La noche en la que Vinícius se convirtió en Cristiano Ronaldo para vengarse del Valencia

Vinícius Júnior tenía este partido marcado en rojo en el calendario. El delantero brasileño del Real Madrid no ha olvidado el infierno que vivió en Mestalla, donde sufrió cánticos racistas y que acabó con una grada del estadio cerrada, y quiso devolver el daño recibido en el feudo valencianista. Por ese motivo, y estando especialmente motivado, Vinícius brilló con luz propia sobre el césped del Santiago Bernabéu y emergió como el gran líder del ataque blanco (5-1). El brasileño marcó, bailó y acabó ovacionado por el Santiago Bernabéu.

El resultado fue un doblete que trituró al Valencia como todavía no lo habían hecho en toda la temporada. Sin embargo, hubo algo más que dos goles. Algo más profundo que la diana con la que protagonizó, con el pecho, el 2-0 y el latigazo para el 3-0. Y que el liderazgo demoledor en ataque. Vinícius Júnior supo condensar toda la presión que ha estado sintiendo estas semanas, donde los ataques racistas se han multiplicado —como en el Camp Nou— y las cosas no le acababan de salir, para volar en una cita clave.

El extremo sudamericano jamás salió del partido. No se enzarzó con ningún rival ni discutió más de lo necesario. Se limitó a encarar una y otra vez a Thierry Correia y a resquebrajar el sistema defensivo che, incapaz de contener sus aventuras por la banda. Vinícius supo estar por encima de la atmósfera que había rodeado el partido, donde el Valencia pidió a sus aficionados que se comportaran de forma ejemplar en el Bernabéu, y midió su encuentro con los jugadores valencianistas sin desquiciarse.

Entre ellos, Hugo Duro, al que agredió cuando le estaba asfixiando y por ello vio la roja en Mestalla. También a Gabriel Paulista, quien el año pasado le propinó un patadón y fue expulsado. Vinícius, como en tiempos de Cristiano Ronaldo, jamás se desvió de su objetivo: disfrutar y marcar goles.

El brasileño, además, quiso acordarse de Cristiano Ronaldo en sus celebraciones en un gran gesto simbólico para fundirse con la grada del Bernabéu y señalar que él también conoce el camino para estar por encima de la presión.

Emuló al astro portugués

En la primera miró a la grada y dijo "Calma, calma, yo estoy aquí". El público, entusiasmado, respondió pidiéndole el segundo tanto y él le devolvió el gesto sobre el campo, llevándose las manos a los oídos, como si no escuchara las críticas que le acompañan desde que llegó a España. El brasileño pidió todas las pelotas posibles, sabedor de la ausencia goleadora de Bellingham, no se escondió y fue un cuchillo entre la mantequilla que supuso la defensa valencianista.

Con tantos espacios y tantas ganas de vengarse, su partido fue absolutamente excelso. De este modo, en un encuentro de ida y vuelta donde el centro del campo fue otro espectador más, Vinícius se encargó de explotar los puntos débiles de un sistema que se blindaba por dentro, pero dejaba todo el espacio posible por fuera. El tercer gol fue el más espectacular, castigando los fallos defensivos che con una determinación total.

"Ha vuelto"

Tras el encuentro, Carlo Ancelotti valoraría la actuación del brasileño junto a Rodrygo: "Han vuelto a su mejor nivel. Necesitaban solo tiempo para volver a expresar su mejor calidad. En los últimos dos partidos lo han hecho muy bien, combinando bien, buscando espacios… Han vuelto".

En una noche donde el técnico italiano sustituyó al extremo para que el Santiago Bernabéu lo ovacionada, Ancelotti explicó que "Vinícius Júnior me dijo que quería jugar más".

El propio Rodrygo Goes confirmaría el paso al frente de ambos: "La verdad que ahora estamos en nuestro mejor momento. Ahora volvemos a ser Rodry y Vini que la afición quiere ver", señaló el atacante. Vinícius Júnior se vengó del Valencia bailando sobre el césped, marcando un doblete y calló a todos los racistas que le han insultado a lo largo de estas temporadas.