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La crisis del Sevilla de Monchi: los puñales de Sampaoli, tensión y guerra accionarial
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Señalado por la planificación

La crisis del Sevilla de Monchi: los puñales de Sampaoli, tensión y guerra accionarial

Sampaoli carga contra la directiva y la dirección deportiva por unos fichajes que no han llegado. El equipo está en descenso, las cuentas no salen y el futuro pinta muy negro

Foto: El director deportivo está en el ojo del huracán por su planificación veraniega... e invernal. (EFE/Alejandro García)
El director deportivo está en el ojo del huracán por su planificación veraniega... e invernal. (EFE/Alejandro García)

El Sevilla atraviesa uno de sus momentos más crudos y tensos de los últimos años. El equipo andaluz, que empezó la temporada jugando la Champions League y con la ilusión puesta en volver a estar cerca de los puestos altos de la tabla en LaLiga, ha visto cómo todo el proyecto de esta temporada volaba por los aires en apenas unos meses. En pleno enero, el equipo está eliminado de la máxima competición continental tras encajar dos goleadas en casa (0-4 contra el Manchester City y 1-4 contra el Borussia Dortmund) e inmerso en plena lucha por no descender a Segunda División. Solo la Copa del Rey, en cuartos de final sin medirse todavía a un equipo de Primera, y la Europa League, tras quedar terceros en la Champions, pueden amortiguar el curso. Monchi está señalado, la guerra civil en el accionariado continúa, aparecen pintadas en la Ciudad Deportiva y Jorge Sampaoli empieza a sentirse engañado.

La cuarta plantilla más cara del fútbol español tras Real Madrid, Barça y Atlético de Madrid solo ha sumado 15 puntos en 17 jornadas. Son penúltimos y solo han ganado tres partidos de 17 disputados. Ni siquiera cortar la cabeza de Julen Lopetegui ha servido como escudo de la directiva y de la dirección deportiva. Desde que llegara Jorge Sampaoli, el Sevilla ha sumado 10/30 puntos en LaLiga y los cuatro partidos invicto que consiguió el entrenador argentino al principio de su segunda andadura (Athletic Club, Borussia Dortmund, Mallorca y Valencia) se han quedado por el camino. Son números de descenso.

placeholder Monchi y Pepe Castro, durante la presentación de Sampaoli. (EFE/José Manuel Vidal)
Monchi y Pepe Castro, durante la presentación de Sampaoli. (EFE/José Manuel Vidal)

El efecto nuevo entrenador que provocó el cambio de técnico se ha disipado porque el problema no está principalmente en el banquillo, sino en la plantilla... y en los despachos del Sevilla. Lo explicaba Monchi el 1 de septiembre en la víspera del cierre de mercado. "En los últimos dos años y medio, en parte por la pandemia y en parte porque en el club, siendo más atrevidos u osados que otras veces, nos hemos separado de nuestro modelo de negocio y hemos arriesgado rechazando ofertas y apostando por una posibilidad que nos permitiera en un futuro éxitos deportivos y económicos". La apuesta ha salido rana y ahora se están pagando las consecuencias.

Monchi y Castro, al desnudo

Si hace un año el Sevilla incorporaba a Anthony Martial y Tecatito Corona en el mercado invernal para tratar de asaltar LaLiga, ahora el objetivo es maquillar el peor mercado veraniego de Monchi como director deportivo del Sevilla. Monchi explicaba el cambio de rumbo: "Los ingresos ordinarios de este club son más o menos 180 millones. La mayoría de los estamentos del fútbol recomiendan que el coste, y esto es importante, salario más amortización [el coste del jugador dividido entre los años de contrato, más su salario, más si hay comisión], sea del 70% para los costes de plantilla. Si os vais a la junta de accionistas y veis la cuenta de pérdidas y ganancias, los costes del club son sobre 230-240 millones de euros". A ello habrá que sumarle las pérdidas de caer en la fase de grupos de la Champions.

