Vinícius, la catapulta del Real Madrid para potenciar la versión más letal de Jude Bellingham

Jude Bellingham es la gran sensación del fútbol español y europeo. El jugador inglés, que empieza a dibujar cifras más propias de un delantero centro letal que de un centrocampista global, ha tirado abajo la puerta del Santiago Bernabéu y se ha convertido en el atacante más determinante del equipo. Los números arrojan una realidad temible para los rivales en una temporada en la que el Real Madrid perdió a su Balón de Oro, Karim Benzema, y sus 31 goles. Lo sufrió Osasuna (4-0) con un doblete que catapultó al británico hasta los 10 tantos. O lo que es lo mismo, Bellingham suma más goles esta temporada que Erling Haaland, Harry Kane, Robert Lewandowski, Kylian Mbappé, Heung-min Son y Victor Osimhen. ¿Cuántos goles más va a marcar? La respuesta es que Vinícius va a generar que aumente su rendimiento.

Han pasado tres meses desde que el inglés debutara con el Real Madrid. Por aquel entonces, en pretemporada, Ancelotti apostó por Vinícius Júnior o Rodrygo como delanteros centro del Real Madrid. Móviles, intercambiables y sin referencia fija para los centrales, pero como finalizadores del equipo. El dibujo, con Vinícius apartado de la banda, ahogaba al equipo y despojaba al brasileño de las virtudes que lo han convertido en el extremo más desequilibrante del mundo. Sin embargo, el italiano sacudió la pizarra y encontró una solución para amortiguar la ausencia de un delantero centro de primerísimo nivel y la arriesgada planificación veraniega.

Preguntado en julio sobre el rol de Bellingham, Ancelotti respondió que no veía a Bellingham como delantero centro: "Si jugamos 4-3-3, debería ser delantero centro Rodrygo. Por fuera tenemos a Valverde o Güler. Tenemos opción de jugar con un delantero centro y un mediapunta, y que jueguen Rodrygo y Bellingham". Tres meses después y frente a Osasuna, Bellingham marcó dos goles calcados al llegar de segunda línea, viendo la portería de cara y dejando a Osasuna huérfano de referencia fija en el área en un 4-3-1-2 que daba a Bellingham libertad de movimientos. No sería un '9' clásico, pero ejercería como finalizador principal del equipo.

Vinícius abre un mundo de posibilidades

El plan de partido de Osasuna en el Santiago Bernabéu desnaturalizó al equipo de Jagoba Arrasate. Los navarros, acostumbrados a buscar al rival muy arriba y presionar los primeros pases, decidieron esperar en su campo durante el primer tiempo. Fue una primera parte sin ritmo, tediosa y sin ocasiones. A pesar de que el Real Madrid se adelantó en los primeros compases del juego, los pupilos de Ancelotti solo registraron un disparo a puerta en 45 minutos: el de Bellingham. Al esperar en su propio campo, instalados en un bloque medio-bajo, los navarros habían sostenido a Vinícius.

El líder de LaLiga tocaba y tocaba, pero sin encontrar situaciones claras de gol. Osasuna logró lo que quería e incluso tuvo en los pies de Ante Budimir el empate que no llegó por centímetros. Ya en la segunda parte y con el doblete del inglés tras una salida en tromba del Real Madrid, Osasuna tuvo que abrirse y cambiar su planteamiento. Tal decisión provocó la explosión de Vinícius Júnior, muy marcado en la primera parte y más liberado en la segunda. El brasileño había realizado un trabajo oscuro en la primera parte, siempre dando amplitud al Real Madrid y permitiendo que Bellingham aprovechara zonas interiores al atraer y arrastrar defensas.

La acción del 3-0 describiría lo que Osasuna había querido evitar todo el tiempo: dejar correr a Vinícius. El brasileño atacó el espacio, recogió el pase al hueco de Fede Valverde y, después de regatear al portero visitante, marcó a placer. El 4-0 de Joselu, con Vinícius volviendo a aterrar a Osasuna a campo abierto, incluso imponiéndose a David García en uno de sus partidos más tétricos, recalcó lo complicado que es tratar de defender a un jugador tan explosivo como el extremo del Real Madrid con tantos espacios.