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¿Solo la empuja? Por qué Bellingham es el jugador total y va a salirle muy barato al Real Madrid
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¿Solo la empuja? Por qué Bellingham es el jugador total y va a salirle muy barato al Real Madrid

El centrocampista inglés asistió y marcó en el Diego Armando Maradona para rescatar al Real Madrid cuando peor lo estaba pasando. Bellingham es el máximo goleador blanco

Foto: La estrella del Real Madrid, en acción. (Reuters/Ciro De Luca)
La estrella del Real Madrid, en acción. (Reuters/Ciro De Luca)

Hace una semana, el central del Atlético de Madrid, José María Giménez, afirmó que Jude Bellingham "es el futbolista de moda porque casualmente le están cayendo todas dentro del área". Las palabras del defensor sudamericano levantaron ampollas entre el madridismo, pero acertaba en un aspecto clave del inglés: su capacidad para ser determinante. Sin embargo, la casualidad no es lo mismo que la causalidad, que es lo que mueve a Bellingham a marcar la diferencia en todos los aspectos del juego. Futbolista global, el dorsal '5' del Real Madrid firmó su mejor partido en lo que llevamos de curso en el Diego Armando Maradona y fue imparable para los napolitanos en la Champions League (2-3).

En el templo de Dios, Bellingham demostró su superioridad técnica, física y táctica. Escudado por Toni Kroos, Aurélien Tchouámeni y Fede Valverde, el centrocampista inglés ejerció como líder de la sala de máquinas blanca. Quizás el mejor centro del campo del mundo por su versatilidad, experiencia y talento. Palabras mayores en la plantilla de unos jerarcas que han tiranizado la competición más irracional posible. Desde la construcción de la jugada, pasando por la destrucción de la misma y hasta la finalización, Bellingham estuvo presente en todas las fases del juego, como si fuese un imán y la pelota orbitara en torno a sus botas.

placeholder Fue su partido más espectacular. (EFE/Ciro Fusco)
Fue su partido más espectacular. (EFE/Ciro Fusco)

Por primera vez en la temporada, el británico se adueñó del Real Madrid y del partido, recordando a todos que su periodo de adaptación caducó el mismo día que se enfundó la elástica blanca. En el 1-1 tras el grave error de Kepa, Bellingham levantó al Real Madrid con una recuperación vital sobre Di Lorenzo que sirvió en bandeja de plata a Vinícius Júnior para que empatase el encuentro. El pase del jugador italiano había sido deficitario y una bicoca para un futbolista tan cerebral como Bellingham.

El homenaje a Maradona y Zidane

Vinícius no lo desaprovechó y dio rienda suelta a una sociedad que se buscó hasta encontrarse. Como ya sucediese en Girona, los movimientos del brasileño abren caminos interiores inexplorados por Bellingham y de los que se beneficia el sistema ofensivo blanco en su lado fuerte, el izquierdo, donde también luce Eduardo Camavinga. Carlo Ancelotti describiría así la sociedad entre Vinícius y Belligham, que apunta a ser demoledora en el terreno ofensivo: "Creo que lo que le pedimos a Vinicius es que busque la posición donde mejor se encuentre, porque Bellingham se adapta. Han combinado bien porque tienen mucha creatividad y eso crea mucho peligro", remarcó el transalpino.

Solo siete minutos después, Bellingham homenajeó a Maradona de la mejor forma posible: con un golazo donde trituró el sistema defensivo local y voló desde el centro del campo hasta la portería, siempre desparramando unos defensores y haciendo que rebotaran otros. Imposible no identificar a Zidane en sus toques, zancadas y controles. Máximo goleador del Real Madrid en la presente temporada con ocho goles y tres asistencias, el todocampista inglés participa en un gol de su equipo cada 71,3 minutos este curso.

Números más propios de delantero centro para un equipo que ha atravesado un inicio de competición sin su futbolista más desequilibrante (Vinícius), con Rodrygo negado de cara al gol y tras perder al actual Balón de Oro. Síntoma de la responsabilidad que gustosamente ha abrazado Bellingham, quien recuerda que no es lo mismo estar presionado que sentir la presión. Tampoco por su precio, que cada vez parece más barato a medida que avanza el año futbolístico. Al descanso, Bellingham había recuperado más pelotas y había ganado más duelos individuales que todo el centro del campo partenopeo junto. Al final del partido, acabaría como indiscutido MVP.

"Lo que me sorprende de Bellingham es que tiene 20 años. Parece que tiene 30. Nunca se desconcentra y eso es raro en un jugador de 20 años", confesaría Carlo Ancelotti tras el encuentro en Nápoles. "Después tiene toda la calidad del mundo. Obviamente, sorprende un poco a todos", apuntó acto seguido. De su madurez anticipada, aquella que solo se gana mascando derrotas dolorosas, emana su sabiduría futbolística sin saborear (todavía) la cara más amarga del fútbol. Como cuando entró Luka Modric al césped y Bellingham decidió apoyarse en él para anestesiar el ritmo frenético del Nápoles. Talento precoz donde los haya, Bellingham ya no es solo el mejor jugador joven del planeta. Es un genio generacional.

Hace una semana, el central del Atlético de Madrid, José María Giménez, afirmó que Jude Bellingham "es el futbolista de moda porque casualmente le están cayendo todas dentro del área". Las palabras del defensor sudamericano levantaron ampollas entre el madridismo, pero acertaba en un aspecto clave del inglés: su capacidad para ser determinante. Sin embargo, la casualidad no es lo mismo que la causalidad, que es lo que mueve a Bellingham a marcar la diferencia en todos los aspectos del juego. Futbolista global, el dorsal '5' del Real Madrid firmó su mejor partido en lo que llevamos de curso en el Diego Armando Maradona y fue imparable para los napolitanos en la Champions League (2-3).

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