el fútbol, aunque sea un tópico y estos no le gusten a Luis Enrique. Miren las caras de los japoneses antes de lanzar los penaltis (solo marcó uno de ellos). A Neymar, en cambio, no le tembló el pulso en el segundo gol desde los 11 metros. Le bastó con acariciar el balón para mandarlo a la red. Los genios tienen esa aura que hace temer hasta al portero, el único que no tiene nada que perder en un penalti. Las críticas suelen ir al que lo falla, no al que no lo para.

En defensa, también estuvieron acertados

El tercer tanto fue una obra de arte absoluta, que confirma por qué los entrenadores tienen más razón que los aficionados. O deberían tenerla. Que la apuesta de Tite sea Richarlison, dejando a Gabriel Jesús en el banquillo, se antojaba incomprensible, aunque semejante jugada dejó a todos boquiabiertos. Esos toques con la cabeza hay que buscarlos en Brasil, igual que las excentricidades del baloncesto se ven en Estados Unidos.

placeholder Vinícius celebra el gol de Lucas Paquetá. (Reuters/Annegret Hilse)
Vinícius celebra el gol de Lucas Paquetá. (Reuters/Annegret Hilse)

Vinícius reivindicó su estado de forma con una asistencia sensacional a Paquetá, que aumentó aún más la diferencia. Después vino otro baile, que confirmó que Brasil estaba ante su noche. Y que ahora todos lo temen (o deberían). La historia siempre está ahí, pero ahora se ha añadido un dominio en el torneo que no se había visto. En media hora, se cepillaron a los coreanos.

El ataque lo había resuelto todo, pero en defensa no había habido sustos hasta la segunda mitad. Son se plantó delante de Allison, que respondió con una parada de balonmano. Luego llegó el gol del honor coreano, obra de Seung-Ho Paik. Aun así, hay portero y hay delantero, las bazas necesarias para cualquier equipo que quiere ser campeón. Brasil las tiene. Quizá por eso tiene opciones de ganar el torneo. Ahora serán los croatas los que medirán su fuerza. Y no quieren ser aplastados.

Escribió Jorge Valdano que el fútbol es un estado de ánimo. Y la goleada define a la perfección cómo se sienten los brasileños, conscientes de que recuperaban en octavos a su as de espadas particular. Neymar dirigió Brasil a un triunfo inapelable ante Corea del Sur, cuya versión en el torneo no había sido tan pobre hasta que fueron arrollados por el remolino brasileño (4-0).

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