O dicho de otro modo, el Sevilla ha vivido por encima de sus posibilidades y ahora la caja está tiritando. Los problemas económicos del club, donde Pepe Castro es el máximo responsable, junto al peor mercado de fichajes de la era Monchi han hecho, para colmo, que la plantilla pierda valor. El modelo de negocio del Sevilla obliga a obtener jugosas plusvalías por venta de jugadores cada temporada para ser sostenible. Por eso el club vendió a su pareja de centrales titulares en verano, Diego Carlos y Jules Koundé, y a una de sus piezas clave en ataque, Lucas Ocampos. ¿A quién venderá en verano si se salva por los pelos?

placeholder Sampaoli protesta durante un encuentro. (EFE/José Manuel Vidal)
Sampaoli protesta durante un encuentro. (EFE/José Manuel Vidal)

¿Y qué hay de los refuerzos? No ha habido ni un solo fichaje de Monchi que haya rendido. Tan desastrosa fue la planificación veraniega que Isco Alarcón (que no había hecho pretemporada) y Kasper Dolberg ya están fuera del equipo. Adnan Januzaj (que tampoco había hecho pretemporada) también apunta a salir dirección Valencia. Los tres vinieron como agentes libres y no han estado a la altura de las expectativas. Los centrales son otro punto débil. Marcao, abonado a la enfermería, solo ha jugado 585 minutos en toda la temporada, mientras que Nianzou es una máquina de cometer errores que cuestan puntos. Hasta el punto de que Ivan Rakitic, peso pesado del vestuario, lo señaló tras caer por 2-1 en Girona. Ambos centrales costaron 34 millones de euros entre fijos y variables. El otro refuerzo como cedido, Álex Telles, no volverá hasta febrero tras lesionarse.

Superado el ecuador del mercado de fichajes invernal, solo han llegado dos futbolistas: el central francés Loic Badé, como cedido con una opción de compra de 12 millones de euros... tras seis meses de inactividad previa y Lucas Ocampos, también apartado en el Ajax y que ha hecho el camino de vuelta a Sevilla tras ser cedido por cuatro millones con una opción de compra de 16. Insuficiente para el equipo, la afición y para Jorge Sampaoli. "Cuando llegué aquí hice un análisis del equipo y se lo presenté al presidente (Pepe Castro) y al vicepresidente (Del Nido Carrasco)", comenzaba contando el técnico tras el último encuentro de LaLiga. "El 31 de enero terminará el mercado, entonces tendré que ver, a partir de ahí, cómo manejo una situación que, no es que no me sorprenda, sino que no me esperaba", añadió.

Preguntado sobre la clave para sacar adelante al equipo, Sampaoli contestó esto esta semana: "Seguir trabajando, no es tiempo de llorar ni reclamar. Lo que pasó ya pasó y tengo que ver cómo hago con lo que viene y daré todo lo mejor de mí. Si tomé la mejor decisión, si me mintieron o no es un tema mío con los dirigentes de puertas para adentro". A Sampaoli le prometieron unos refuerzos que todavía no han llegado.

Por último, queda la guerra por el control del Sevilla FC y el conflicto entre Pepe Castro (con el respaldo del fondo 777 Partners) y José María del Nido, accionista mayoritario del Sevilla. En la última junta a finales de diciembre, los accionistas rechazaron con un 52,22% de los votos aprobar las cuentas de 2021-2022 (con 24,8 millones de euros en pérdidas) y también votaron en contra de la gestión del consejo de administración liderado por José Castro con un 57,18% de votos en contra. Sí que se aprobó un presupuesto de 243,7 millones de euros en 2022-2023 que espera alcanzar una cifra de negocio ordinario de 197,7 millones de euros. Además, prevé traspasos por valor de 38 millones de euros. El coste de la plantilla deportiva será de 172,2 millones, una rebaja del 6,2%.

El Sevilla atraviesa uno de sus momentos más crudos y tensos de los últimos años. El equipo andaluz, que empezó la temporada jugando la Champions League y con la ilusión puesta en volver a estar cerca de los puestos altos de la tabla en LaLiga, ha visto cómo todo el proyecto de esta temporada volaba por los aires en apenas unos meses. En pleno enero, el equipo está eliminado de la máxima competición continental tras encajar dos goleadas en casa (0-4 contra el Manchester City y 1-4 contra el Borussia Dortmund) e inmerso en plena lucha por no descender a Segunda División. Solo la Copa del Rey, en cuartos de final sin medirse todavía a un equipo de Primera, y la Europa League, tras quedar terceros en la Champions, pueden amortiguar el curso. Monchi está señalado, la guerra civil en el accionariado continúa, aparecen pintadas en la Ciudad Deportiva y Jorge Sampaoli empieza a sentirse engañado.

Sevilla José María del Nido
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