El indomable Camavinga o cómo el francés secó al mejor extremo de LaLiga en Girona

Eduardo Camavinga superó una prueba de fuego en Girona para recordar a todos su inmenso talento. Quizás la más dura que ha empezado la temporada. En un estadio que había contado todos sus partidos por victorias y frente a un equipo líder e invicto como el de Míchel (hasta el 0-3 del sábado), el futbolista francés plasmó sobre el césped de Montivili su superioridad física, técnica y táctica. Incluso con los dos teóricos dos laterales izquierdos titulares disponibles (Fran García y Ferland Mendy). Camavinga fue el escogido por Carlo Ancelotti para enfrentarse a una de las duplas de extremos más temibles de LaLiga, la que conforman Viktor Tsygankov y Savinho. Ambos terminaron sustituidos.

El resultado final fue de matrícula de honor... para reabrir un debate y cerrar otro. No importa que sea lateral, interior o pivote; Camavinga es un competidor de élite que eleva el nivel del Real Madrid. A pesar de partir como defensor de banda, Camavinga utilizó el lateral izquierdo para catapultar su juego. De cara, con metros, espacio y terreno por delante, el jugador francés rompió el sistema defensivo del Girona en multitud de ocasiones. Su rendimiento no solo permitió al Real Madrid tener una salida de pelota limpia, sino que, además, desestabilizó a uno de los conjuntos que más y más eficazmente presiona arriba de LaLiga.

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Sin una marca capaz de seguir sus pasos, Camavinga se erigió como uno de los mejores futbolistas del encuentro gracias a su versatilidad, potencia y despliegue. Por ello pisó zonas más propias de un centrocampista interior que de un lateral en ataque. La energía que estampó en el juego la reflejarían sus impresionantes números con 52/53 pases completados, 15/22 duelos divididos ganados, 10 recuperaciones y cuatro faltas provocadas. Una máquina de imponerse en situaciones límite y de amargar la tarde tanto a Tsygankov como a Savinho, que cambió de costado en la segunda parte.

La banda fuerte del Real Madrid

Había dicho Ancelotti que solo tenía previsto retrasar de nuevo al francés en caso de emergencia, pero contra el Girona volvió a confiar en él. En la banda fuerte del Real Madrid, junto a Vinícius Júnior y Jude Bellingham, Camavinga solo sufrió los primeros minutos del encuentro, donde el Girona se podía haber adelantado por partida doble e incluso Tsygankov estrelló una pelota en la madera. El aplatanamiento general se deshizo y Camavinga ya nunca más daría su brazo a torcer una vez Bellingham empezó a darle apoyo en el 2vs.1 que Yan Couto y el propio Tsygankov le plantearon.

"Quería situar a Vinicius por fuera y necesitaba a un lateral como Camavinga por detrás para sostener la posición, aguantar mejor y presionar mejor tras pérdida", argumentó el italiano tras el duelo, dejando la puerta abierta a que el francés repita más a menudo en el costado izquierdo de la defensa, tal y como sucedió la temporada pasada. No es el deseo de Camavinga, pero su figura en el lado izquierdo del Real Madrid hace mejores a sus compañeros y potencia el dibujo del Real Madrid en este curso.

El mejor resumen vendría al finalizar el encuentro. El propio técnico del Girona, Míchel, confesaría que había sido un partido muy discreto del extremo brasileño: "A Savinho le ha perjudicado todo lo que se ha dicho sobre él, porque tenía los focos puestos sobre su figura", expresó el técnico vallecano. Por eso se desquició con él en diversas ocasiones y acabó sustituido en el segundo tiempo tras perder 19 balones, ganar solo 4/12 duelos individuales, no conectar ningún centro de 3 con acierto, no disparar ni una sola vez entre los tres palos y completar un único regate. Camavinga es uno de los grandes culpables. A ver quién se atreve a moverlo del lateral izquierdo.