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El Sevilla se topa de bruces con su impotencia goleadora y empata en Copenhague (0-0)
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Otro año triste en Champions

El Sevilla se topa de bruces con su impotencia goleadora y empata en Copenhague (0-0)

El conjunto de Julen Lopetegui se complica su presencia en los octavos de final tras sumar un solo punto en dos encuentros. Al equipo le faltó pegada, creatividad y desborde

Foto: Isco protesta una decisión arbitral. (EFE/Liselotte Sabroe)
Isco protesta una decisión arbitral. (EFE/Liselotte Sabroe)

Por segundo año consecutivo, el Sevilla ya ve en el horizonte un nuevo fracaso en la Champions League y se plantará en la tercera jornada con un solo punto. Después del doloroso correctivo que le atizó el Manchester City en la primera jornada de la fase de grupos en Nervión (0-4), el equipo de Julen Lopetegui fue incapaz de vencer al Copenhague en Dinamarca. En un encuentro donde Isco Alarcón fue el jugador más activo hasta que se le acabó la gasolina en el minuto 70, el Sevilla no generó las ocasiones suficientes como para ganar el encuentro y dejó una imagen de impotencia futbolística preocupante. Lo mejor es que suma, por fin, fue un equipo competitivo que dejó una portería a cero. Lo peor es que está muy lejos del nivel mínimo exigible que demanda la Champions League para estar en octavos de final.

Con la urgencia de quien recibió una goleada en la primera jornada de la Champions League en casa y espoleado por la agónica victoria liguera contra el Espanyol (2-3), el Sevilla se plantó en Copenhague sin margen para el error. En frente esperaba uno de los ambientes más atronadores de toda Europa, el Parken Stadion. El equipo de Julen Lopetegui decidió apropiarse de la pelota rápidamente para defenderse a través de ella. Con Isco Alarcón e Ivan Rakitic en la sala de máquina, los canteranos Kike Salas y José Ángel Carmona en la defensa y En-Nesyri en la punta de lanza, el Sevilla buscó controlar el juego y progresar con paciencia por fuera.

placeholder Un empate amargo. (EFE/Liselotte Sabroe)
Un empate amargo. (EFE/Liselotte Sabroe)

De esta forma llegaron las primeras oportunidades, como la de Rakitic tras un buen pase filtrado de Carmona, pero el disparo del croata se marcharía por encima del larguero. Al Sevilla le faltaba velocidad en el juego, colmillo en el área rival y potencia de fuego. Con toda la libertad del mundo para Isco Alarcón, el de Arroyo de la Miel aparecía por todas partes. A veces ralentizando el juego demasiado y otras encontrando soluciones en los primeros pases en la construcción. Precisamente, el tener a Isco tan atrás restaba al Sevilla ese talento en la frontal del área.

Isco fue el que más lo intentó

Los andaluces encerraban a los daneses en su campo con una buena presión pospérdida... sin sacar rédito de su dominio. En una buena jugada de Lamela para asistir a En-Nesyri dentro del área, el delantero marroquí se topaba con la veloz intervención del portero local, Mathew Ryan. A partir de ese momento y tras el Sevilla reclamar un penalti inexistente, el Copenhague dio un paso al frente. Con más empuje y corazón que juego y cabeza, los locales se estiraron en ataque a través de un juego directo y batallador. El lateral izquierdo local, Kristiansen, sorprendió a la zaga local en un error defensivo tras una mala basculación y no marcó de milagro.

placeholder Carmona trata de subsanar el error defensivo. (EFE/Liselotte Sabroe)
Carmona trata de subsanar el error defensivo. (EFE/Liselotte Sabroe)

En los minutos finales del primer asalto, el Copenhague tendría dos ocasiones peligrosas, pero tanto Vavro como Claesson perdonaron ante Dmitrovic. Al descanso, la sensación era de frustración en el Sevilla y de falta de pegada. Dominio inerte, equipo demasiado largo y el Copenhague crecido. Pudo abrir la lata nada más salir del túnel de vestuarios si Delaney hubiese ajustado su disparo. Acto seguido y a balón parado, Carmona remató absolutamente solo en el interior del área y el testarazo se marchó por encima del larguero.

Sin novedades en el electrónico y con el equipo local viniéndose arriba, Lopetegui realizó una doble sustitución para revitalizar al Sevilla: Joan Jordán y el 'Papu' Gómez entraron por Delaney y Rakitic. Poco a poco, el Sevilla volvió a ganar terreno y a sitiar la portería local... pero no era suficiente. El equipo e Isco persiguió el gol, primero con un disparo con rosca demasiado blando y luego con una jugada imposible con Lamela en el interior del área. Jordán, recién incorporado al terreno de juego, forzó una falta peligrosa en la frontal... aunque el tiro de Isco se topó de bruces con la barrera.

placeholder Khocholava presiona a Fernando. (EFE/Liselotte Sabroe)
Khocholava presiona a Fernando. (EFE/Liselotte Sabroe)

Sin resultados tangibles, Lopetegui echó más leña al fuego: se retiraron Lamela y En-Nesyry y entraron Suso y Dolberg y también introdujo Januzaj por un agotado Isco para los últimos diez minutos. Los andaluces amasaron la pelota en la frontal, pero no tuvieron ni el desborde ni la creatividad necesaria para encontrar una jugada clara. Los cambios no tuvieron ningún tipo de impacto. Sin contundencia en el área rival es imposible estar entre los mejores conjuntos de Europa. El Sevilla no pudo rascar los tres puntos de Dinamarca y se jugará el todo por todo en la próxima jornada ante un Borussia Dortmund que estuvo a punto de dar un susto gordo al Manchester City en el Etihad Stadium.

Por segundo año consecutivo, el Sevilla ya ve en el horizonte un nuevo fracaso en la Champions League y se plantará en la tercera jornada con un solo punto. Después del doloroso correctivo que le atizó el Manchester City en la primera jornada de la fase de grupos en Nervión (0-4), el equipo de Julen Lopetegui fue incapaz de vencer al Copenhague en Dinamarca. En un encuentro donde Isco Alarcón fue el jugador más activo hasta que se le acabó la gasolina en el minuto 70, el Sevilla no generó las ocasiones suficientes como para ganar el encuentro y dejó una imagen de impotencia futbolística preocupante. Lo mejor es que suma, por fin, fue un equipo competitivo que dejó una portería a cero. Lo peor es que está muy lejos del nivel mínimo exigible que demanda la Champions League para estar en octavos de final.

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