El difícil caso de Vinícius, señalado por Carles Puyol y al que el Real Madrid ve "descolocado"

No es solo Carles Puyol el que opina que si Vinícius cambiara alguna actitud sería más admirado. También lo comparten en el Real Madrid, que vuelven a pedir al brasileño que evite las trifulcas en los partidos y se enfoque en el juego. A las personas que quieres y necesitas hay que decirles las cosas sin rodeos. De manera directa y a la cara. Lo de Vinícius no le compete a Puyol, es una tarea que aborda el vestuario del Real Madrid. Ancelotti y Nacho, tras los últimos partidos en los que el brasileño ha perdido eficacia y se ha enredado en las protestas, reconducen una conducta que califican de jugador "descolocado".

Vinícius es un futbolista que da síntomas de estar desquiciado y en el Real Madrid gestionan este caso con tacto. Tiene que tranquilizarse, tener la cabeza fría, pero sin que esto suponga que pierda su esencia de futbolista desequilibrante. La dificultad está en estar concentrado y volver a subir su rendimiento para marcar las diferencias. Cualidades físicas y técnicas tiene para hacerlo, pero le falta equilibrio emocional. Es el otro problema de Vinícius y no tiene nada que ver con los insultos racistas. De él depende no irse del partido, se tiene que meter en la cabeza que es posible no entrar al trapo. El problema, como bien conocen en el Madrid, es que es un futbolista de mecha corta. Explosivo en el juego y con mucho temperamento.

El Real Madrid activa las charlas con Vinícius. Lo necesita para que recupere el vuelo, desatasque partidos y sume en ataque con goles. Es importante que entienda que los obstáculos que se va a encontrar son cada vez más difíciles. Los consejos a Vinícius son que sepa diferenciar los insultos de la grada con las batallas que le tocan librar en el césped. Así podrá elevar su rendimiento.

Hay caso Vinícius en el Real Madrid en el momento en el que es más noticia por sus discusiones con los árbitros y los rivales que por sus regates y los goles. Las palabras de Carles Puyol han tenido repercusión. Una leyenda del Barcelona como Puyol, que no se caracteriza por ser polémico, dice que Vinícius es un grandísimo jugador y que hablaría con él como "compañero de fútbol". Le aconsejaría que si cambia su actitud, tendría más reconocimiento.

No es nada nuevo que no sepan en el Real Madrid y que comentan los compañeros del brasileño con preocupación y cierta resignación. Vinícius es protagonista de discusiones que son evitables. Con los rivales, los árbitros y la grada. Cuando le provocan y también cuando no le agreden ni física ni verbalmente. No tiene medida o no escucha, ni parece que ponga de su parte para cambiar los malos modos.

Malgasta energía

Esta situación deriva en que se le ve más nervioso y no controla su temperamento. En el Clásico explotó con el cuarto árbitro con gritos de "¡no me toques, estás loco!". Reacciona como si se sintiera atacado permanentemente, tiene un estado alterado que repercute en su rendimiento y en el del equipo. No es normal que en los últimos cuatro partidos no haya marcado ningún gol, que contra el Barcelona y el Rayo fuera incapaz de desequilibrar y se le vea continuamente protestando y con actitud desafiante.

Ancelotti insiste en que malgasta energía y pierde concentración si está pendiente de lo que ocurre en la grada. Le defiende si le provocan o hay permisividad del árbitro, pero esto no sucede siempre. Le necesita más centrado. Vinícius se perjudica a sí mismo si cae en la obsesión de estar más pendiente de lo que ocurre fuera del césped.

En el Real Madrid estaban Marcelo, Casemiro y Benzema encima de él para aconsejarle y decirle que un gran jugador no puede perder la concentración. Sin ellos, Vinícius tiene menos control. Sus compañeros entienden que sufre partidos que son una cacería y ambientes hostiles con insultos racistas. Pero no son capaces de gestionar al Vinícius que entra en combustión en acciones que son fútbol, en las que la intensidad y las artimañas son habituales.

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Vinícius no está fino, le está costando coger el ritmo competitivo tras salir de la lesión y paga su impotencia y frustración de manera incontrolada. Si no se va de su defensor, no es siempre por culpa de una acción antideportiva ni de que el árbitro no le proteja. Es porque las vigilancias son cada vez más estrechas y sus marcadores se preparan mejor. Con el paso de los años le van conociendo a fondo, le estudian al detalle, aumentan su concentración y la motivación. Influye, evidentemente, que le falta chispa.

El 7 del Real Madrid es un gran jugador, con unas condiciones para ser imparable, que puede ganar partidos con acciones individuales. Uno de los mejores regateadores del mundo. Pero necesita calma, saber escuchar a los que le aconsejan. Está en el momento en el que tiene que evolucionar y madurar. Si no lo comprende, se va a quedar en las protestas. Es el nivel al que llegan los grandes futbolistas y se les hacen marcajes de todo tipo para minimizarles. Esto es tan viejo como el fútbol. Al bueno se le desactiva. El árbitro está para hacer justicia, pero está en el talento y la inteligencia del jugador pasar de ser muy bueno a crack.